19 de noviembre de 2021
por
Ana de Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Todos los seres humanos, cuando nacemos,
llegamos a este mundo siendo amorosos, puros, empáticos, compasivos; no
conocemos ni la maldad ni el egoísmo. Nuestro Ser se muestra tal cual es y
muchos estudios con niños demuestran como los más pequeños se preocupan
desinteresadamente por extraños y es fácil ver como si algo los enoja, lo
olvidan rápidamente sin guardar rencor.
Esa pureza de "corazón" se manifiesta en
actos, gestos o ideales de "cambiar el
mundo" que muchos hemos tenido alguna vez. Incluso muchos maestros y
espirituales y terapeutas emocionales
hacen referencia a que el anhelo evolutivo está en la posibilidad de volver a
amar como niños otra vez.
¿Qué sucede cuando crecemos que perdemos esa
capacidad? Simplemente nadie nos enseña desde pequeños a ser Conscientes de
nuestras emociones, entonces, a medida que se van presentando dolores en nuestro
camino, vamos creando "capas" protectoras para defendernos de dicho
sufrimiento. Ocultamos, negamos, nos desenfocamos. Poco a poco nos vamos
cerrando en nosotros mismos, activando nuestro sistema de "supervivencia"
cuando aparece el dolor.
Para nuestra mente, el dolor significa
peligro, y ante un peligro (real o imaginario) el cuerpo reacciona
preparándonos para huir, pelear o paralizarnos. Nuestro cerebro no puede
funcionar con emociones encontradas, por ejemplo: alguien que está angustiado o
estresado, no puede sentirse alegre al mismo tiempo, entonces si alguien
convive con el miedo o el enojo gran parte de su día, tampoco podrá sentir amor
o empatía por los demás. Así a medida
que avanza nuestra vida, si vamos acumulando emociones negativas, irá quedando
poco espacio en nosotros para sentir emociones positivas como alegría, amor,
compasión, ilusión, etcétera, y aunque parezca naif o utópico, la única forma
de cambiar el mundo, es comenzar por cambiarnos a nosotros mismos.
Por eso, en muchas sesiones de Memoria Celular
ponemos un poco de humor hablando de "las capas de la cebolla", porque al igual
que la hortaliza, vamos creando capas a medida que crecemos, que tapan nuestra
verdadera esencia como una forma de protegernos de aquellos recuerdos que nos
producen dolor.
Entonces, cuando sentimos ese impulso
irrefrenable de avanzar en nuestra vida y comenzamos una búsqueda personal,
irremediablemente deberemos enfrentar con amorosidad el trabajo de ir quitando
una a una esas finas capas que fueron cubriendo la pureza con la que vinimos.
¿A qué nos enfrentamos en este trabajo?
Primero a ser pacientes con nosotros mismos y no pretender soluciones rápidas,
muchas veces nos enfrentaremos con nuestra propia frustración cuando notemos
que un tema, se vuelve "recurrente", todo tiene su tiempo.
Para ir "quitando las capas" podemos trabajas
de afuera hacia adentro: por ejemplo Primero observemos nuestro entorno:
- Cómo se encuentra nuestro hogar
(ordenado/desordenado - sucio/limpio - cargado/ despojado) Ordene, limpie,
deshágase de lo que no usa
- Cómo está nuestro lugar de trabajo (al igual
que el hogar es un lugar de pertenencia donde pasamos mucho tiempo) haga lo
mismo que en casa
- Cómo está nuestro cuerpo: cansancio,
obesidad, enfermedades recurrentes, lesiones... Vaya al médico, revise su
alimentación, tome agua hágase controles, pida ayuda
Luego comenzará el trabajo más profundo,
primero revisaremos y trabajaremos en nuestros pensamientos diarios, la forma
en que manifestamos nuestras creencias, los pensamientos propios y los
heredados son determinantes en el diario vivir.
Y por supuesto, más tarde trabajaremos en
nuestras heridas emocionales, aquellas que dejaron huella y nos atan a un dolor
que aunque no rememoremos, está ahí en la memoria de nuestras células...
Cada paso tiene un motivo, una razón, y el fin
último no es más que el de Vivir más plenos, más felices, más armoniosos, más
conectados con el puro amor Original, para que cuando vengan las crisis o las
tormentas, estemos en eje y enfocados en las prioridades y podamos vivir
conscientemente lo que nos toque transitar.
No estamos solos, todos necesitamos apoyo y
ayuda. Hasta la cebolla, que no sabe pelarse sola.
Ana De Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Contacto:
WhatsApp: 249 4557618
Email: anadepietro@hotmail.com
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
DE PIE Y VIBRANDO
ORGULLO LGBTIQ+.
DE PIE Y VIBRANDO
DE PIE Y VIBRANDO
Solo suscriptos
Solo suscriptos
9 de enero de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
9 de enero de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
9 de enero de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
9 de enero de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
9 de enero de 2025
Solo suscriptos
Solo suscriptos
9 de enero de 2025