1 de octubre de 2021
por
Ana de Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
A fines de la década de 1870, Thomas Edison
convocó a miembros del Congreso Americano, para presentarles su nuevo invento:
El Fonógrafo. Se cuenta que cuando lo hizo funcionar, varios de los miembros
presentes lo tacharon de impostor, ya que era imposible que una voz humana
pudiera salir de una caja. Hoy, más de 150 años después, hay generaciones
completas que no conocen el mundo sin dispositivos de comunicación global,
internet y toda la magia que la tecnología nos ofrece.
Sin embargo, más allá de los indiscutibles
beneficios que la ciencia y la tecnología aportan a la vida moderna, muchas
veces nos vemos dependiendo de ellos como si fueran parte de nuestro propio
cuerpo.
¿Le pasó alguna vez salir y tener esas
sensación de vacío al darse cuenta que olvidó su celular?, ¿Vivió alguna vez el
desconcierto cuando un corte de luz duró varias horas?, ¿Se encontró en algún
momento maldiciendo a su servidor de internet?, ¿Se distrajo de tal manera en
las redes sociales que perdió la noción del tiempo?
La tecnología y las llamadas Redes Sociales,
son maravillosas, pero como todo, la verdadera maravilla está, en el uso que le
demos.
Afortunadamente hoy tenemos medios para
comunicarnos con cualquier parte del mundo, ciber espacios donde encontramos
las más variadas posibilidades (cursos, diversión, información, negocios,
entretenimiento o ciencia ficción), lugares donde podemos expresar
pensamientos y casi al instante, podemos
obtener diversas devoluciones, sitios donde podemos ver, leer o escuchar
diferentes culturas y opiniones, aplicaciones para citas, deportes, dietas o
terapias y hasta podemos trabajar desde casa. Pero, ¿nos preguntamos Cuánto de
todo eso que consumimos es REAL?, ¿Cuánto de todo ese tiempo que invertimos es
Productivo?, ¿Cuánto nos acercan o nos alejan nuestros dispositivos de nuestro
verdadero Propósito?, ¿Cuánto nos influye lo que consumimos?, ¿Cuántas veces
usamos nuestras redes sociales como forma de vincularnos sin darnos cuenta que
abandonamos los vínculos reales?
Durante los últimos dos años al tener que estar
"obligatoriamente aislados" las redes sociales y los medios de comunicación
cumplieron un papel preponderante en nuestras vidas, sin embargo no llegan a
satisfacer emocionalmente a nadie y seguimos necesitando el abrazo, la mirada a
los ojos, la caricia y los momentos compartidos en persona. Muchas veces en las
Sesiones de Memoria Celular surgen angustias, ansiedad o dolor por todo el
proceso de "separación" afectiva al que algunos han sido sometidos, y eso lleva
indefectiblemente, a suplantar la soledad o el vacío, con sobreinformación,
evasión, fantasía, y creencias de que si las cosas no se ven en las Redes, no
están sucediendo.
Exponemos a nuestros niños más pequeños a la
toxicidad de los teléfonos, tablets, Ipods, etc. durante horas, sin darnos cuenta del daño físico, energético
y cognitivo que les ocasiona. Damos por sentado que si nuestros adolescentes
están en casa con sus celulares o videojuegos, están a salvo, y nos olvidamos
de "conectarlos" con nuestro grupo familiar, con sus metas, deseos y con sus
propias emociones.
Entonces, casi sin darnos cuenta, por el
avance de la tecnología, por la pandemia o por cualquier otra excusa, nos
dejamos atrapar por las redes que otros tendieron, y nos olvidamos de darnos
ese espacio necesario para conectar con el silencio, con las personas reales,
con nuestros sentimientos y hasta con nuestra propia opinión.
La Tecnología es maravillosa, Sí. Nos facilita
la vida, nos da accesos rápidos y conocimiento, pero también tiene su costo:
nuestro tiempo y nuestro enfoque. Sigue siendo primordial, mantenernos
despiertos al equilibrio de nuestra existencia, para no caer presos de
contenidos que nos aturden y evitan la libertad de pensamiento y de expresión.
Como siempre manifiesto, tenemos libre
albedrío para Ser quienes queremos Ser, o para someternos a otros. La
diferencia está en tomar las posibilidades (tecnología, dinero, éxito, redes
ect.) sin dejar que ellas nos tomen a nosotros. Para eso podemos practicar a
diario, despojarnos por unos minutos, incorporando pequeños hábitos:
*Pruebe apagar el celular, el TV y la
computadora en algún momento del día...
* Salga de sus espacios frecuentes, y haga
algo distinto (camine por un lugar diferente, cambie su conversación, intégrese
a otros espacios)
*Respire. Tómese unos minutos para sentir su
respiración (si es al aire libre mejor) y observe la Vida a su alrededor.
*Permítase sentir, reconozca sus emociones,
regálese un poco de silencio
*Haga limpieza (de contactos, de sitios, de
espacios y de personas) eso le dará lugar para energía nueva
* Cuestione, pregunte, dude, investigue,
elabore sus creencias y su realidad
Seamos
peces libres en el mar de la
Vida y recordemos que la Felicidad es
una elección que merecemos tomar.
Ana De Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Contacto:
WhatsApp: 249 4557618
Email: anadepietro@hotmail.com
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