24 de septiembre de 2021
por
Ana de Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Tomar conciencia de quién Soy y de la
transformación que constantemente se produce en mí, puede ser una tarea ardua o
liberadora, según como la enfoquemos, ya que el descubrimiento de mí mismo/a y
frente a los demás puede ser positivo y hermoso, o puede implicar revelar
aspectos de mi persona relacionados con dolencias que suceden o sucedieron en
mi mente, cuerpo o espíritu.
Es habitual escuchar "lo que tengo es
emocional" o "me enfermé por estrés" como si sólo enunciarlo fuera la solución.
Cuando, como casi todo en la Vida, tomar conciencia de algo es un paso que
inicia un camino de búsqueda de lo que tendrá, para cada uno, una meta
diferente. Hoy quisiera enfocarme en nuestra salud.
Según Lucie Bernier (psicoterapeuta), "Las enfermedades se instalan a causa de
emociones mal administradas, y aprendiendo a armonizar este torbellino de
emociones de toda clase, podemos tener el poder de curar cualquier dolencia o
enfermedad que se instale como rey en mi Templo de Carne"
Naturalmente, asumir la propia salud requiere
de un proceso de responsabilidad, introspección y replanteamientos, pero por
sobre todo, de Certezas. Comprender que alcanzar un mejor bienestar físico,
mental y emocional es posible cuando desterramos el miedo, el dolor y la
culpabilidad, y los sustituimos por asumir la Vida como un regalo de libertad.
Un gran paso hacia el camino de la salud es
tomar conciencia de que la enfermedad es la expresión de mi alma, a través de
mi cuerpo o de mi mente y que cuando eso sucede, por más que tape los síntomas,
mi alma pulsará más fuerte por mostrarme dónde debo enfocar mi búsqueda y mi
transformación. Es importante recordar que "caer" es humano, pero ponernos de
Pie es liberador. Nos reconecta con nuestra fuerza interior y con nuestra
divinidad y poder. Para muchas personas (me incluyo) la enfermedad ha sido la
oportunidad de aprender a pedir ayuda, de poder romper viejas creencias de que
"puedo con todo" o que no necesito a nadie. Comprender que decir No, puede ser
una respuesta muy saludable y aprender a
dejar de hacerme cargo de lo que sienta el otro.
Todos nos hemos enfermado de algo alguna vez, ya
sea una pequeña lesión o un tumor,
siempre hay una semilla que lo origina y es ahí donde debo buscar.
En este punto me resulta importante recordar
la visión holística de la Salud. Por
ejemplo: con Memoria Celular trabajo mucho con deportistas que se plantean la
búsqueda emocional de sus lesiones. Y ahí es donde debo comprender que el
trabajo en el que nos desenvolvemos no siempre es mi misión en la Vida,
pero sí el MEDIO que puedo utilizar para realizarla, con lo cual cada bloqueo
que su alma pulse por transformar, en los deportistas es más probable que se
evidencie a través de sus sistema óseo/artro/muscular... por lo que cada
consultante se atiende teniendo en cuenta todo: su situación actual, sino su
entorno familiar, su sistema de creencias, su actividad, su alimentación, expresión, en fin, TODO lo que Es y ha sido.
Por otro lado, si nos guiamos por la creencia
del origen emocional de las enfermedades, podemos caer en la suposición de que hay "emociones malas, o
negativas", cuando en realidad, solo hay Emociones, y reacciones de nuestra
mente y nuestro espíritu frente a lo que nos va sucediendo. Muchas
circunstancias duelen, si. Pero siempre podemos elegir acomodarnos en el
sufrimiento o transformarnos. Sentir miedo, dolor, enojo, rencor, etc, no nos
hace "malos" solo nos revela "humanos". Cuando comprendemos que también
poseemos un Amor incondicional que es la fuerza para transformarnos, comenzamos
a dejar de enjuiciarnos o culparnos y nos ocupamos de los que nos atraviesa.
Aprendemos a lidiar con lo que experimentamos con dolor, a despegarnos de
nuestro papel de víctimas, y adquirimos
una inefable certeza de que podemos Vivir en Salud, o al menos, entramos en su
búsqueda. La iridiscencia de nuestras
emociones.
Médicos, Terapeutas, y miles de técnicas y
Terapias están a nuestra disposición, pero nuestra Salud, es nuestra
Responsabilidad.
Suelo
repetirme, pero vale recordar que no estamos solos, ni en nuestros peores
dolores. Siempre hay alguien a quien podemos recurrir, a quien pedir ayuda,
consejo o simplemente un oído... A veces, poner en palabras nuestra emociones,
les otorga un sentido que no habíamos observado, o produce un alivio
inesperado, un desahogo, una liberación del caudal acumulado.
Queridos lectores, No dejemos de buscar, esa
es la clave del Encuentro.
Ana De Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Contacto:
WhatsApp: 249 4557618
Email: anadepietro@hotmail.com
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