13 de agosto de 2021
por
Ana de Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Y no me refiero a reírnos con un amigo, comer
golosinas o jugar a algo que nos divierta, ya que eso debería ser algo habitual
en nuestra vida. Me pregunto si de vez en cuando, podemos "conectar" con nuestra
infancia y con el espíritu inocente con el que llegamos a este mundo.
Todos los seres, cuando nacemos, llegamos de
forma pura, inocente, como un lienzo en blanco dispuesto a recibir los colores
que la vida nos depara. Carecemos de maldad, de violencia, de enojo, de dolor y
de prejuicios. Se nos otorga un nombre, un grupo familiar, a veces una
religión, una educación, reglas a cumplir según nuestra cultura, y nos van
moldeando dentro de patrones preestablecidos, olvidando a veces, los dones con
los que vinimos. A medida que crecemos, nos vamos "contaminando" con ideas,
mandatos, obligaciones, y las sombras de nuestras cargas van apagando la llama
sublime de nuestra infancia.
Todos los niños poseen, la magia del amor
incondicional. Es muy fácil amarlos ya que están desprovistos de la
contaminación del ego, y su energía es pura, confiada y esencial.
Todos los niños nacen con creatividad, sienten
la curiosidad propia del que se asoma a un mundo nuevo, prueban, tocan,
experimentan, perciben desde la imaginación, no tienen un juicio previo para
cada cosa que se les presenta.
Todos los niños cuentan con alegría, la risa
es un común denominador en cada momento, es la música que los identifica y un
lenguaje que todos manejan.
Todos los niños son tierra fértil. Todo los
que siembres en ellos, florecerá, y echará raíces en su mente y en su corazón...
Entonces, ¿por qué nos cuesta conectar con ese
niño que fuimos? Tal vez porque olvidamos que Ser y Amar es más importante que
tener y poseer. Tal vez porque de tanto preocuparnos por las supuestas
"obligaciones" que nos impusimos para convertirnos en alguien que no somos, le
quitamos lugar a nuestra creatividad y nos olvidamos de experimentar con
alegría, nuevos caminos, nuevas actividades, nuevas relaciones, o simplemente,
mirarnos al espejo sin enjuiciarnos y culparnos por algo.
Cargamos con todo los que nos han enseñado,
impuesto, o forzado, pero no importa nuestra edad, aún podemos recuperar la
esencia de aquella niñez, experimentar aunque sea por un rato, la libertad de
ser libres de toda preocupación y percibir el mundo con total inocencia. Para
ello, querido lector, le propongo un ejercicio:
- Busque un lugar donde se sienta tranquilo, a
gusto y pueda disponer unos minutos en silencio. Siéntese en una silla, cama o
piso con la columna derecha. Haga dos o tres respiraciones lentas y profundas
para sentir su cuerpo y relajarlo. Luego,
cierre los ojos y piense en usted mismo, de niño, la primera imagen que venga a
su mente, no importa la edad, ni el lugar o contexto. Visualice a ese niño con
todos los detalles que pueda, cabello, cuerpo, mirada, sensaciones... Luego,
imagine que su Yo Actual va al encuentro de ese niño... acérquese, obsérvelo,
abrácelo y siéntalo como si se reencontrara con un ser amado. Puede quedarse en
ese abrazo cuanto desee, pero no se disperse dándole consejos o hablándole del
futuro, sólo Siéntalo. Recuerde cómo era, sonríale y dígale lo más importante: te amo. Es todo lo que necesita.
Más allá de cómo hemos sido criados y qué
obstáculos hemos tenido que sortear, la inocencia, la capacidad de asombro, la
creatividad, el juego y el amor incondicional, están latentes en todos
nosotros. Sólo tenemos que desear conectar con ellos de vez en cuando, como un
pequeño ejercicio de desintoxicación del alma.
Y para festejar nuestro día, les dejo un
extracto de "Fotografías del viento"
LA NIÑA
Y EL VIEJO
La niña encontró un pájaro inmóvil sobre el
jardín. Lo recogió y se lo llevó al viejo.
- Hay que despertarlo - le dijo, mostrándole a
la criatura
- Está muerto - señaló el viejo
- Ya lo sé - dijo la niña
- Los muertos no despiertan - devolvió el
viejo
- Claro que sí - dijo la niña - Se los pone bajo tierra y luego se despiertan
en una flor, en pasto o en un árbol.
Que
siempre mantengas despierto, tu niño interior. Feliz Día.
Ana De Pietro - Facilitadora de Memoria Celular
Contacto:
WhatsApp: 249 4557618
Email: anadepietro@hotmail.com
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