16 de abril de 2020
A través de una carta abierta, la vecina Mercedes Irastorza graficó la situación que viven las familias de "El Gallo", en Ruta 74 y Avenida Don Bosco, quienes quedaron 'por fuera' del acceso a la ciudad.
LA CARTA
Carta abierta desde ese lugar lejano y aislado que es "El Gallo"
Desde el día 27 de marzo, los vecinos de "El Gallo" (Avenida Don Bosco y Ruta 74) amanecimos con una barricada de tierra sobre Don Bosco, impidiendo el ingreso a la ciudad. Una de las tantas medidas sanitaria que implemento el municipio para aislar a la comunidad y, así, evitar la propagación del Covid-19.
Una medida acertada, al igual que todas las que se están implementando, ya que, al día de la fecha, según los informes diarios médicos, en Tandil solo hubo dos casos de Covid-19 positivos, sigo hubo porque uno ya está recuperado.
Pero con esta "barrera sanitaria" en particular (Don Bosco) quedamos tres familias un tanto complicadas para ingresar a la ciudad. Vivimos en El Gallo, sobre la Ruta 74, a 100 y 200 metros de la barricada. Y si bien estamos cumpliendo con la cuarentena obligatoria, no podemos ingresar a la ciudad. Claro, podemos ir por La Vasconia, único acceso permitido junto al de la ruta 30, (eso significa más kilómetros, más tiempo, más nafta, pero no importa), pasar el puesto sanitario ubicado en la ruta 226, donde se controla el ingreso y egreso a la ciudad. Entre los controles habituales, además de controlar la temperatura, piden el "permiso para circular" ... permiso que claramente los vecinos del gallo no tenemos. Particularmente, soy docente, no tengo ninguna obligación que me impida quedarme en mi casa y cumplir con el aislamiento social, preventivo y obligatorio, salvo ir a comprar comida, artículos de limpieza, etc.
Los vecinos del gallo que no tenemos "permiso para circular", porque no estamos afectado a ninguna de las actividades consideradas "esenciales". No podemos ingresar a la ciudad, y no es que queremos dar una vuelta, pasear, visitar a alguien. No podemos ingresar para hacer compras básicas.
Lo que molesta no es, la prevención, el "refuerzo de controles", ni nada de eso... lo que molesta es la incoherencia. Los vecinos que viven sobre la Avenida Don Bosco, pueden circular normalmente, y digo normalmente porque en la ciudad no hay ningún control, toda la comunidad va al supermercado, a la verdulería, a la farmacia, a la ferretería, al cajero, y los pobres locos que quedamos "del otro lado" no podemos.
Claro que esto se lo planteamos al personal de tránsito, que está en el control sanitario y es el encargado de corroborar que todos lleven el "permiso para circular", además de que en algunos casos no les importa si llevan o no el permiso, te solucionan el problema sugiriendo que le pidas a otra persona que te haga los mandados.
Bueno hubiese estado que aquel 27 de marzo, cuando cerraron El Gallo, alguien del municipio se acerque a los vecinos del lugar y pregunte que posibilidades teníamos de hacer más kilómetros, que necesidades, además de poder salir (con una vez por semana alcanza). ¿Tuvieron en cuenta si en estas pocas casas viven personas mayores? ¿Alguien con problemas de salud? ¿Consideraron que durante el tiempo que dura la cuarentena podemos llegar a tener un algún tipo de urgencia?
Entiendo que todos hacemos lo que podemos y lo que mejor nos sale en estos momentos, pero bueno sería que, por lo menos a los que tenemos domicilio acá, nos permitan el paso, al menos una vez a la semana.
Mercedes Irastorza
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