15 de enero de 2017
El precio de crecer en el rango de ciudad de urbe intermedia.
Si bien Tandil aún carece de villas miseria, sí ya se detectan desde hace años
asentamientos precarios en conglomerados urbanos muy específicos. El elevado
precio de la tierra que produjo la llamada burbuja inmobiliaria y que se vio
reflejado en el nacimiento de nuevos barrios y centros comerciales, contrasta
severamente con las zonas de máxima vulnerabilidad ubicadas, algunas, en
sectores periféricos de la ciudad. Generalmente, son lugares de carencias
históricas, y otros, más nuevos, han crecido en la modalidad que va más allá de
la llamada pobreza estructural: así se fueron conformando los asentamientos
precarios que requerirá, como está ocurriendo en la planificación de grandes
obras de urbanización, de la larga mano del Estado.
Según los números, en la provincia de Buenos Aires, tal como
lo comunicó el Registro Público de Villas y Asentamientos, hay 1.585 villas y
83 asentamientos. Allí residen 420 mil
familias. El mismo estudio señaló que en nuestra ciudad ya se contabilizan
siete barriadas con estas condiciones, que nuclean a 1240 viviendas. El estudio
se direcciona a través de la Subsecretaría de Tierras, Vivienda y Hábitat, que
conduce Francisco Echarren.
Estos asentamientos precarios se han formado en Las Tunitas,
con origen en la década del 90 y 240 viviendas en la actualidad. También, más
recientemente en el tiempo, en Villa Cordobita, originado en 2004, con 66
viviendas precarias y una extensión de unas 30 hectáreas. El registro también
alcanza a Villa Laza, con 116 viviendas que se crearon en 2001 y una superficie
de 116 hectáreas.
Entre las zonas más conocidas, donde han ocurrido hechos de
inseguridad y vandalismo, se identifica a La Movediza I y La Movediza II. El
primero de los asentamientos está identificado como originado en el año 2002,
con 75 viviendas y una extensión de 11 hectáreas; mientras que el segundo
asentamiento, aledaño al anterior, es el más grande de la ciudad, con 560
viviendas y más de 25 hectáreas de superficie y originado en 2004.
Los otros dos barrios con carencias detectadas por el
gobierno provincial, están al norte de la Ruta 226 y son: La Esperanza, dentro
de Villa Aguirre, iniciado por los vecinos antes de la década del 90 y tiene 62
viviendas y algo menos de 2 hectáreas; y Villa Gaucho, también calificado como
un asentamiento precario, creado en la década del 90, con 120 viviendas y unas
4 hectáreas de superficie.
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