7 de septiembre de 2016
Hace algunos meses, un vestido rayado se convirtió en el tema central de todas las redes sociales, en todos los países del mundo. "¿De qué color es?", fue la simple pregunta que provocó un sinfín de teorías. Desde chicos del colegio primario hasta médicos oftalmólogos. Todos dieron su punto de vista. De un lado, el equipo de los "es blanco y dorado". Del otro, los defensores del "es azul y negro". En los últimos días, en una escala mucho menor, otra vestimenta llamó la atención por su color: la de Juan Martín del Potro en el US Open.
"No sabés cómo me están cargando mis amigos. Pero
bueno, la gente de Nike se encarga de eso... A mí me dan y me dicen 'ponete
esto'", reconoció días atrás la Torre de Tandil, que mañana jugará ante
Stan Wawrinka por los cuartos de final, en una entrevista con ESPN. "Es
llamativo, pero creo que la marca logra el cometido. Mis amigos me criticaron,
así que se quedaron sin remeras, ya les dije". Todas estas bromas la
recibió el tandilense en el grupo de WhatsApp que comparte con sus amigos de la
infancia. Aunque los comentarios trascendieron el ámbito privado.
Con los memes y las cargadas virales, llegó la confusión: ¿es verde o amarilla? La segunda opción fue la que tuvo mayores adeptos, pero no era la respuesta más precisa. El color fue una invención de la marca de la pipa y su nombre correcto es Volt. Es un derivado del amarillo que se aproxima al "lima", elaborado por los diseñadores de la marca hace poco más de cuatro años. "El Volt es el color de Nike. Es nuestro azul Tiffany. No es casualidad que hayamos elegido ese color. El objetivo era crear un fuerte impacto", explicó años atrás Martin Lotti, director creativo de la marca, en una charla con Adage.com.
Lotti fue el cerebro detrás de esta creación. Todo comenzó
dos años antes de Londres 2012, cuando los creativos comenzaron a preguntarse
de qué manera darle visibilidad a la marca en los Juegos Olímpicos. Claro, el
hecho de no ser sponsor (por entonces, ese privilegio lo tenía la empresa de
las tres tiras) y las fuertes restricciones del COI a las publicidades en las
competencias los llevaron a pensar una estrategia para sobresalir dentro de las
leyes. Se resolvió buscar un color de zapatillas para todos los atletas Nike.
Los estudios fueron categóricos. "En general, todo el mundo amaba el Volt.
Es el color más visible para el ojo humano", confesó el inventor. Además,
según aclaró, también permite distinguir con rapidez el isotipo de la compañía.
Fue todo un éxito. Todo el mundo habló de la invasión flúo.
Por eso, y pese a convertirse en uno de los proveedores oficiales de los Juegos
Olímpicos, la marca repitió la estrategia en Río 2016 y sumó una variante: el
color hyper-punch pink. La estrategia volvió a ser efectiva y así llegó al US
Open.
Pero, ¿cómo se define la ropa que usará un tenista en un Grand Slam? ¿Del Potro tuvo alguna incidencia en la elección del color? Antes de cada gran competencia, las grandes marcas les envían a sus deportistas la ropa que utilizarán en la competencia y en las giras posteriores, siempre respetando los nuevos diseños que serán igual para todos, salvo para Roger Federer, Rafa Nadal y Serena Williams -en el caso de la pipa-, que tienen líneas exclusivas. En el caso del Del Potro, antes del US Open la marca le envió dos juegos de ropa: uno para cuando le toca jugar de día -el más llamativo- y otro para la noche -el más sobrio, negro con algunos detalles en volt-.
Con el tiempo, se confirmó que el vestido era azul. "El que las veamos de un color u otro depende de cómo sea nuestro detector (la retina) y de todo lo que nuestro cerebro haya aprendido a lo largo de la vida", explicó un especialista en una de las tantas notas que se publicó al respecto. Más allá de la tonalidad, la ropa de Del Potro en Nueva York también se robó la atención de todos. ¿Verde, amarillo o volt? No importa. Como dijo el tandilense: "Creo que la marca logra el cometido".
Por Jeremías Prevosti
para La Nación
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