11 de diciembre de 2023
por
Simon Ventos Taborga
- Cada vez que escucho una moto, más ganas me
dan de que alguien los meta a todos en cana o haga algo.
- Me sorprende porque lo escucho de mucha
gente, gente copada; y hasta un poco coincido.
La charla se dio entre dos amigos menores de
35 años en una cena de fin de semana largo, sorprendidos por su primera
¿reacción conservadora? La contaminación sonora y los problemas que ocasionan
los ruidos de las motos es tendencia en casi cualquier lugar de la ciudad, una
epidemia que va desde La Movediza hasta la Avenida Don Bosco y ocupó los
primeros planos de todos los medios tandilenses durante el fin de semana.
Lo que pasó este fin de semana en Tandil fue
contundente: las principales avenidas se llenaron de los ruidos de motos; las
avenidas Lunghi, Perón, Rivadavia, Diagonal del Parque, Avellaneda, Alvear,
Saavedra Lamas y Don Bosco se transformaron en un corredor de personas que
disfrutan de hacer muchísimo ruido. Inexplicable.
La situación formó parte de todos los medios
de comunicación locales: "Una enorme caravana de motocicletas produjo fuertes
ruidos en horas de la madrugada", y "Ruido ensordecedor: decenas de motos con
escapes libres circularon por la ciudad", fueron los títulos que graficaron lo
que pasó el último viernes por la noche. De la misma manera las redes sociales
se inundaron de vídeos sobre el momento en que cientos de escapes libres toman
la ciudad. El fin de semana terminó con la imagen más triste y preocupante,
consecuencia de esta situación: una persona atacó a una grúa municipal que
secuestró (o al menos intentó hacerlo) una moto.
Del pequeño relato entre dos amigos a esta
situación que vivieron los inspectores de tránsito en la Diagonal del Parque
surge una sola pregunta: ¿qué hacemos? Todo indica que vamos a una suerte de
ley de la jungla, en la que sin una acción concreta del Municipio para
erradicar este problema y un aumento de la violencia de las personas que
disfrutan del ruido, los tandilenses de bien tendrán dos soluciones: intentar
parar con los ruidos o abandonar el corredor motoquero. Cualquiera de las dos
es una locura.
¿Que intentaron hasta ahora los representantes
de la ciudadanía para enfrentar la situación? No pocas cosas. En el Concejo
Deliberante hay proyectos para dar batalla: Juan Manazzoni, del Pro, presentó
un proyecto de ordenanza para incrementar controles y combatir los ruidos
molestos en abril del 2022. El referente de la Libertad Avanza, que desde ayer
tiene representación legislativa en la ciudad, escribió en marzo del 2022 una
nota que se titula "El infierno que vivimos los vecinos de Tandil por los
ruidos molestos", y sumó el tema a su última campaña electoral. Finalmente los
peronistas Darío Méndez, hoy en el Concejo Deliberante, y Rogelio Iparraguirre,
Diputado Nacional, presentaron dos proyectos para atender la situación: la
construcción de un picódromo (ya sea público o privado) y que hoy parece clave;
y la creación de la Escuela de Manejo, para atender la falta de un política
pública municipal en materia de educación vial.
Algunos de estos proyectos de ordenanza fueron
aprobados, pero nunca reglamentados por el Gobierno Municipal que todavía
parece no tener una respuesta para el problema de consecuencias inimaginables.
Los controles de tránsito no alcanzan, y falta decisión del Gobierno de Lunghi
para erradicar estos ruidos molestos que transforman al lugar soñado en un
lugar imposible para vivir.
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