28 de septiembre de 2017
por
Mauro Carlucho
Los Verellen llegaron a Tandil después de la Gran
Guerra y recién en 1953 fundaron la
empresa constructora que permanece hasta la actualidad. La historia cuenta que
Pablo fue el que hizo los primeros planchones en Argentina. Ese fue el comienzo
de una dinastía que continúa hasta nuestros días.
Felipe es el segundo hijo de Verellén y Ana María Alewaerts,
otro apellido asociado con el empresariado y la tradición serrana. Pero este
emprendedor supo hacer un camino propio dentro de la ingeniería familiar.
La historia cuenta que quería estudiar arquitectura, pero su
padre lo alentó a que se quede a su lado en la empresa familiar. A su lado es
una forma de decir, porque en verdad tuvo que empezar bien de abajo, trabajando
como aprendiz de plomero.
Nuestro #Emprendedor de la semana se presenta como un
creativo o inventor. Así lo rubrican las muchas licencias que fue presentando
en tantos años de trabajo.
Su expertiz estuvo íntimamente relacionada con el mundo de
la construcción, pero también supo incursionar en otros menesteres, como por
ejemplo un criadero de truchas en medio de estas sierras milenarias.
Tampoco llama la atención este rotulo de creativo. Si
hurgamos en el árbol genealógico de la familia, encontramos una línea
importante de arquitectos y decoradoras. Los trabajos que Felipe está
realizando en este momento tienen mucho de arte y diseño.
Podríamos pensar que este presente fue diseñado por su
padre. Quien lo hizo pasar por varios oficios y lo rodeó de verdaderos
maestros. Felipe le contó a ElDiarioDeTandil que sus principales maestros
fueron el plomero, el mecánico y los constructores que lo acompañaron aquellos
años en la empresa familiar.
Luego su padre le delegó un lugar jerárquico en la
constructora, pero no se quedó allí y fue buscando un camino que le permita
cumplir sus propias metas.
Dentro de la empresa familiar, generó muchas ideas e inventó
piezas que significaron un gran avance. Pero sin dudas, su obra culmine (hasta
ahora) son las salamandras o estufas a leña que trascendieron la provincia y
llegaron a cada punto de este extenso país.
Las salamandras Verellen tienen características
especiales. Un pulmón recuperador de
calor, vitrocerámico, con robustez y potencia que las hacen distintas en el
mercado nacional e internacional. Él dirá que quería una estufa para leños
grandes, que duren toda la noche. Pero los detalles fueron mucho más allá.
Felipe cuenta que un día compró una estufa y la casa se le
llenó de humo. Ahí mismo se desafió a que podía construir algo mejor. Tenía los
conocimientos en herrería y toda una fábrica para llevar adelante un nuevo
proyecto.
Según sus palabras, "la creatividad es una mezcla de arte e
inteligencia". No alcanza con tener los recursos. Después intervienen otros
factores que no se compran con dinero.
La salamandra de Felipe fue un éxito. Sus familiares y
amigos le empezaron a pedir una y así el boca en boca se hizo imparable. No
había redes sociales ni publicidades ostentosas. Empezaron a llegar pedidos de
otras ciudades y rápidamente las salamandras Verellen se hicieron famosas
nacionalmente.
Otro hito en su carrera como creador fueron los ladrillos
ecológicos con base de material reciclado (poliestireno expandido). Con el clásico
telgopor generó un producto que ofrece mayor resistencia mecánica, excelente
comportamiento a la intemperie y gran
aislamiento térmico y acústico.
Hubo también otro emprendimiento novedoso. No tenía nada que
ver con la construcción. Pero le puso el mismo ahínco. Aprovechando la
extraordinaria locación familiar, en cercanías del cerro Punta Aguirre, Felipe
instaló un criadero de truchas que a la postre le trajo más dolores de cabeza
que satisfacciones.
Con el tiempo fue dejando cada proyecto, algunos lo
continuaron sus hijos y otros quedaron en stand by. Pero no puede quedarse
quieto. En el fondo de su casa levantó un tallercito que invita a quedarse
mirando su trabajo. Él lo presenta como arte en concreto. Una combinación
exquisita de arte y construcción.
No quiere hablar de retiro o jubilación, siente que tiene
muchas ideas por seguir adelante. Todavía sueña con que alguien siga su legado.
Es el afán de alguien que no se detiene, un creador que ve desafíos donde otros
ven dificultades.
Lee mucho, viaja más y es un curioso por naturaleza. Le
gusta soñar proyectos, ponerlos en práctica y darle vida. Luego sigue su
camino. Es un creativo incansable. Un promotor. Un hombre de su tiempo que
dejará una marca insoslayable.
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