1 de junio de 2024
por
Brando Bruni
El viernes por la noche, Airbag pasó por
Tandil para brindar un tremendo recital ante las más de 2000 personas que
llenaron el gimnasio del Centro Cultural Universitario.
Apenas pasadas las 21 horas, la banda salió al
gran escenario para la alegría de los fans que corearon y gritaron desde el
primer minuto.
"Jinetes Cromados" fue el tema que rompió el
hielo a puro rock and roll de la vieja escuela, con guitarras furiosas y una
potencia impresionante.
Se fueron hilando otras canciones como "Intoxicarme",
"Vivamos el momento" y "Va a ser difícil olvidar" y "Cuchillos guantanamera", a
un ritmo vertiginoso; hasta llegar a "Nunca lo olvides", para bajar un cambio y
brindar uno de esos momentos de grandes coros del público.
La aparente tranquilidad duraría poco, para
darle paso a "Bajos instintos", otro rock old school acompañado en la pantalla
gigante con un guepardo e imágenes de tormentas. Por si le quedaba la duda a algún
despistado sobre si Airbag es la banda que aun sostiene la bandera del rock que
supo ser mainstream en los 80 y 90, que clarísimamente los crió, despejaron
cualquier sospecha.
Para sumarle accesorios a esa imagen ultra
rocanrolera de otras épocas, fue que Patricio Sardelli se cuelgue la doble
guitarra para tocar "Diez días después".
Seguidamente, "Noches de insomnio" demostró
que es un hitazo con su "estoy tan loco" coreado
dejando la garganta por todos.
Más estética super clásica y rockera: imágenes
de guerra y acción en la pantalla para ilustrar "Apocalipsis confort", en una
versión que fue pura potencia. Tremendo, uno de los puntos altísimos de la
noche.
Sonó "Pensamientos" para darle pasó a otro
momentazo con "Huracán", donde los hermanos Sardelli aparecieron en escena con
máscaras de calavera. Y si, si hay una imagen simbólica de aquel rock
noventero, eran las calaveras y tiene todo el sentido del universo que estén
presentes en un recital de Airbag.
Luego de "Cicatrices" le dio paso a uno de los
enormes hitazos de la banda que a esta altura nadie puede negar que es un clásico
del cancionero argentino: "Cae el sol". Y por supuesto, el gimnasio de calle
Yrigoyen volvió a estallar al grito de "No queda nadie en la ciudad pero por
vos me quedo acá".
Después de "Motor enfermo" y "La moda del montón",
acompañada de las tradicionales pelotas gigantes que aparecen en los recitales
para que se vaya pasando el público, pero en esta oportunidad, con calaveras.
Si, calaveras otra vez. Emblemático.
"Colombiana" hizo que varias de las fans se
saquen sus remeras para revolearlas, mientras se subían a los hombros de algún
voluntario.
A esta altura llegó otro de los grandes
clásicos, ese temazo que musicalizó una infinidad de videos emotivos y sigue
siendo inoxidable: "Por mil noches".
Se apagaron las luces para el falso cierre,
porque obviamente se vendrían los bises.
Pato apareció solo en el escenario con un
sombrero tricornio para interpretar una sentida versión del clásico de Creedence
Clearwater Revival "Have You Ever Seen the Rain?". En solitario, se despachó
con una rockerísima "Quinta Sinfonía" de Beethoven, en su pose más Slash, gorro
incluido.
Así, solo, arrancó con nada menos que el "Himno
Nacional Argentino", mientras se sumaba el resto de la banda y el CCU llegaba
al éxtasis.
"La Partida de la Gitana", otra que sabemos
todos y quedó demostradísimo, le dio paso al otro cover de la velada: "Johnny B
Goode".
"Como un diamante", "Kalashnikov" y el mega
hit "Solo Aquí" cerraron la potente noche.
A esta altura, hablar de lo importante que es
Airbag en el rock argentino, es trillado. Mencionar que fue la banda de pibitos
que apareció a principios de los 2000 para transformarse en una topadora
rockera, también se ha dicho. Los hermanos Sardelli son el último bastión del
rock que sonaba a pleno en los 80 y los 90, no solo desde su sonido de
guitarras demoledoras que te pasan por encima, sino desde la imagen y la
puesta, que se empeña en demostrar que ese estilo puede estar más vivo que
nunca.
Nota aparte para Patricio Sardelli, último Guitar Hero del rock nacional. Puede
haber violeros más jóvenes que la rompen, sin dudas, pero en la primera línea de
cualquier festival, no hay otro guitarrista que recupere esa esencia y la
sostenga casi como una cuestión de principios.
En resumen, Airbag brindó un enorme recital y,
viendo que su público está lleno de menores de 25, demuestra que el rock no
morirá jamás.
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