GASTRONOMIA. El Garito: "La cocina vasca que enamora a los tandilenses"

Txuma nació en Pamplona, es un ferviente seguidor del Osasuna que vive hace cuatros años entre nosotros. Cruzó el océano buscando aventuras, quizás siguiendo los pasos de su abuelo que había hecho el mismo trayecto el siglo pasado. Aquí se hizo de amigos y de amores.

Federico es el otro protagonista de esta historia.  Él llegó hace 15 años a la ciudad, proveniente de La Plata. Aquí cursó sus estudios y se recibió de chef. Luego, probó suerte en Capital Federal y se especializó en su oficio.

Se hicieron amigos compartiendo la cocina en otro restaurante de la ciudad. La idea de tener un lugar propio fue prosperando con el tiempo y hoy se sienten orgullosos de tener un restó singular y diferente a lo que había. Su idea no es competir contra el resto de la gastronomía local, sino que apuntaron a una propuesta distinta. Donde se conjuga la comida vasca y el toque argentino. "Comida fusión" que le llaman. "Aquí ofrecemos comida bien tradicional. Nuestros platos son del 1700 o del 1800. Es la comida que preparaban nuestras abuelas hace algunos años y que de a poco fueron perdiendo lugar. Apenas le damos un toque personal. También tenemos minutas y comidas argentinas. Están los platos del país vasco, pero no descuidamos las tradiciones de Argentina", explicó Txuma con esa tonada tan característica.

Para aquellos que no están al tanto, les contamos que la gastronomía vasca se caracteriza por tener gran cantidad de pescados y mariscos. Pero también tiene fama mundial por la abundancia. Los vascos son de buen comer. Casi a reventar, como decimos por acá.

En Tandil hay una gran colectividad y descendientes de vascos y españoles que enseguida pusieron el ojo en El Garito. En su fachada se anuncian como una sidrería, denominación que rápidamente llamó la atención.

El salón ubicado en Rodríguez 337 tiene un diseño sobrio, con muebles antiguos y mucho reciclaje. Remite a un restaurante viejo del interior. "Buscamos el estilo de un bodegón o esas cocinas donde la abuela era la principal protagonista. Aquí se viene a comer y a charlar, el televisor está de adorno y la música suena muy de fondo. La gente debe saber que aquí lo importante es la comida", agregó Arabi.

Los platos son muy llamativos. Podemos encontrar merluza a la vasca, chorizo, bonito a las tres pimientas. También hay postres y paellas españolas. La sidra marca una diferencia. Me animo a decir que es el único restaurant de Tandil que intenta recrear la mística de tirar la sidra. En El Garito la sidra no se sirve, se tira. Txuma explicó esta tradición que trajo de su tierra: "En el país vasco cada restaurant tiene su sidra, es algo típico nuestro. Es como un vino blanco hecho con manzanas, distinto a lo que hay aquí. La sidra se sirve desde lo alto y tiene que romper contra el vaso, allí desprende su magia. No importa que una parte vaya al piso o te salpiques la mano, esa es nuestra tradición y así se sirve la sidra".

Por supuesto que hay un menú especial en base a la sidra. Hay platos para disfrutar solo o para compartir y vale destacar que no se cobra cubierto. Los precios están al alcance de todos. También hacen delivery a domicilio. Las paellas se llevan en la mismísima paellera. Vale destacar este detalle. De la cocina de El Garito directo a tu casa.

"Somos gente joven, que le ponemos mucho amor a lo que hacemos. Tenemos una propuesta distinta y queremos que venga todo el mundo a conocernos. Los tandilenses y los turistas. La comida fusión nos permite ir buscando cosas viejas, algunos platos que encontramos en los libros de las abuelas. Quizás por eso viene más gente grande a comer, pero ojo hay opciones para toda la familia. No cobramos caro, no nos sirve. Queremos que la gente coma bien y se distraiga un tiempo de sus obligaciones", dijo Txuma.

Hay mucha pasión y valentía en sus palabras. Soñaron con este lugar y hoy es una realidad.

Abren todos los días mediodía y noche, excepto los miércoles. Se puede solicitar por eventos especiales o festejos. En El Garito hay buena onda y respeto por la verdadera protagonista: la comida.