17 de junio de 2016
por
Brando Bruni
(Por Brando Bruni - Fotos Nicolás Procopio -
Gracias al staff del Teatro Municipal del Fuerte)
Eduardo es
uno de los referentes más importantes de la producción teatral en nuestra
ciudad. Es normal ver a Tandil empapelada con afiches que anuncian obras con
grandes elencos llenos de figuras a nivel nacional, y detrás de la mayoría de
esas producciones está de alguna manera la mano de Producciones EG. Encima, le
sumó hace unos años shows musicales con bandas de muchísimo renombre.
"VI LUZ Y ENTRÉ"
Este tipo
de entrevistas se suelen plantear en un café o en la redacción, pero siempre es
mejor ir al lugar de los hechos. Ahí las emociones emanan de otra manera, el
tema en cuestión sobrevuela todo el tiempo. Entonces, decidimos encontrarnos
con Eduardo en un teatro, y no caben dudas que el más emblemático por estas
fechas es el Del Fuerte. Un martes por la tarde, lo tuvimos todo para nosotros
solos. Sentado en la primera fila de esas casi 500 butacas, comenzó a contar su
historia con la producción.
Nos dijo
que allá por 1977 todo arrancó casi de casualidad, "vi luz y entré", mencionó con una sonrisa.
"Con mi esposa y en familia, hace más de 40
años que vamos a Mar del Plata. Íbamos por los espectáculos, casi no pisábamos
la playa. Con las nenas chicas fuimos a Necochea. Vimos que se promocionaba la
obra "Pijamas de Seda", con Susana Campos y Rudy Carrié. Teníamos a un amigo
grafólogo de Mar del Plata, y por él habíamos conocido a Susana. Me animé a
acercarme y decirle si querían venir a Tandil. Lo hablamos y Rudy se instaló
una semana, me indicó un montón de cosas, comprábamos las entradas en La
Minerva, hasta salimos a pegar los afiches nosotros", relata sobre aquel primer paso y
agrega que "fue en el Auditorio del
Museo, todos mis primeros espectáculos fueron ahí, era la única sala que había.
Se programaron cinco funciones. Una no se pudo hacer el domingo, y como era la
semana anterior al 25 de mayo, volvieron el 24 y fueron nuevamente dos
funciones llenas".
Ese primer
envión hizo que comience a girar una rueda que aun no para: "Después me llamó un amigo que era actor
amateur y escribía algunas cosas para televisión, contándome que estaban
haciendo una obra con José María Langlais, Thelma Stefani, María Rosa Fugazot,
entre otros. Y encaramos, traje eso. A todo esto, con un amigo con quien
estábamos de representantes de una financiera trajimos a beneficio a Borocotó y
su Familia. Todo esto en un par de años, eran todas figuras grosas, de cine
inclusive".
"ERA OTRO TANDIL"
Eduardo
recuerda también que aquella ciudad de sus comienzos entre bambalinas, "era otro Tandil absolutamente, y en algunas
de las cosas hasta no hace mucho. Primero, venía solo la gente grande. Como
anécdota, cuando traje "Sexo, Droga y
Rock N Roll" con Gerardo Romano, me contó que cuando se asomó a espiar y
vio todas cabezas blancas, no sabía que iba a pasar". Y un detalle marca a
las claras las diferencias: "Tenía un
listado en cuaderno cuadriculado de varias carillas, y estaba dos o tres días llamando
por teléfono invitando gente".
Dice
también que las visitas de ciertas figuras "eran
todo un acontecimiento" y que "era
otra forma de producir, era otra gente, no eran estos costos. Las luces, eran
par 500 lo más groso, después empezaron a caer los primeros Par 1000, hoy no
bajan de 1000, robóticas y leds".
Hoy se
asombra con ciertos cambios, como la cantidad de gente joven que se acerca a
las obras "de 28 o 30 para arriba,
cuando antes eran de 60. Después, según el espectáculo, mucho universitario u
otros jóvenes. Me sorprendo con The Beats o Larralde, donde los hijos motivan a
los padres".
LA PREGUNTA TRÁGICA
El
curriculum de Eduardo en cuanto a producción es inmenso, por eso es casi
imposible que pueda elegir una obra sobre otra. Dice que "¿cuál lo conformó?"
es una pregunta trágica, pero de todos modos, menciona que a nivel de lo grande
que fue no podía creer lo que pasó con el famoso musical Drácula: "Fijate la escenografía que tenía que a los
candelabros hubo que sacarle los pies, dos estaban en el hall de ingreso y
otras dos o tres cosas en la sala porque no cabían en el escenario".
Después,
relata que se maravilló con algunas figuras, como Miguel Ángel Solá, y se le
hace un nudo en la garganta cuando cuenta cuando puso en escena "La Piaf" de Virginia Lago. "A veces me pongo a pensar y me quiero
morir", exclama.
"HAY PÚBLICO PARA TODO"
Hoy, la
actividad artística tandilense está sin dudas en uno de sus puntos más altos.
Basta con repasar la agenda del fin de semana para notar la enorme cantidad de
propuestas, tanto locales como foráneas. Tanto es así, que a veces los shows de
gran convocatoria se terminan superponiendo: "Me pasa a mi. Fijate que tengo el mismo día Divididos y The Beats, y
en agosto también tengo dos obras, el año pasado me pasó lo mismo. No es fácil
para los armadores de gira combinar sala, productor local y la zona, porque hoy
no podes pensar en traer una obra solo para una localidad, el transporte es
carísimo. Hoy nada de baja de un micro doble piso".
Sabe
también que además de sus propuestas dirigidas a grandes convocatorias, existe
un under con el cual se convive bien. "Hay
público para todo. Hay gente a la que le gusta el teatro pero no puede ir a
tres obras por mes. Algunos son muy teatreros y al no poder pagar estas entradas
va a ver el teatro local, a otros realmente le gusta y apuestan a lo local
porque hay cosas realmente buenas. Sobresale claramente el Club de Teatro, que
hacen producción. Hace 30 años atrás hablaba con algunos directores y había
celos, no se juntaban para poner producción. Aún no estaba la cultura del
teatro", señala.
QUE SEA ROCK
Hace un
tiempo, a Giménez se le amplió el panorama cuando empezó a meterse en un rubro
que para él hasta el momento era impensado, el rock. "Hubo una sociedad de productores, uno del teatro y otro del rock, que
me hablaron para hacer algo y les dije que si. No coproduzco directamente
porque no es mi palo, me gusta, hay onda. Hago la gestión, fue como apoyo a dos
amigos jóvenes", explica y añade que con una movida como la de Divididos en
el Anfiteatro "no me puedo mover tanto,
tengo mi trabajo, y acá en Divididos viene una técnica de arriba de 100 mil
pesos y hasta la seguridad es de afuera, son como 70 personas".
Dice que
esta movida "me encanta me gusta mucho
la cosa social, entonces veo lo que crea eso, esa energía, toda la gente
saltando y veo lo lindo que es. Más allá de la banda que no se cual es mejor o
peor, me puede gustar o no pero no tengo oído. Estoy muy a gusto, cuando
traíamos a Museo me quedaba todo el show".
"PARA SER PRODUCTOR TE TIENE QUE CALENTAR EL
ARTE"
Conocedor
del ambiente, sabe el momento económico que se está atravesando y como muchos
deciden recortar primero por el lado del entretenimiento. Pero no se achica y
dice que "para ser un productor de espectáculos,
básicamente teatral que es lo que puedo hablar, tenés que amar el teatro, te
tiene que calentar el arte. Si no te calienta, vas a ser un burócrata. Y hay
que correr riesgos, yo he traído obras sabiendo que no iba a venir gente, con
algunas me he sorprendido pero no la pego siempre".
"Hay productores como Carlos Rottemberg que
realmente quieren a los actores, yo me identifico mucho con él. Cuando vienen a
Tandil van a uno de los mejores hoteles, vamos a comer a uno de los más
concurridos restoranes, y podría hacer diferencia ahí, pero respeto a la gente
que trabaja. Esto se vive de lo que resulte, pero hay que seguir. Ysiempre
traigo de calidad, veo todo y sino tengo 10 referencias. Tengo muchos actores y
productores amigos que recomiendan", explica.
Dice
también que lo se juega "es mucho dinero
por lo que uno maneja y lo que te cuesta recuperar, con esto no se hace plata.
Se hace si sos Faroni que haces 15 obras, si fallaron cinco tenés 10 más, y
cuando ganaste es en serio. Algunas de sus obras hace seis años levantaban 50
mil pesos por noche".
El amor y
la pasión por el teatro se le notan, incluso estuvo entre sus proyectos manejar
uno propio: "Sería como la juguetería
para un nene. Además, podrías traer muchas muy buenas que no se pueden traer ahora
por los costos, porque en Tandil son muy caras las salas. Lo pensé, es más,
tuve dos propuestas para el Cervantes, que no me dieron pelota. Es parte de los
tandilenses creer que alguien solo va a poder arreglar algo a ese nivel".
Hablando
entrecortado por la emoción cuenta que "en
los programas hace muchos años que pongo algo así como "Invierta en salud, concurra al teatro". Es sanador, es hermoso, es
un placer. Es un sueño, me encanta entrar a un teatro. Por eso entiendo a los
actores sin haber subido nunca a un escenario, me daría vergüenza. Los entiendo
cuando estado mal, con fiebre o peleados entre ellos, y no les pasa nada".
Y aunque no le guste mucho eso de aparecer y subir a las tablas, para la foto sabe que no le queda otra y encara la escalerita sin problemas.
NOTA PUBLICADA EN EL SEMANARIO EL DIARIO DE TANDIL DEL SÁBADO 11 DE JUNIO DE 2016
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