16 de enero de 2017
LA MODA QUE INCOMODA
Hace unos años, no había evento posible sin la fuente de chocolate o el
bendito pernil. Así todos hacíamos cola esperando un breve
sándwich de carne asada lentamente. También nos sentamos en las sillas de
plástico vestidas de blanco con moños negros o del
color de la ambientación. Asistimos a la mutación de los centro de mesa apoyados
sobre espejos que se volvieron altísimos -para no molestar la visión de los
comensales- luego aparecieron las barras de tragos con los
actuales ¡frascos de dulce con pajitas negras en lugar de vasos!. No nos
olvidemos de los tacos mejicanos y los pinchos kebab bien árabes. Ahora los cumpleaños de los chicos se
festejan en los Peloteros, y el pastel de papa se volvió un plato sofisticado.
Siempre habrá una nueva moda, que aplastará algún clásico. No entender la
velocidad de estos cambios nos resta herramientas para ser competitivos.
Las novedades -incluyo la música- son
como los remix: se apoyan en viejos clásicos que se rescatan del olvido con un
barniz del novedoso siglo 21.
SIN MIEDO A LA HISTORIA
Tienen más de 200 años de historia. Pero todo lo que vemos por primera vez, lo interpretamos como una MODA o un FENOMENO NOVEDOSO, y el hecho que se monten
sobre vehículos vintage, nos remite a
un recurso de marketing.
No es así, querida gente.
Si pensamos que los jeans nacieron por una necesidad de los mineros, con
costuras reforzadas y remaches para aguantar de todo, estos restaurantes
móviles tienen origen en alguna necesidad de una época.
En el siglo XIX, surgieron los
primeros carros de comida y tuvieron marca
registrada: "Chuck Wagon". La primera experiencia fue la del granjero
estadounidense Charles Goodnight en 1866, cuando se preparaba para mover un
arreo por el desierto desde su rancho en Belknap (Texas) hasta Denver
(Colorado). Era su segunda travesía y pensó que armar la cocina en cada parada
sacando utensilios y provisiones, le requería demasiado tiempo. Se le ocurrió
montar en una de sus carretas, los cajones, estantes y vajilla sencilla, con algún
agregado para poder prender el fuego deslizando una plataforma de hierro, con
un lateral que oficiaba de mesa larga. Este carromato le sirvió en el desierto
y en las ciudades donde entregaba el ganado, a tal punto que decidió mejorar la
idea y patentarla. Usó su apodo de Chuck para instalar una solución que pronto
llegó a las minas, a los rodeos, y a cuanta fiesta del oeste americano juntaba
gente. Se volvieron esenciales para los vaqueros y hasta los solemos ver en
alguna película del oeste.
Los food-trucks -carros de comida- evolucionaron a grandes pasos en el
siglo XX. En 1936, la marca Oscar Mayer comenzó a vender sus productos en
carros con forma de salchicha y en 1950 surgieron los primeros camiones
heladeros. La revolución de la vida hippie lleva a California la onda de los
puestos playeros que al inicio de los ?70, usando viejos
vagones de carga de FFCC, se reconvirtieron en pequeños cafés con restaurantes
sencillos. Más llamativos?mejor.
Nola McKey, cuenta en su libro "Texas Highways" ésta y otras historias de
las comidas y su evolución.
Así como nuestros "Pancheros" instalan sus Food Truck a la salida de los
boliches, pues en universidades como
Yale, Harvard, Princeton y Cornell, estos carros llegaron a ser conocidos como
"dog wagon".
Nada nuevo bajo el sol. Pero para polemizar sobre competencia desleal siempre
se encuentran motivos.
EN EL CINE
En 2014, el
film CHEF, dirigido y
protagonizado por el australiano Jon Favreau, cuenta la historia de Carl
Casper, un chef que pierde su trabajo por discutir con el dueño del restaurante
(Dustin Hoffman), y decide encarar un proyecto de venta de comida cubana en un camión junto a su ex mujer (Sofía
Vergara) y su mejor amigo (John Leguizamon), sumando a un divertido personaje
femenino: Molly interpretado por Scarlett Johanson. Todo lo que se puede
aprender y describir de un Food Truck, está en esa película.
Europa, tampoco se quedo atrás.
Ya usaban carromatos con la originaria "roulette" de Blas Pascal, que
estacionaba en la puerta de los burdeles, y además de apostar, en el carromato
se bebía y se comían algunos dulces para que subieran las mujeres de "favores".
Y corría la mitad del año 1600, digamos siglo XVII.
En EEUU el reparto de leche y helados, usó el sistema de Food Truck a la
salida de las escuelas y la misa del domingo. Lentamente se fueron sumando los "Cupcackes"y los "Hogdtrucks" o carros
pancheros.
En toda Europa no hay fiesta popular que no cuente con ellos, hasta la
famosa Feria de Abril (en Sevilla), sumó esta modalidad a los clásicos stand de
comidas, para comer boquerones o puntillitas bebiendo manzanilla de solera?
Diario de viaje
Corría 1980,
para llegar a la EPHE en la añosa Rue
Des Ecóle de Paris, era habitual bordear el Parc Painlevé, en el distrito XV o
mejor dicho : "le 15 éme arrondisement du
Paris". Una especie de territorio gitano, que anexaba también ruidosos
cubanos y brasileros triunfantes con su hit Lambada. Los romaníes o "roms" o "tsiganes"
(nominaciones francesas para los gitanos trashumantes, no confundir con "Gitan",
que se refiere a los españoles andaluces), estas etnias sin lengua escrita, sin
escolaridad y muy hábiles con los cálculos y los negocios, no podían tener
propiedades registrables, por tanto sus bienes eran cadenas, pulseras y adornos
de oro y camiones o carromatos sin papeles. Las fiestas de casamiento duraban
una semana tornando normal que casi todos los días hubiera algún bochinche.
Existía de verdad el personaje del taxista Joe, un cubano que llevaba
ron y música de mambo en su taxi, según la canción de Vanessa Paradise? y la
reina del mambo por entonces era Yma
Sumac, cantante lírica peruana, que para safar del hambre, vivía con los
tsiganes y ¡cantaba mambos!. En ese ambiente surrealista, los sábados se
transformaban en una experiencia memorable: los carromatos donde vivían y
cocinaban los tsiganes? abrían sus alas laterales para vender algo tan
exquisito como escaso de probar: "ciganska pecienka", que
traducido sería cerdo asado al estilo
gitano. Las mujeres con unas estrafalarias teteras de cerámica vulgar, cuyo
centro tenía un cilindro agujereado, hacían el té tsigan con azahares y tiritas disecadas de las cáscaras
y hasta las hojas de los naranjos del parque, a los que sumaban trozos de otras
frutas. Las mesas y los bancos ocupaban sin respeto la calle y el baile ruidoso
también. Así conocí a Yma, también a
Roger Whittaker (cuyo cocinero era gitano y se escapaba cada tanto) y a Goran
Bregovi?.
Si alguna
vez, pueden probar ese asado
gitano, más parecido a un estofado de cerdo macerado una noche entera con leche, y
cocinado lento con cebollas, pimientos, un toque de miel, mucho ajo y servido
sobre un pan suave o en un cuenco de cobre, en un carro de la calle con mucha
música festiva, entenderán porqué las
nuevas modas, solo son recuerdos de cosas ya vividas.
Como me decía Paolo Virno mientras seducía alguna romaní: "No termines tu tesis sobre los tsiganes, sin dedicarle un capítulo a
la receta del "ciganska pecienka", y ?al
té romani" .
EL MUNDO ES NUESTRA ALDEA
Probablemente un montón de
novedades que reconocemos fantásticas cuando viajamos, nos resultan molestas o
discutibles cuando ocurren en casa, en el barrio, en nuestra ciudad.
Pero globalizarnos y conectarnos al mundo trae muy velozmente costumbres
de otras dimensiones y culturas. Igual algún día iban a llegar, si en el siglo
XIII (1200), Marco Polo trajo en sus frágiles naves, cientos de novedades de
oriente, ¡es muy tonto pensar que con Internet no podrían llegarnos otras
costumbres!
Si copiamos los Shopping, los envases y las marcas de café, ahora
consumimos "tacos", jengibre, hemos descubierto el maracuyá y vemos por el
canal GOURMET, un especial? ¡de comida en los food trucks!
Resistirse como un resorte a las novedades, aunque sean vintage, no sirve. Rebotaremos
tontamente sin resultados. Las peleas válidas son aquellas que nos permiten
alguna posibilidad de ganar, las batallas perdidas (la edad y la juventud a
toda costa), no son muy inteligentes.
Los reflejos deben ser rápidos, y así ya está en marcha una
reglamentación para que funcionen estos camiones de comidas, paguen sus
impuestos y sobre todo tengan la garantía de un buen manejo de los alimentos a
través de bromatología.
Ahora, si lo que se reclama, es una cuestión de competencia
novedosa, es otro asunto.
Sin competencia, nuestra industria automotriz -allá por los ?80- no tenía
ni levanta vidrios automáticos, ni dirección asistida, ni cerradura
centralizada a distancia, menos aún pensar en aire acondicionado o pasacasettes.
Bastó que Renault sacara la coupé Fuego al mercado, para que los autos jamás
volvieran a ser iguales. ¡Gracias a Dios!
Andar otros caminos nos enseña y nos inspira.
En casi todas las ciudades importantes del mundo hay una o dos veces por
semana, mercados de verduras y frutas, especias y flores. ¿Alguien se desangra
por eso? Que bueno poder comprar los limones recién sacados de la planta o los
quinotos o el dulce de zapallo. Aquí la llamamos feria de las economías
populares y funcionan en el Centro Cultural Universitario de calle Yrigoyen.
Bien podrían estar en algún paseo los jueves y los sábados. Ya ocurrirá. Es
cuestión de tiempo.
Al este de Londres, sobre la avenida Tower Bridges está el Bermondsey Square Antiques Market, sólo
funciona los viernes hasta las 18.15 hs. Maravilloso poder comprar antiguos
platitos de legítima porcelana inglesa, un marco para retrato tallado o una
bandeja de plata que cumplirá 200 años. Y no es el único lugar. Sabina le cantó
al "RASTRO" en Madrid, donde todos vamos a ver de qué se trata, o más cerquita,
en Montevideo a la feria de Tristán Narvaja.
¿Piensa usted que lo que se despliega cada fin de semana en la plaza San
Martin (Rivadavia y M. de Andrea) no es un verdadero mercado
de pulgas?
¿Y qué ocurre? los bazares y las casas de decoración ¿hacen piquete?
Esas cosas de familia que quedaron amontonadas, las tazas desparejas y
los cubiertos incompletos se merecen un mejor destino. Esas sillas provenzales,
o los cacharros y macetas antiguas, la vieja maquina de coser y hasta los
manteles que ya nadie usa para no planchar la rebeldía del hilo bordado,
todavía derrochan belleza.
Hay un valor en las cosas viejas miradas con ojos nuevos.
Hay un tesoro en cada rescate de objetos que fueron y vuelven a ser.
No podemos evitar el revolcón de una ola fuerte. Mejor es aprender a
surfear.
DE CINQUETERRE A DON BOSCO
Jorge Garçon, viajó a Italia en 2015 y de casualidad se encontró en las
costas del mar de Liguria (la Spezia, al
noroeste de la península) con cinco pueblitos de pescadores que cuelgan
coloridos de altos acantilados formando la cadena de pueblos llamada "cinqueterre", uno de ellos -Monterosso- celebraba su feria anual con
estos camiones, combis, hasta motonetas aggiornadas para ofrecer manjares.
Vuelto al pago, junto a Martín Pinto -su socio en "Barrilete
Producciones"- comienzan a diseñar un evento local que convocara porque en
argentina ya tiene múltiples lugares de encuentro. Fue el embrión del Tandil Food Truck Festival.
Jorge se conectó con Inspección General para saber que tendría que hacer
para una feria como la que planeaban. El IMTT (Instituto Mixto de Turismo
Tandil) le propuso una fecha para no superponer calendario. El resto fue buscar
un predio adecuado: "Lo ideal era cerca y
lejos a la vez. No fue difícil, alquilamos el predio exterior de "El Viejo
Sauce" porque tenía juegos y había buena agua, tendido eléctrico y acceso por
Av.Don Bosco. Como debía ser una fiesta familiar, armamos entretenimientos y
juegos para los más chiquitos como el aporte de Librería Alfa y Juguetería Pido
gancho. Creo que el éxito fue que todos pudieron disfrutar en el mismo espacio".
Aclara que la limpieza constante, la conciencia para usar papel y menos
plástico fue una premisa. Para aliviar el trámite de pagar en cada truck, el
sistema de bonos funcionó: "se compra un
monto determinado en la caja de la entrada y entregamos de 100,80,30 y10$, así
cada consumidor paga en todos los trucks, que apenas tienen lugar para los que
atienden, si se le suma manejo de dinero la atención sería mas lenta, y
complicada por sanidad. Luego cada uno liquida con los organizadores al final
de la feria".
Garçon agradece todos los que participaron desde colgar banderines,
luces, la música, hasta la Usina: "se
portaron bárbaro, sabemos que no hay reglamentación municipal específica, pero
de lo que nos indicaron, cumplimos con todo"
LA ARTILLERIA DEL ESTADO
El Director General de Inspecciones y Habilitaciones, Alejandro Ruffa
hace un poco de historia: "respecto al
tema Food Trucks, dos hechos puntuales nos motivaron a estudiar esta nueva
modalidad de gastronomía no convencional. Hace mas de un año, una pareja joven
(ella es nutricionista y él es chef) nos presentaron un proyecto de Café
Itinerante , esto nos acercó argumentos y fundamentos para estudiar una
normativa para la ciudad, atendiendo las normas del código alimentario nacional
para la manipulación de los alimentos, y legislación que se aplica en CABA, que
está muy bueno. A mitad de 2016 se acercaron Garçon y Pinto con la idea de
organizar un festival de Trucks Foods para el mes de Diciembre, con un proyecto
bien realizado que esto me animó a consultar con el propio Intendente para ver
la posibilidad de autorizarlo. Esto ya estaba ocurriendo, porque varios
emprendedores de la ciudad que tienen salones de fiestas, habían comenzado a
llevar como atractivo un camión de comida dentro de la organización".
Ruffa aclara que el trabajo del estudio para el desarrollo de las
autorizaciones se hizo en conjunto con Bromatología para pensar una normativa especial:
"Primero lo basamos en los espacios
públicos y luego en espacios privados con uso público. Se estudió lo que "ya
funciona" en Capital Federal - como ya expresé recién-lo que también ocurre en
Rosario y en Córdoba?hasta en España cuya normativa es muy interesante. Nos
reunimos con los concejales de nuestro bloque que apoyaron la iniciativa, y
cuando elevamos a gabinete, ahí se frenó debido al planteo realizado por el
sector privado, particularmente por la Asociación que preside Luis Cerone. El
tiempo transcurrió, y así como la vida no se detiene, los eventos privados
continuaron incorporando a los Food Trucks dentro de los atractivos, y con
nuestras facultades como Autoridad de Aplicación, avanzamos con las
autorizaciones del festival de Diciembre, el cual fue un éxito en convocatoria.
El 80% de la concurrencia fue gente de Tandil, excelente organización y
aceptación por parte de los visitantes".
Dice Ruffa que esto sirvió para avanzar y reunir un grupo de asociados de
la Cámara Empresaria que comenzaron a tratar en conjunto el armado de una
reglamentación para el trabajo de los Food Trucks, en espacios privados y
públicos.
" ?al ver que teníamos un
estudio bastante avanzado en el texto de un proyecto de ordenanza fuimos
convocado, allí dejamos la base del proyecto para discutir y aportar entre
todos el mejor texto para la Ordenanza. Nosotros planteamos armar una agenda
abierta con el resto del sector privado como la Asociación de Hoteles, Gastronómicos,
el IMT, sumar al HCD, etc. Esto se comienza a trabajar en la 1° quincena de
enero. No hay mala intención en las quejas, al contrario, quieren participar y
manifestar qué cuestiones tener en cuenta para que esta novedad no les afecte
su actividad clásica. Es atendible y lo comparto".
Respecto a los trámites, son los reglamentarios para manipulación de
alimentos, las sisas que se pagan en las ferias y lo que está establecido se
cumple. El desafío para Ruffa es "lograr
el consenso para intervenciones programadas ni siquiera todos los fines de
semana, e inclusive en distintos espacios turísticos y barrios de la ciudad. Con
un calendario preestablecido, será más sencillo reglamentarlo. Sobre el canon ya
convinimos que deberá ser superior al que tributa, por ejemplo, un panchero. Hoy
sin ordenanza especifica, pagan el canon de instalación como un stand. La idea
es ver con Economía los valores razonables. Por el momento solo hablamos de la
autorización para espacios privados con uso público. No pusimos nada de los
espacios públicos hasta tanto nos pongamos de acuerdo con el sector privado en
su conjunto, sobre lo que debería incluirse. Nuestra mirada es súper positiva, necesitamos
una normativa urgente, cada vez hay mas emprendedores tandilenses que operan en
el rubro y están invirtiendo en un anexo con la modalidad de Trucks, para
desarrollar esta actividad que genera trabajo y es una salida muy atractiva"
LOS QUE LARGARON PRIMERO
Hace 11 años, Virginia Larroude (ex Posada de los Pájaros) empezó a
cocinar y envasar "delicatessen" como dulces, salsas especiadas tradicionales y
otras novedosas. El Chutney y los encurtidos FILOMENA, enseguida tuvieron un
lugar. Ella descubrió los Trucks Food en las ferias gastronómicas "en BsAs Gourmet o en Masticar, vi los
primeros y me enamoré de la idea. Los stands con mesa y degustaciones, ya
fueron?ahora lo que pega debe ser novedoso además de muy bueno y de gran
calidad. No sabíamos qué armar y como hacerlo. Pero Tandil siempre tiene de
todo, encontramos a Walter Lebrero que es un genio, él tiene PUNTO TRAILER, empezó
haciendo casillas rurales, luego para pesca, y ahora ya es un experto en food
truck. Hizo el de Iglu y otros varios. Usa mucho acero inoxidable, entiende
cuales son las necesidades y equipa pensando que debemos atender muy apretados
(más de tres es imposible), hay que tener todo a mano, el agua, bacha,
receptores de la pileta, clusters para resistir la basura hasta poder
descartarla. Walter piensa en las mesadas, la banquina de apoyo, las luces? resuelve
todo. Como soy una fanática del diseño acudí a Teresa Vidaguren y los chicos de
Rupestre nos hicieron todo el ploteado". Un truck para ofrecer comida, requiere
agua caliente y fría (con depósito de agua), un horno, una plancha, 2
heladeras, una freidora y una bacha cómoda, los racks para ubicar la mercadería,
guardar los platos de cartón y conos de papel, etc. También diseñar la
exhibición de los productos. Hay bidones que acumulan los líquidos desechados
que luego se vacían. Deben abrir las "alas" para poder atender y desplegar las
banquinas de apoyo, cuanto más acero inoxidable mejor y las luces son
fundamentales.
Virginia con su esposo e hija -y alguna ayuda más-, ofrecen sándwiches de
bondiola de cerdo, lomito a la plancha o pizzetas. La novedad es agregarle
todas las salsas y conservas que gusten (morrones, picles, chutney, ajos confitados,
salsa criolla, o elegir entre tres chimichurris). ¿La última incorporación? los
conos de papas fritas: "se nos ocurrió
freír papas tipo caseras, entregarlas en un cono de papel con un pincho para que
el cliente le agregue morrones, champignones, salsas y ¡todo lo que quieran!.
Los jóvenes son muy atrevidos, mezclan sabores y experimentan, con el pincho
van comiendo y hasta vuelven a colocarle más aderezos. El precio era de $40 los
conos y los sándwiches $80".
Terminada la feria, ¿adonde queda el truck? Va a un depósito? Virginia se
ríe: "¡No, no, no? al revés! la novedad
es celebrar las fiestas de 15 en una quinta con pileta, y contratar varios
foods trucks diferentes: barra de tragos (con y sin alcohol), el de comida como
nosotros, los helados, el café y ?.música, todo en Truck. Cero vajilla, ni manteles,
ni ornamentación. Los jóvenes se divierten con espuma, chorros de humo, hasta
mangueras. Y ya nos contrataron para varias fiestas de 50 y 60 años. Esto
arrasa, mueve estructuras, es una gran oportunidad"
Como diría Francisco de Quevedo, nada despierta
tanto ruido en el pueblo como la novedad. Claro, él lo decía en el
1600, pleno siglo de oro español.
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