14 de marzo de 2020
por
Brando Bruni
Por estos días
arranca lo que sería la temporada teatral en Tandil. Durante el verano, con las
obras en Mar Del Plata, el resto de la Costa o Córdoba, por estos lados no
suelen pasar las obras con actores y actrices famosas a nivel nacional. Ya en
marzo, solemos empezar a ver los afiches en las calles tandilenses, anunciando
quienes vienen.
Quien está detrás
de estas producciones en la ciudad, suele ser Eduardo Giménez, que hace más de
40 años viene acercando el teatro mainstream a Tandil.
Cuando se le
pregunta cómo se metió en el difícil oficio de productor teatral, primero
resume que allá por el año 77 "vi luz y
entré".
Dando más
detalles de esos comienzos, le contó a El Diario de Tandil que "toda la vida fui a veranear a Mar del
Plata, parábamos muchas veces en casa de un amigo nuestro que le dicen el
Brujo, porque s grafólogo, vidente y una serie de cosas. Era casi un desfile de
actores y actrices. Una de esas veces conocimos a Susana Campos. En Necochea
vimos los afiches de Susana haciendo "Pijama
de Seda", y se me ocurrió llamarla a ver qué pasaba, para traerla a Tandil.
Yo sin tener idea de nada, siendo solo espectador, íbamos mucho al teatro en
Mar del Plata. Llamé al teatro y me dieron con ella que casualmente estaba, yo
no tenía ningún contacto. Me presenté y se acordaba de mí. Me dio con su
marido, Rudy Carrié, que también era actor y quien manejaba todo".
"Como no tenía experiencia, Rudy se instaló en
Tandil más de una semana. Vino y pasaba todo el día en casa, comprábamos en La
Minerva las entradas y teníamos que poner a mano la ubicación, la fecha y el
sello, pusimos los afiches, la publicidad, hicimos todo. En ese momento, el
Auditorio era la única sala que había, entraban 199 personas, ni una más", agregó.
Así, esa primera
producción realizó cuatro exitosas funciones en un fin de semana, tanto que
tuvieron que hacer una más días después. La relación con Susana y Rudy creció
muchísimo, al punto que cuando se fueron a España, dejaron su auto con el
tráiler con toda la escenografía más de un año.
Al poco tiempo,
trajo su segunda obra, ya como coproductor: "Espíritu
Salvaje", con Thelma Stefani, José María Langlais y María Rosa Fugazot.
Después, "Que cosas dice el doctor",
café concert del doctor Borocotó con su familia, esta vez a beneficio. Y no
paró, fue trayendo más y más, llegando a poner en escena más de 20 espectáculos
en un año.
Desde el
principio, trabajó con quienes eran primeras figuras en el momento. Dice que "por vínculos, responsabilidad, y es lo que
quería. Nunca viví del espectáculo ni me interesó hacerlo, sino pienso que me
voy a echar a perder. Sigo aún hoy trayendo lo que me gusta y lo que está
bueno, sea serio o comedia, que no aparezca una revista con las medias rotos de
la primera vedette. Lo demás, es cuestión de gustos. Nunca pensé que iba a
traer estos espectáculos, viniendo de donde venía. Creo que en mi casa ni iban
al teatro, mi viejo me llevaba al circo cuando era chico. Mi papá era una
persona muy honorable, de campo, hacía otras cosas".
"Siempre tuve claro que tenía que hacerlo con
mucha responsabilidad, pero no sabía que iba a terminar en esto. Como que fui
empujado, me fue llevando, me gusta, lo hago con muchísimo interés. Cuando
llega fin de temporada tengo sentimientos encontrados, un alivio porque termina
y pena porque no sigue",
repasa Eduardo.
Cuando se le pide
destacar alguno de todos los espectáculos que trajo, le cuesta elegir entre la
enorme cantidad de shows, incluso reconoce que "no puedo pensar mucho porque emociono todavía".
Así y todo, se
anima a enumerar algunos, obras como "El
Patio de atrás" con Carlos Carella, Cipe Lincovsky, Leonor Manso y Patricio
Conteras; "La Piaf" con Virginia Lago;
"Drácula" y varios de los musicales
de Pepe Cibrian con su elenco original; o las comedias de Dario Vittori. En
otros rubros, destaca la actuación del Ballet del Teatro Colón o la de Maximiliano
Guerra. En cuanto a cantantes, menciona a Jairo, Sergio Denís, María Marta
Serra Lima y Estela Raval juntas; estas dos últimas actuando juntas.
Sobre el trato
con los famosos, reconoce que "con la
gente que se decía más complicada, yo anduve al pelo. Me acuerdo con Darío
Vittori, que cuando me llamó el productor no sabía, y cuando vino fue una
maravilla, después de la segunda tercera arreglamos después de las funciones
por la confianza que había. Otro fue Gerardo Romano, que cuando terminó la obra
me preguntó si quedé conforme, me quedaron sus palabras. O Miguel Ángel Solá,
que fuimos a hacer una nota al programa de Guillen por Metalúrgica con mucho frío
y lo hizo, también se acomodó a actuar en la Cámara cuando se había quemado El
Cielito".
En tantos años de
producir, dice que los grandes cambios llegaron en cuanto a tecnología y formas
de publicitar; pero en específicamente en la parte de gestión sigue todo más o
menos igual. "Somos pocos, así es más
fácil. Hay confianza y seguridad. A pesar que de todos lados llegan emails y
ofertas de producciones, pero más vale malo conocido que bueno por conocer",
señala.
Con el tiempo,
Tandil se transformó en una plaza importantísima para las grandes puestas
teatrales. Giménez afirma que "todas las
semanas tengo dos o tres ofertas para traer obras. No se puede traer todo y es
un lío elegir. Arranco por lo que sé que es bueno. Juega el sentimiento, la
afectividad, un conjunto de cosas que me lo facilitan. Pero ahora, por ejemplo,
tengo cinco espectáculos infantiles y tengo que elegir dos".
"A los actores y directores que vienen, les llama
la atención lo inteligente que es el público de Tandil. El aplauso, el
silencio, la risa, todo donde tiene que estar", dice.
Plaza importante
y parada segura en muchas giras, pero los últimos años la crisis económica hizo
que la actividad no sea tan fuerte. Viendo hacia adelante y este comienzo de
una nueva temporada, Eduardo analiza la situación pero sobre cómo viene el 2020
dice "no sé todavía. La gente en el
espectáculo, no sé en otra cosa, se maneja por expectativas. No hay plata, pero
ves que se abre una ventana y la gente empieza a ir al teatro. Pero por otro
lado, si no sabes lo que se viene, se guarda el dinero. Creo que este año puede
estar un poco mejor, pero los precios se están cuidando. No es lo de antes,
antes con un show que te iba bien cubrías uno que te había ido mal; ahora necesitas
por lo menos dos. Esto ya viene de hace seis u ocho años atrás. Antes costos
como los del transporte ni se notaban, ahora si, miro hasta por donde va la
gira".
Así las cosas, EG
Producciones tiene muchos shows ya programados para los próximos meses. Eduardo
saca una lista y nos empezó a contar: Pedro Aznar (29 de marzo), Reina Madre 17
de abril), Cacho Garay (8 de mayo), María Creuza (9 de mayo), Cuarto Soda (12
de junio), "20 Millones", con Carmen Barbieri (26 de junio), El Equilibrista (16
de agosto), La Jaula de las Locas, el Ballet Español del Teatro Astral, Baby
Etchecopar y algunos shows infantiles a confirmar.
Aunque la
situación no sea la más favorable y el futuro una incertidumbre, Eduardo
Giménez sigue produciendo, porque el show debe continuar...
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