2 de octubre de 2024
El miércoles, en consonancia con lo que pasó
en varios puntos del país, en Tandil se marchó en defensa de la Universidad
Pública.
En este caso, el reclamo más importante fue en
contra del veto que pretende promulgar el gobierno de Javier Milei contra la
Ley de Financiamiento Universitario.
En nuestra ciudad, la concentración fue en la
esquina de Rodríguez y Las Heras, para que luego la extensa caravana recorra el
centro tandilense hasta llegar a la sede del rectorado en Chacabuco y Pinto.
La marcha estuvo encabezada por varias
autoridades de renombre, como el intendente Miguel Angel Lunghi, el rector de
la UNICEN Marcelo Aba y el Diputado Nacional Rogelio Iparraguirre.
En el cierre, se leyó el siguiente documento:
LA UNIVERSIDAD PÚBLICA, BASE DE LA DEMOCRACIA
Y EL DESARROLLO SOCIAL, LUCHA POR SU SUPERVIVENCIA.
Hace 5 meses convocamos a una manifestación
nacional preocupados por el desfinanciamiento que estaban experimentando el
sistema universitario y científico. En aquella gesta colectiva de abril, con plazas
y calles de todo el país colmadas por la sociedad argentina, alzamos nuestra
voz en defensa de la Universidad Pública, la educación y la ciencia.
Siempre dispuestos a la búsqueda de
soluciones, advertimos en aquel entonces las dificultades que el sistema
atravesaba. Queríamos evitar la grave situación que vivimos hoy. La
reconducción del presupuesto 2023 para el año 2024 hizo que las partidas de
gastos de funcionamiento quedaran completamente desactualizadas. Paritarias
discontinuadas, unilaterales y sin voluntad de acuerdo profundizaron la pérdida
del poder adquisitivo del salario. El profundo desfinanciamiento del sistema científico
puso en jaque su desarrollo. Nunca aparecieron respuestas a más de 100 obras de
infraestructura paralizadas y los programas de asistencia a estudiantes se
actualizaron tarde y mal, perjudicando a miles que lo necesitaban para
continuar sus estudios.
Como si esto no fuera suficiente, soportamos
una campaña injusta, planificada e intencional, que busca sistemáticamente
desprestigiar lo que sucede en el ámbito científico y universitario para
fundamentar la desjerarquización y el ahogo presupuestario. No ha habido, ni
siquiera, vocación de diálogo. Todos los intentos que promovimos para buscar
espacios que permitan gestionar las dificultades y encontrar soluciones fueron
infructuosos.
Hizo falta que la sociedad se manifestara
conmovedoramente en toda la Argentina para que empezáramos a tener algunas
respuestas; respuestas que prolongaron la agonía, pero que no pudieron, porque
no quisieron, resolver estructuralmente los problemas.
La situación hoy es más crítica que a
comienzos de año, con un capítulo dramático en materia salarial. La pérdida de
quienes trabajamos en las universidades públicas es de una gravedad inusitada; con
un porcentaje enorme de docentes y nodocentes percibiendo un salario por debajo
de la línea de la pobreza, cuando no de la indigencia. Esto compromete uno de
los núcleos de la Universidad Pública, pues pone en riesgo la continuidad de
los cuadros académicos, de administración y de servicios esenciales para su
funcionamiento. El Gobierno busca desmantelar la paritaria nacional docente y nodocente
- la principal herramienta para resolver las controversias salariales y las
condiciones de trabajo - por tres vías. La primera, negando la especificidad de
los Convenios Colectivos de Trabajo y equiparando esta paritaria a la de la
administración pública nacional. La segunda, transformándola en una farsa donde
el diálogo y la instancia de negociación desaparecen y sólo existe la
imposición, la palabra vacía y la difamación hacia trabajadoras y trabajadores.
La tercera, negándose a resolver el pliego completo de reivindicaciones:
cumplimiento y pago de la garantía salarial, reposición y pago del FONID,
formación y capacitación, cargos genuinos para ad honorem y contratados, salud
y condiciones de trabajo, nomenclador de nivel preuniversitario y recomposición
de los programas socioeducativos. El reclamo por recomposición salarial para
sostener la universidad pública converge con las luchas de la clase trabajadora
por su salario y condiciones de vida. Todo ello bajo el impacto del índice de
pobreza que creció más del 10 % en los primeros seis meses del año, con casi el
70 % de niñas y niños pobres, con el incremento del 13 % de jubiladas y
jubilados pobres, con despidos masivos en diferentes dependencias del Estado
nacional vinculadas con el bienestar social y la soberanía nacional; pero también
bajo la frivolidad, el destrato y la crueldad de este Gobierno. Defender las
condiciones salariales y de trabajo de docentes y nodocentes en este
angustiante contexto no es defender privilegios sino nuestros derechos:
condiciones mínimas para la vida digna de quienes tienen la responsabilidad de formar
a futuras generaciones de profesionales, de garantizar el funcionamiento de la
institución que lo hace posible.
La Ciencia es la Universidad, la crisis que
atraviesa el sistema científico es más profunda y será terminal si no se
consideran medidas urgentes. La falta de actualización salarial de los docentes
investigadores, junto con la reducción del financiamiento para becas y
programas de apoyo, afecta gravemente al sistema científico-tecnológico
argentino. El 60% de quienes hacen ciencia lo hacen en universidades
nacionales, y la disminución de estos recursos impacta tanto a jóvenes en
formación como a equipos de investigación consolidados. A esto se suma la
paralización de las obras de infraestructura planificadas para impulsar la
investigación en el ámbito universitario, así como el cese de políticas de financiamiento
para la adquisición de equipamiento e insumos, lo que pone en peligro proyectos
en curso. La interrupción de convenios con editoriales internacionales ha
limitado el acceso a publicaciones clave, mientras que la falta de nuevas
convocatorias y proyectos ha provocado la paralización de varias líneas de
investigación y la pérdida de profesionales calificados, afectando la calidad
educativa. Las universidades no solo aportan personal altamente especializado,
sino que también colaboran en la resolución de problemáticas sociales y del
sector productivo, promoviendo la innovación a través de patentes, líneas de
investigación y formación de futuros investigadores e investigadoras.
Para toda la comunidad estudiantil, lo que
meses atrás era una profunda preocupación por el ajuste presupuestario, hoy es
una emergencia que pone en riesgo la esencia misma de la educación pública argentina.
Una realidad cada vez más difícil donde el acceso irrestricto está amenazado
por la crisis económica y social que se profundiza con cada medida y afecta
particularmente a estudiantes de todo el país. El acceso y la permanencia para
los hijos e hijas de familias trabajadoras se convierten en una realidad cada
vez más lejana. Ante un Estado que decide no invertir en el futuro de los
jóvenes y su acceso a la educación, con instituciones desfinanciadas; la
excelencia en la formación está en riesgo.
Cada vez más deben trabajar al mismo tiempo
que cursan su carrera, cada vez más la deserción obligada por la situación
económica cancela el sueño de miles de ser profesionales. Las becas estudiantiles
NO alcanzan y la decisión de congelarlas y recortarlas revela la indudable
intención de asfixiar el sistema, desmantelando, uno a uno, los pilares que lo
sostienen.
Soñamos un país en el que el futuro no esté
condicionado por el lugar dónde a cada quien le tocó nacer.
La educación es el derecho humano que se alza
contra el azar injusto de la desigualdad. Con la misma fuerza y claridad que lo
dijimos en abril, estudiantes de todo el sistema universitario reiteramos: NO QUEREMOS
QUE NOS ARREBATEN NUESTROS SUEÑOS, NUESTRO FUTURO NO LES PERTENECE.
Hijos e hijas orgullosos de la Universidad
Argentina; custodios de la Universidad pública, gratuita, de excelencia y sin
restricciones que legaron generaciones de argentinos, la comunidad estudiantil defenderá
la Universidad en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la
educación y el país que la sociedad toda anhela.
El Sr. Presidente de la Nación tiene al
alcance de su mano una ley razonable que resuelve los problemas cuidando al
Estado y a su economía. LOS ESTUDIANTES DE TODA LA ARGENTINA LE PEDIMOS, EN UN
GRITO DE AUXILIO PARA SALVAR AL SISTEMA: ¡PROMULGE LA LEY DE FINANCIAMIENTO
UNIVERSITARIO!
Esta Ley aprobada por el Congreso en un acto
de responsabilidad y compromiso, le da al sistema universitario previsibilidad
presupuestaria y a la crítica situación salarial una respuesta, estableciendo
un piso de incremento acorde a la inflación y recuperando el poder adquisitivo
del salario. Es una ley que resuelve los problemas responsablemente, porque NO
compromete fiscalmente al Estado, demandando sólo el 0.14% del PBI para su
implementación.
Exigimos también que reconsidere el proyecto
de presupuesto 2025. QUEREMOS ADVERTIRLO CON LA GRAVEDAD QUE EL PROBLEMA TIENE.
Si el proyecto de presupuesto para el 2025 no se modifica, la situación de las
Universidades y el sistema científico será mucho más grave que la que
atravesamos hoy. Lo que estará en juego es su continuidad. Ni más ni menos que
eso.
Nunca antes lo solicitado por el sistema
universitario estuvo tan lejos de lo que el Gobierno propone para su
tratamiento. Tan solo la mitad de los recursos reclamados -mínimos para
funcionar- fueron contemplados, sin siquiera prever la inflación acumulada en
el 2024 y menos aún la proyectada por el propio Gobierno para el próximo año.
Un presupuesto es, ante todo, una declaración
de principios. Y los principios que se desprenden de la propuesta difieren
sustancialmente de los que entendemos el país debe priorizar para resolver sus problemas
estructurales.
Es un error no reconocer que en las
Universidades no hay un problema, sino la posibilidad de encontrar soluciones a
los problemas estructurales que la Nación enfrenta. Es un error entender como
un gasto y no como una inversión lo que el Estado destina a educación,
Universidades y desarrollo científico. Los países desarrollados invierten dos o
tres veces más que la Argentina en estas áreas porque saben que en la sociedad
del conocimiento el diferencial para crecer depende de cuánto más y cuanto
mejor se hagan las cosas allí. Es con más ciencia y educación superior pública
y de excelencia, no con menos. Si en un contexto de escasez, cuando deben
ponderarse prioridades, no se privilegian éstas áreas, el desarrollo de la
Nación y la posibilidad de desandar sus profundas desigualdades, será una
utopía.
Por estas razones, en plazas y calles de todo
el país, el pueblo de la Nación le reclama, Sr. Presidente, que no prospere con
el veto a la Ley de Financiamiento. A nuestros representantes en el Congreso, muchos
egresados de la Universidad Pública, que de confirmarse el veto anunciado por
el Gobierno, sostengan en el recinto la Ley e introduzcan modificaciones al
proyecto de presupuesto 2025 para otorgar a la Universidad y la ciencia las
condiciones que garanticen su funcionamiento.
Agradecemos a la sociedad argentina su
extraordinaria movilización cada vez que la historia llama a su puerta.
Somos herederos del pueblo de la Nación que
supo en 1884 abrazar la ley 1420, de los jóvenes que en 1918 construyeron un
sistema universitario democrático y libre que inspiró al mundo, de quienes entendieron
en 1949 que la gratuidad era una herramienta que derrumbaba las fronteras que
impedían el acceso a la educación superior, constituyendo un aporte
determinante para la justicia social. Somos la Universidad de los cinco premios
nobeles, la de jóvenes, investigadores y científicos destacados por los que nos
reconocen en el mundo entero. La universidad pública que hace posible que
miles, no importa su condición ni donde hayan nacido, puedan cumplir el sueño
de ser profesionales. La institución que con su compromiso y relevancia social,
dice presente cada vez que el país enfrenta circunstancias difíciles. Somos la ciencia
puesta al servicio del desarrollo nacional.
La columna vertebral de la Nación es la
educación pública que iguala y nos hace libres y la Universidad Pública es la
herramienta por excelencia de movilidad social ascendente. Que no despojen al
pueblo argentino de sus sueños de grandeza. Que no apaguen las vocaciones más
nobles vinculadas al conocimiento y al trabajo con niñas, niños, jóvenes y
adultos que transitan nuestras aulas y laboratorios.
Los deseos, las aspiraciones y las luchas de
generación tras generación consagradas en derechos, imponen una responsabilidad
en el presente para que el futuro sea posible.
Sigamos defendiendo a la universidad pública
argentina, SIEMPRE
República
Argentina, 2 de Octubre del 2024
Frente
Sindical de Universidades Nacionales
Federación
Universitaria Argentina (FUA)
Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN)
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