Existen las llamadas Leyes Universales, que rigen, ordenan y mantienen nuestro Universo en orden. Las conozcamos o no, ya sea que las cumplamos o no, dichas leyes aplican a nivel universal tanto como a nivel individual en cada Ser, dado que somos, una pequeña chispa de ese Universo.

Una de esas leyes es la Ley de la Correspondencia. También es conocida como Ley de Afinidad, ya que lo afín atrae a lo afín. Lo negativo a lo negativo, lo positivo a lo positivo. Las sintonías similares se atraen. Muchos la mencionan también como la Ley del Espejo, en el sentido que toda la realidad que vivimos, no es más que el reflejo de nuestros pensamientos y sentimientos volcados en actos y se corresponde directamente con la "percepción" que tenemos de ella.  

En lo cotidiano podemos apreciar esta ley en la forma que los seres humanos se vinculan normalmente por razas, credos, ideas políticas o sociales afines. Esto se debe a la identificación que siente con su prójimo por su forma de pensar y actuar, es decir, lo afín atrae lo afín. La Ley de Correspondencia nos dice que como es arriba es abajo, como es en el micro es en el macro. Las leyes que rigen el macrocosmos rigen el microcosmos.

Sabemos que el átomo es un universo en miniatura.

Toda la creación está conformada a base de átomos.

En la combinación de todos los átomos, las moléculas se proyectan dando forma a la materia en todos sus aspectos. Entonces podemos pensar que somos una proyección de un Universo Original (llámelo Dios o como quiera), que tiene una frecuencia vibratoria mucho más alta pero que nos abarca en este sistema evolutivo, y así vamos juntos evolucionando en un viaje atemporal.

Muchos consultantes en sesiones de Memoria Celular, comentan su frustración cuando "todo va mal", "todo es negativo" y se encuentran atascados en círculos de queja sobre lo que ven reflejado en el espejo de sus vidas. Es ahí donde debe comenzar el compromiso consigo mismo, para hacer ese viaje sin retorno hacia su interior.  Ser capaces de enfrentar nuestras sombras (todos las tenemos), hacernos cargos de ellas, perdonarnos y sanar las heridas, éstas dejaran de proyectarse hacia afuera.

Lo siguiente será poner contenido positivo a nuestra existencia, nutrirnos de todo lo que eleve nuestra vibración física, mental y espiritual, para ser coherentes entre lo que Somos y lo que Queremos para nuestra vida.

Si de correspondencia hablamos, sólo tenemos que observar el efecto pandémico y entenderemos que si la mayoría de los Seres Humanos hacen propio el miedo generalizado, lo que veremos reflejado en el afuera está a la vista. Y cuando por el hartazgo del encierro la mayoría decide salir y relacionarse, el efecto pandémico parece haber desaparecido...

No se trata de negar la realidad, se trata de modificarla según nuestra percepción interna. De nada sirve patalear y enojarse porque estamos heridos o con miedo, es momento de asumir que somos creadores y protagonistas de nuestra propia realidad.

Cuando recordemos como viajar hacia nuestro interior, dejaremos de interferir con el verdadero propósito de nuestra vida, y todo comenzará a fluir. Cómo? De muchas maneras:

-              Preste atención a qué pasa a su alrededor, ese es el reflejo de su interior

-              Observe qué piensa y cree sobre eso que quiere modificar y trabaje en cambiarlo

-              Observe la calidad de sus sentimientos: ¿Hay más amor o rencor?, ¿Más amor o dolor?, ¿Más miedo?

-              Tómese tiempo para la auto observación, para entender qué desea mejorar en su vida, el Para Qué de lo que le pasa.

-              Observe con qué Seres se vincula y por qué

-              Comience a nutrir su mente con pensamientos positivos

-              Sea claro y honesto con usted mismo, respecto a lo que desea.

-              Póngase en Acción Nadie podrá cambiar su realidad por usted

Busque puntos afines con aquello que desea para su Vida y atrévase a Ser. Ya que en definitiva, cada día se nos ofrece una nueva oportunidad para cambiar nuestra Vida, comenzando por nuestras Creencias.

"Creí siempre que los unicornios eran unos monstruos fabulosos. ¡Nunca había visto uno de verdad!

 -Bueno, pues ahora que los dos nos hemos visto el uno al otro -repuso el unicornio- si tú crees en mí, yo creeré en ti, ¿Trato hecho?"

Extracto de Alicia en el País de las Maravillas

Ana De Pietro - Facilitadora de Memoria Celular

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