Para él, las razones son sencillas: "Hace un año que estamos practicando, nos comimos dos pretemporadas de 90 días y no hemos jugado un partido oficial. Tenemos la cancha nueva, a estrenar, y no jugamos ni un amistoso", expresó.

"La forma de entrenamiento con las burbujas es complicada, siempre nos hicimos fuertes formando grandes grupos humanos, y hoy entrenamos un rato con siete jugadores, después llegan ocho, después diez. Es muy difícil", agregó Aramburu.

Además resaltó que "nuestros jugadores estudian, trabajan, le sacan tiempo a sus actividades para entrenar. Se está haciendo muy prolongado, algunos dicen que jugaremos en septiembre, octubre. Así es muy complicado"

Aramburu aclaró que "los jugadores nos han respondido, pero nosotros ya no sabemos qué hacer, por eso optamos por dar un paso al costado"

Sobre todas las situaciones que le tocaron vivir en este marco, dijo que "es difícil, cansador y raro. No estamos acostumbrados a estas formas, creíamos que lo podíamos manejar, pero con el tiempo te supera"

Por último, remarcó que cayó el numero de asistencias en la escuelita de fútbol y que, con mucho esfuerzo, pudieron adaptarse para darle lugar a todos. Indicó que recibieron jóvenes con sobrepeso y falta de coordinación, signos de la inactividad por la pandemia.