Al respecto, Cabrera admitió que "con las noticias de anoche pudimos dormir bien para encarar el fin de semana. Estos días no sabíamos qué hacer, tratamos de no comprar, de vender lo que teníamos, porque si se venía otro cierre había que manejarse de distinta manera".

"Cuando uno se amarga a cuentas, después se alegra el doble. Con el negocio abierto, pre pandemia, uno no disfrutaba tanto. Y ahora uno empieza a valorar el día a día mucho más que antes. Esa es una enseñanza que nos está quedando", expresó Cabrera.

Respecto a la posibilidad de nuevos cierras, el empresario admitió que "yo tuve la suerte de que cuando estuve internado me trataron de maravillas en el Sanatorio, y pensar que alguien no pueda tener asistencia es  terrible. Por ese lado, uno entiende que se pueda cerrar. No tener una cama es mucho más terrible que tener problemas económicos. Pero también se piensa que el año pasado estuvimos mucho tiempo cerrados sin casos".

"Los restaurantes no fuimos un foco de contagios y aprendimos a cuidarnos y trabajar distinto. Venimos recuperándonos del cierre del año pasado, nos dejó una situación financiera muy mala incluso teniendo ATP. Ahora enfrentar esto es una incertidumbre, se va a hacer muy difícil pagar sueldos sin ATP, porque con delivery ya está visto que sobra el 80% del personal", sumó.

Por último, afirmó que "muy pocos gastronómicos accedieron al Repro. Pedir, siempre pedimos, toda ayuda es bienvenida"