A LOS 73 AÑOS
11/04/2021
El periodista tenía 73 años. Falleció esta noche tras sufrir un paro cardíaco en el Sanatorio Los Arcos, donde se encontraba internado desde el sábado por un cuadro severo de coronavirus
El periodista Mauro Viale murió este domingo a
los 73 años tras sufrir un paro cardíaco en el Sanatorio de Los Arcos, donde se
encontraba internado desde el sábado por un cuadro severo de coronavirus. El
conductor de A24 y América había recibido la primera dosis de la vacuna contra
el COVID-19 el jueves pasado. Dos días después, en la mañana del sábado, se
conoció la noticia de que después de haber experimentado algunos síntomas
compatibles con el virus se hizo un hisopado, que le dio positivo. Luego había
sido trasladado a la terapia intensiva de la clínica por un cuadro de neumonía
bilateral, aunque a las pocas horas sus allegados informaron que ya se
encontraba en una sala común.
La noticia de su fallecimiento fue confirmada
por Rolando Graña durante la edición de GPS. "Lamentablemente me toca dar la
peor de las noticias que tuve que dar hoy y es que ha muerto Mauro Viale.
Nuestro amigo, colega. Muchos años de trabajar con él. A veces, para nosotros
dar una noticia no es solamente dar una noticia. Hoy estuve hablando con
Jonatan (Viale, su hijo) temprano y me dijo que había mejorado, que estaba
saturando mejor. Sin embargo, en las últimas horas se ve que algo pasó. Y
Mauro, nuestro querido Mauro, con quien hemos compartidos tantos programas,
tantas horas, tantas coberturas, tantos móviles, tantas discusiones en cámara y
fuera de cámara, se nos fue", dijo el periodista antes de pedirle disculpas al
público y pedir una pausa.
Viale se había mostrado feliz de haber sido
inoculado contra el COVID-19 y lo había hecho saber en el canal de noticias que
lo tenía contratado como una de sus principales figuras. "Hoy fui a vacunarme y
lo primero que hicieron fue tomarme la temperatura. A mí me avisaron que podía
llegar a darme fiebre. Están meta llamarme para preguntarme si tuve fiebre
porque es muy peligroso que la vacuna actúe con ese efecto secundario. No tengo
fiebre", había dicho.
Lo cierto es que, al confirmarse la noticia de
que había contraído la enfermedad, el infectólogo Javier Farina explicó cómo
era la situación de los vacunados. "En realidad, si (Viale) empezó con síntomas
hoy y se vacunó hace 48 horas, lo más probable es que el contagio haya sido
antes de la vacuna, porque el período de incubación rara vez es menor a los dos
días. Pero agrego: desde que uno se vacuna hasta que la inmunidad empiece a
responder, no pasan menos de 14 días. Y hay que recordar que, igualmente, a
pesar de estar vacunado con una o dos dosis y esperar ese tiempo, ninguna
vacuna es cien por ciento eficaz para prevenir infecciones", había explicado el
médico.
La mayoría asocia a Mauro Viale con el
periodista de actualidad que a veces jugaba al límite de la polémica. Pero
mucho antes de meterse en el periodismo de actualidad, Viale fue uno de los
mejores relatores de la Argentina. Debutó en el periodismo deportivo en el año
1967, por Rivadavia y nada más ni menos que en el equipo de José María Muñoz.
En los 80 hizo una dupla imbatible con Enrique Macaya Márquez. Su voz está en
la memoria de todos los futboleros de fines del siglo XX. Con un estilo propio,
con información y una amplia cultura no se limitaba al típico relato del
partido.
En sus comienzos en Rivadavia fue reportero,
pero poco a poco se hizo notar y le empezaron a dar espacio como comentarista
de diversos partidos de Primera División. Como relata el sitio tribunero. com
en los años 70 comenzó su carrera como reportero y ocasional comentarista de
los encuentros de la Primera División. En 1974 fue uno de los enviados
especiales al Mundial de Alemania por el viejo Canal 11, hoy Telefé. Fue en
mayo de 1977 cuando empezó su tarea más recordada en el deporte rey, al relatar
para Canal 7, que con la proximidad de la Copa del Mundo de Argentina se
convirtió en Argentina Televisora Color (ATC). Así impuso su jerarquía a la
narración, nombrando sólo al protagonista, sin descripciones inútiles ni la
alienación que envuelve a varios de la actualidad. De esa forma y con Macaya
Márquez, otra potencia periodística a su lado, hizo el deleite de todos no sólo
con el campeonato doméstico sino con la Selección, a la que acompañó para los
Mundiales de 1978, 1982 y 1986, éste donde tuvo el privilegio de contar al país
las hazañas de Diego Maradona y el título en México. Comenzaba cada transmisión
con un latiguillo: 'Quién mueve'.
En 1985, en los albores de Fútbol de Primera
ya era figura principal. Era el relator del partido más importante de la fecha.
Mauro trabajó con los títulos de River de Veira, Central y Newell's, el
Independiente de Bochini, las caóticas Liguillas Prelibertadores y más. Hasta
que en el invierno de 1989, Fútbol de Primera fue traspasado de ATC a Canal 9, que
contaba con otro ícono, Marcelo Araujo, como voz destacada. Entre el cambio y
su fidelidad a la emisora de su vida. Hasta que un día y decidió dejar el
relato. Se habló de internas pero él aclaró que simplemente fue a hablar con
Carlos Ávila, y le dijo: "Negro, no quiero relatar más, me aburrí".
Su último encuentro fue el 27 de julio de
1989. "El primer domingo que me quedé en casa sin trabajar, después de diez
años y vi cómo ocupaba mi lugar Marcelo Araujo, me sentí raro. El segundo día
ya ni me acordaba del fútbol". Su corte fue tan fuerte que no volvió a una
cancha, salvo una vez que llevó a su hijo Jonatan a ver a River.
Después de dejar el fútbol se metió con todo
en el periodismo de actualidad. Condujo "La mañana" y "La tarde" por ATC.
Siempre mantuvo su estilo llano y frontal, del que llama las cosas por su
nombre lo que le valió amigos y enemigos, admiradores y detractores. A él jamás
le importaron las críticas. Su eslogan era "Digan de mi lo que quieran y yo le
digo a cualquiera lo que se me canta".
El año 96 fue un período que marcó una época
televisiva. Guillermo Coppola había sido detenido en una causa por drogas y
finalizó con el juez, su secretario y los investigadores condenados, debido a
que éstos habían inventado la causa para perjudicar al conocido empresario.
Mauro comenzó a traer a su programa a distintas personas vinculadas al caso. El
programa llegaba a 30 puntos de rating.
Fuera de pantalla, Mauro era famoso por el
rigor con el que trataba a sus equipos de producción. Él tenía su propia
explicación. "Nunca he sancionado a nadie, pero para manejar a un grupo
numeroso tenés que tener carácter. Con un mal vocabulario porque soy un mal
hablado, pero además con pautas claras. Yo le digo como cualquier jefe de
redacción: 'Sos un bestia, sos un hijo de puta, sos un pelotudo'. Es una
relación que en el periodismo es clara: el que manda a veces es un desbocado,
un impulsivo", decía.
FUENTE: INFOBAE
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