L psicóloga dijo que "es difícil poder hacer una lectura para generalizar. Es algo que nos afectó a nivel mundial que nos obligó a poner un freno a la cotidianeidad, nos marcó la finitud, lo cual es muy difícil para el ser humano".

"La pandemia nos marcó que somos finitos, que no podemos proyectar cosas como si fuéramos eternos. Un virus, algo tan insignificante en esta cadena biológica, nos hizo quedarnos adentro, temerosos, vulnerables. Eso nos trajo una herida narcisista" , agregó.

"Esa privación implica transitar ciertos duelos, hay algo que perdimos. Tuvimos que hacer otra cosa con nuestra cotidianeidad, hasta lo más simple como ir al supermercado o ver a nuestros afectos", sumó.

A su vez, expresó que "la parte positiva se dio en la creatividad, en resignificar ese tiempo, el qué hacer cuando estamos en casa. Tuvimos que salir a buscar recursos de todo tipo, a la mayoría nos llevó a reinventarnos, incluso la manera de vincularnos"

"Somos seres sociales y muy vulnerables en ese aspecto, necesitamos del otro para sentirnos bien. Surgieron muchas formas de que esto se pueda sostener de otras maneras", indicó.

Por su parte, dijo que "en los mayores se generó un aislamiento más extendido respecto a contacto físico, sobre todo en geriátricos. Aquí se notaron más signos de depresión, tristeza, dejarse estar. El aislamiento fue para protegerlos, pero que hayan quedado relegados, fue muy duro"

"También la pasaron mal los niños y adolescentes. Tenemos una sociedad muy adultocéntrica, que trabajando de alguna manera pudo continuar su vida. Los niños encerrados, en una habitación, lo mismo para adolescentes, cuyo vínculo con pares es fundamental", sumó. 

Remarcó que "en estos casos donde hay que preservar la salud física, hay que buscarle la vuelta para preservar también la mental y emocional"

A un año del aislamiento, dijo que el análisis "es bien singular, que capacidad tenemos cada uno de realizarnos. Frente a una herida narcisista, a un duelo, uno tiene la posibilidad de que uno pueda resignificar su propia vida y los vínculos. Los cuidados, el tener que privarse de cosas que uno quisiera hacer, trajo la mejor parte de uno y en otros la peor"