PERSONAJES DE LA CIUDAD - SARA RAMIREZ
26/09/2020
Desde hace varios años, Sara Ramírez es uno de los nombres más fuertes del maquillaje en Tandil. Charlamos con ella sobre cómo fue instalarse en la ciudad hace 15 años, lo que logró y cómo evolucionó el rubro.
por
Brando Bruni
Desde hace unos años, Sara Ramírez se
convirtió en unos de los nombres más reconocidos del maquillaje en nuestra
ciudad, participando una enorme cantidad de eventos. Por eso se transformó en
uno de los Personajes de la Ciudad y
charlamos con ella.
Sara nació en Pilar, y luego de estudiar en
Buenos Aires, hace 15 años que se vino a vivir a Tandil
"En
realidad, soy escenógrafa, estudié en La Cárcova, que hoy en día es la
Universidad de las Artes en Buenos Aires. Una vez participé en un concurso de
la comedia de la Provincia, donde distintos grupos participaban hasta llegar a
una final. Con mi grupo de Pilar llegamos a la final que se realizó en Tandil,
en ese momento conocí la ciudad y a mis actuales amigos de teatro, por eso me
pude vincular muy rápidamente y empezar a trabajar",
comenzó explicando a El Diario de Tandil y agregó que "después, me fueron conociendo como maquilladora. Cuando estudiás
escenografía, aparte de hacer planos y maquetas, también está la parte de
vestuario y maquillaje. Ya en Buenos Aires me dedicaba a maquillar para
eventos, películas o televisión. Así empezaron a contratarme para eventos en
Tandil".
Como anécdota, dice que "cuando vivía en Capital, trabajaba como escenografaba. Cuando me vine
a Tandil, un maestro mío no entendía dónde venía, porque era más fácil trabajar
allá. Pero tuve la suerte de ampliar el campo laboral y mi preparación me
sirvió·.
"Estoy
muy agradecida a la ciudad de Tandil, me recibieron muy bien y me ayudaron contratándome
con los servicios de maquillaje, que se amplió a lo social. Por suerte empecé a
trabajar mucho de eso y he maquillado un montón de personas en la ciudad", cuenta.
Con el tiempo, su nombre se volvió una
constante en muchos eventos. Al respecto, señala que "fue una sumatoria de cosas. La forma de trabajar, la parte
profesional, y en el maquillaje social uno tiene mucho contacto con el cliente,
estás trabajando en momentos de festejo y muy íntimos. Se crea un vínculo. Estoy
super contenta, tuve la posibilidad de conocer un montón de personas que me han
recibido super bien".
"Recuerdo
que cuando me vine a vivir, había gente que me decía que también venía de
Buenos Aires pero no se podía vincular. Pero a mí me pasó todo lo contrario,
siempre recibí buenas respuestas y mucho cariño. Incluso, hoy en día me sigo
vinculando con personas que fueron las primeras que me contrataron cuando nadie
me conocía", añade Sara.
Además, comenzó a hacer escuela y hoy en día también
es conocida por eso: "Siempre respeté
mucho a los maestros, tuve muy buenos en todas las áreas y los tengo muy
presentes. Me encanta poder transmitir eso a los alumnos y enseñarles como me
enseñaron a mí. Transmitir que si te gusta lo que haces, lo haces con
profesionalismo y responsabilidad, te va a ir bien. Hoy en día hay un montón de
alumnas que son profesionales hace años. Pasaron muchas chicas, soy feliz de
verlas en las redes que trabajan un montón. Muchas también enseñan ahora,
fueron formando su propio negocio. También
tuve la suerte de poder enseñar en la Facultad de Arte, ahí despunto el vicio
de la parte de escenografía".
Durante estos 15 años trabajando en la ciudad,
el rubro del maquillaje vivió muchísimos cambio y avances, y Sara siempre sabe
estar al día. Comenta que "vine a Tandil
en una época donde recién empezábamos a tener celulares, no existía ni siquiera
Instagram. Las redes sociales han hecho que las chicas estén mucho más interiorizadas
en lo que consiste un buen maquillaje, los productos, que se usa. Entonces,
todo se volvió más cercano. Voy a maquillar a una chica de 15 años y ya viene
con lo que quiere, me trae la foto de lo que se quiere hacer, cosas que antes
no sucedían. El mundo de maquillaje y la cosmética se ha desarrollado de una
manera increíble. Siempre les digo a mis alumnos que los laboratorios todos los
días generan un producto nuevo. Cuando yo estudiaba en la universidad era mucho
más difícil, tenías que buscar en revistar, ir a un local específico; ahora es
más fácil, pedís y te llega a tu casa".
"Me
acuerdo que cuando vine a Tandil me decían ¿Cuánto
me cobrás por maquillarme poquito?, querían decir natural. Ahora las chicas ya saben lo que es natural, sofisticado o
lo que quieren", agrega.
También la consultamos acerca de poner su
nombre al frente y la exigencia que eso conlleva: "Vengo desde un origen donde mi padre siempre inculcó que trabaje independiente,
que no tenga miedo de generar lo mío propio. Siempre lo viví con naturalidad. La
formación que tuve me ayudó a hacerlo de una manera profesional. Después, uno
se siente muy responsable, ir a maquillar implica que el día anterior estuviste
pensando toda la noche lo que hay que llevar, es todo un trabajo. A veces
muchas personas no ven esa parte, es toda una previa donde uno ve cuantas
personas tiene que maquillar, a donde tenes que ir, cuantas cosas tenes que
llevar y hasta el tiempo, porque cuando trabajás en eventos en vivo tenés
calculado todo. Pero es un trabajo muy lindo y la pasamos muy bien".
Si se le pregunta por cuál fue el evento más
importantes, le cuesta elegir porque "cada
etapa tuvo sus muy buenos momentos, tanto maquillando en una película con
grupos que uno arma como una familia, como también he amado los desfiles a
beneficio para el Hospital. Todos los trabajos que he hecho han tenido algo
maravilloso".
"Veo
algunas fotos y me emociono, veo cuanto hemos hecho durante tantos años. Veo a un montón de personas, como mi amiga
Claudia Lumovich con la agencia de modelos, peluqueros, los que ponen la ropa;
todos trabajando durante varios días para presentar un trabajo en equipo a
beneficio de alguna causa. Son recuerdos muy bonitos, estamos esperando poder
volver", añade.
Por último, se refirió a la actualidad. Los eventos
sociales son uno de los rubros más perjudicados por la pandemia, y Sara afirma
que "fue un golpe muy fuerte. En lo
personal venía con un ritmo de años sin parar, todos los días de lunes a lunes.
Somos un montón de personas esperando a ver que pasa, la ansiedad del día a día".
"Hay una
particularidad en nuestro trabajo, si bien necesitamos el dinero, lo hacemos
porque amamos lo que hacemos. A veces ni siquiera pensamos lo que nos van a
pagar. Tenemos ese vacío. Pero como artistas también le buscamos la vuelta, se
va transformando. Aparecieron las clases online, por ejemplo. Por suerte, estoy
trabajando en lo que es la mirada de las mujeres, con el tema del barbijo. Surgió
otra necesidad, estoy trabajando todo lo que es el área de cejas, ojos,
delineado. Ahora estoy trabajando con eso, hasta que vuelvan las fiestas", cerró.
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