OPINIÓN - ANDRÉS ERRO
14/07/2020
Andrés Erro, Productor general de Backstage Producciones, productora de espectáculos escénicos de la ciudad de Tandil, opinó acerca de la situación actual del sector cultural y cómo afecta directamente al sector artístico.
POR ANDRÉS ERRO, TITULAR DE BACKSTAGE PRODUCCIONES
"Producir espectáculos en tiempos de distanciamiento social,
en principio lo considero poco posible, ya que lo que no se puede producir
justamente es la mitad del espectáculo. En el espectáculo escénico el
espectador completa la propuesta"
Una obra de teatro, un recital o un ballet sin público es
como una pintura sin el bastidor que lo
sostenga. Hay algo que falta, algo que no ocurre. Puedo estar en el living de
mi casa viendo una estelar escena, pero no está el artista y el espectador en
el mismo espacio, y ese elemento es el esencial en arte escénico. El encuentro
es necesario: Un escenario, un
público espectador bajo un mismo techo,
eso es lo natural y esencial de las artes escénicas. Desde ahí considero que el encuentro en el
marco de la situación sanitaria actual no lo permite, en cuanto a la producción
de piezas artísticas y la creación de
nuevos espectáculos, nuevos proyectos, etcétera; considero que es más propicio
ya que no queda otra que estar encerrado y creando. Para
los artistas hay una capacidad mucho más estimulada que frente a ésta
limitación donde surgen nuevas ideas,
nuevos procesos, nuevas formas. La creatividad en general aparece en los
límites de la imposibilidad de seguir
como se venía trabajando y hacerlo de
una nueva forma y reinventarse.
En esta imposibilidad de encontrarse las consecuencias son
solo para el sector artístico escénico, sino que hay otros factores que se
alteran: por ejemplo, el sostenimiento de los espacios que contienen éstas
propuestas. Se quiebra una serie de hábitos que tienen los
espectadores y que a su vez hacen a la economía contextual del arte, ya el
espectador no va a un lugar físico ya
sea teatro, un bar o un centro cultural;
ya no llama al taxi para que lo lleve, no se encuentra con un amigo para ir a
ver una propuesta y luego salir a cenar.
Hay todo un entorno sin demanda ni oferta
y en economía jamás se pensó éste supuesto.
Las nuevas formas de exposición de las producciones actuales,
ya sean vía Vivos de instagram, streaming o las diversas formas que estamos
viendo, sirven en términos de difusión de creación de registros de las
distintas piezas artísticas. Creo que es algo distinto, no es nuevo el
streaming pero en las artes escénicas sí, ahora las redes permiten ver un
espectáculo en vivo, pero de antemano sé que el encuentro no se puede producir
en un mismo espacio. Las nuevas formas de monetización desde las E-comerce que
tampoco son nuevas pero en este contexto crecieron exponencialmente (Comercio
Electrónico) permiten que podamos
consumir espectáculos y pagar con un QR o enviar dinero y hacer gorras
virtuales o tickets electrónicos para espectáculos virtuales. Es interesante
ver qué segmento del público está más amigado con las éstas nuevas tecnologías,
cuáles son los más reacios y qué
oportunidades nos ofrecen desde la usabilidad en las diversas
plataformas. Para mantener diálogos
vivos y base de datos actualizadas.
Considero que la pandemia en general, independientemente de
las medidas y de los protocolos aplicados, deja mucha exposición, capacidad de
creación, versatilidad para adaptarse rápido a los cambios, flexibilización y
la negociación del artista consigo mismo; dado que hay artistas que no hacen
espectáculos virtuales hay otros que sí. Creo que a nadie le termina de cerrar
del todo, pero todos tenemos necesidades distintas.
En la producción independiente, todo el equipo es trabajador
e inversor capitalista al mismo tiempo del proyecto en común, no es la única
forma de producción, porque existen otras como la producción comercial o
privada, o la producción oficial en donde las estructuras y organización del
trabajo son otras y otros los "para que" también. Nosotros desde Backstage trabajamos
mucho desde lo independiente y nos pasa que es
común ver que todos hacemos de todo y eso no garantiza que lo hagamos en
equipo, ni bien, donde la
profesionalización queda un poco débil cuando todos hacemos de todo.
Hay muchas actividades específicas, ya sea desde la búsqueda del
financiamiento, realización escenográfica,
dirección artística, diseño gráfico, creación de colectivos para
políticas públicas, comunicación, realización de una agenda para girar con una
propuesta, actividades de estímulos para
el consumo cultural, desarrollo de audiencias y creación de públicos, cuando
todos hacemos todo sucede que no tomamos las decisiones más acertadas, para
hacer accesible y visible lo que creamos.
Si el Covid-19 ha
puesto esto en jaque, ¡festejo! ¿Por qué?
La producción en general es muy ingrata, en el sentido que es un trabajo
que no se ve y cuando sí, es porque suele ser un error o un reclamo. Estas
cuestiones generalmente no se preguntan y en la estructura grande la cultura no
tiene un lugar prioritario y esto no es
de ahora, pero hoy que estamos encerrados, leyendo, escuchando música,
pintando, o viendo una película. Quizás empieza a hacer ruido estos cuestionamientos y nos
pensamos más como los autores de todos esos bienes intangibles que aportan
identidad, entretenimiento y arte.
Hoy el sector está muy golpeado. La comunidad artística en
general está en un momento difícil y se genera la necesidad de interactuar con
otros sistemas, con otras instituciones, con otros recursos y quedamos
expuestos sobre la preparación que tenemos para llevar acabo. No solo de los
sectores independientes sino de la política cultural en general ya sea
municipal Provincial o nacional; Todos
los años se hacen encuestas, censos,
convenios del bicentenario, ya sea desde
Provincia, Nación o Unicen. Sin
embargo aún no sabemos cuántos son los
artistas en Tandil. Cuántos espacios, cuál es la situación en nuestra
territorialidad; por ende, hay algo que
no termina de funcionar bien, mi ánimo no es de juzgar ni es mi función, pero
sí cuestionarme.
Contamos con herramientas que pueden permitir la creación de
fondos, de consejos, comités o
comisiones, pero creo y critico bastante la poca formación en gestión y
producción y distribución para permitir la sustentabilidad de proyectos
artísticos en el tiempo, el trabajo continuo y
la posibilidad de contar con fondos disponibles para emergencias y creo
que el Covid 19 lo que nos está mostrando es eso justamente y si es para mejorar
bienvenido sea.
En nuestra ciudad hay un fondo para el teatro independiente,
pero creo que no está del todo aceitado en como ese recurso ingresa al tesoro
municipal y como egresa ese recurso del tesoro municipal, cuál es el proceso administrativo público
para que la población sujeta a ese derecho pueda acceder. En la actualidad,
creo que no está del todo bien y quizás sea porque en ésa creación no intervino
algún experto en economía cultural para crear una figura de un fondo para
artistas que se ajusten a la relación que existen entre el arte, la comunidad y
las instituciones. Así como las
necesidades y los recursos disponibles y hechos imponibles. Hay una
informalidad considerable desde siempre
que lo atribuyo a la falta de formación en gestión y al prejuicio ideológico
que muchas veces hay en el sector artístico que lo económico lo distancia. La
relación con el dinero es rara, lo atribuyo a que se desconoce el rol de la
economía de la cultura. Porque en la gestión de arte hay una dinámica que a
veces fluye mucho en términos de creación
de exposición de impulsos que hacen creaciones y piezas artísticas que nos
enorgullecen. Desarrollarse y expandirse en la comunidad es el reto.
Creo que tenemos que empezar a pensar que lo creativo no
tiene límite, el recurso es la creatividad y es inagotable. El problema
económico en lo cultural cambia de enfoque, la generalidad dice que los
recursos son escasos y las necesidades son infinitas, pero ¿qué pasa cuando el
recurso es inagotable e infinito? ¿Cómo lo sostengo?
Nuestra ciudad es una usina de creación muy grande, en todas
las artes, tenemos que estar orgullosos de los talentos locales que ofrecen identidad, experiencias
memorables, capital cultural. En fin, creo que estamos en un momento en donde
está quedando expuesta ésta capacidad de
creación, en donde todos reclamamos algo, algún recurso que a veces está y el
problema es la informalidad. Quizás el artista o los espacios no son sujetos de derecho porque no es monotributista por
ejemplo, o porque no es proveedor del municipio, cuando nunca lo es ni lo serán
porque no se provee nada. La cultura no es un insumo, es un atributo de
identidad en la comunidad, porque nunca se le explicó cuáles serían los
beneficios de estar en un sistema, o lo que le corresponde por los aportes que realiza
a la comunidad en general. ¿Quién
deberia explicar esto?
En términos macro Tandil me parece una ciudad con mucho
potencial, linda, natural, gusta a todo el mundo, turística, gastronómica y con
cultura. Personalmente estoy convencido que faltan herramientas y
profesionalización en algunas áreas para terminar con la relaciones
desequilibradas en donde se ve la auto explotación del trabajador cultural.
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