19 de mayo de 2020
LA CARTA
Mi nombre es Catalina Laura Cortés, tengo 28 años, soy de la ciudad de Tandil y actualmente vivo en San Fernando, Buenos Aires. El objetivo de este relato es expresar la injusticia vivida a partir del fallecimiento de mi papa el día lunes 27 de Abril y su diagnostico presunto de COVID-19.
Todo comenzó cuando mi padre Alberto Mario Cortés de 60 años, quien padecía una discapacidad motora hacia 15 años producto de un ACV , ingreso a las 20:30 hrs al hospital Ramón Santamarina por una caída e hipertensión el 26 de Abril. Luego de unos estudios resulto que mi padre tenía neumonía, activan protocolo por Covid- 19 y le realizan el hisopado estando el resultado en aproximadamente en 24 hrs. Él fallece antes del resultado en la madrugada del 27 producto de un paro cardiorespiratorio.
Luego de la noticia emprendo viaje a Tandil, mientras mi hermano se comunica con la empresa funeraria Alessi y Manna, les cuenta la situación y acuerdan el servicio a las 15 hrs de ese mismo día. Esta información sale publicada en la sección de "necrológicas" de los portales de diarios digitales.
En medio del viaje a las 9:40 de la mañana mi hermano me llama y me avisa que desde la funeraria le dijeron que a mi papa lo estaban trasladando al cementerio que "el coche fúnebre iría despacio para que lo logre alcanzar en el camino". Mi hermano en el cementerio se encontró con el ataúd de mi padre ya en la fosa y hombres vestidos de blanco cubriendo el ataúd con tierra antes que él siquiera pudiera llegar a acercarse.
Yo no llegue. Llegue minutos más tarde lo primero que hice fue ir al cementerio, donde me dijeron que esta situación nunca la habían vivido y que el servicio de mi padre estaba acordado a las 15 hrs.
Luego mi lucha comenzó. Desde la funeraria me expresaban que ellos habían actuado según "protocolo provincial y nacional" y además habían acatado a lo que le habían comunicado desde el hospital.Me dirigí a la municipalidad y desde Secretaria me acordaron una reunión para el otro día con distintas autoridades. En ese momento a las 12 del mediodía tenía el resultado del hisopado: NEGATIVO.
En la reunión estaba la autoridad de Obras Públicas Lafosse Luciano, el director del hospital Fernandez Fernando y Macia Cantarelli Juan abogado del Municipio. Allí justificaron sus accionares mencionando que ni el hospital ni el cementerio eran los responsable y que investigarían qué había sucedido. Mi reclamo era claro: que mi papa tenga un descanso en paz, como cualquier persona merece y que lo retiren de la bolsa en la que habían puesto su cuerpo, ya que si hubiesen respetado los tiempos eso no tendría que haber sido así (antes de las 15 hrs, horario del servicio fúnebre, tenía el resultado negativo en mis manos).
Al otro día me comunique con Defensoría del Pueblo comente mi situación y me pidieron que escriba un correo con mi relato y que pondrían al tanto a la abogada Lafourcade Paula para iniciar una investigación, me avisaron estos días que abrieron un expediente sobre el caso.
El día 29 tuvimos una reunión con la directora de legales municipal Aguerregoyhen Karen y con el doctor que había atendido a mi padre ese día. Procedimos a una llamada en altavoz para que todos escuchemos la versión que la funeraria daba. Así quedaron en evidencia las acusaciones cruzadas: desde la funeraria hacían responsables directos al hospital de dar orden del traslado inmediato al cementerio y la abogada mencionaba que desde la funeraria no habían respetado el protocolo. (Ver protocolo manejo de cadáveres con COVID 19)
Al otro día 1 de mayo desde el municipio nos dijeron que se podría exhumar el cuerpo de mi papa con el objetivo de "correr" la bolsa en la que estaba. Contar esta pesadilla me estremece el alma, ya no quiero ni contarla ni escribirla pero lo hago por la indignación que me genera. Se hizo, volvimos a vivir la angustia y el dolor, pero logramos que remediaran al menos parte de la barbaridad cometida. No podíamos volver a despedirlo como corresponde y como merecía y merecíamos pero sí logramos que descanse como debería haberlo hecho desde un principio.
Pero mi lucha continúa, nadie se hizo responsable, acá se vulneraron los derechos de todos nosotros y nadie dio la cara. Reclamo quién fue el responsable en dar la orden de trasladar y enterrar así a mi padre, sin autorización, sin consentimiento de su familia y violando derechos. Esta es la desinformación en medio de la pandemia por COVID- 19 en Tandil, después de casi dos meses de vivirla, lo poco que están preparados para actuar frente a la duda de un resultado, se asustaron y actuaron con miedo.
No quiero creer que se aprovecharon del estado de mi padre, de que el único hijo que se había presentado estaba en cuarentena(por haber estado en contacto los últimos días con mi padre) y que la hija estaba en viaje.
Las personas deben enterarse de nuestra situación, ya que si en Tandil se va a actuar "improvisando" como tuve que escucharlo, le puede pasar a cualquier vecino de la cuidad. Estoy indignada y necesito que todo este dolor, sumado a la pérdida de la persona que más amo, tenga un responsable. Desde el municipio responsabilizan a la funeraria y desde la funeraria al hospital, esto es un desastre.
¿Puede dar órdenes una entidad privada de adelantar un servicio a un organismo municipal como el cementerio? ¿O tiene que estar autorizado por la autoridad municipal del mismo?
¿Quién es responsable de disponer el traslado y el entierro de mi padre? ¿Donde están los papeles que registren y autoricen el desvío del proceder?
ANEXO:
Según el protocolo nacional y provincial:
"Tras la correcta introducción del cadáver y desinfección de la bolsa sanitaria estanca, la manipulación exterior de esta o del ataúd que la contenga no comporta riesgos(...)La disposición final de los cuerpos puede tener cuatro destinos de acuerdo con los ritos religiosos, las costumbres del lugar y/o las disposiciones judiciales emanadas de la autoridad competente, a saber: Conservación ,Inhumación, Cremación, Traslado al extranjero. La inhumación, que resulta ser el fin más buscado en caso de fallecimientos individuales, múltiples y masivos, debe cumplir con algunas normas básicas, en especial la de identificación y registro de las tumbas, aislamiento de los predios, cumplimiento de normas de salud pública y de procedimientos de bioseguridad y respeto a los principios de diversidad y NO DISCRIMINACIÓN."
Protocolo Municipal:
En la disposición que lleva la firma del Director General de Inspección y Habilitaciones, se indica que "hasta el dictado de un nuevo acto administrativo, la obligación de realizar los velorios a cajón cerrado y solo permitiendo el acceso de una persona cada 4 metros cuadrados y por un lapso corto de tiempo, debiendo el resto de los concurrentes, encontrarse fuera de los límites del establecimiento".
Además, se aclara que "en caso de cadáveres producto de casos de Coronavirus, además de la obligación mencionada, también deberán observarse y cumplirse con las recomendaciones establecidas por el Ministerio de Salud de la Nación".
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