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"En la noche de Tandil pasan cosas terribles, pero no al extremo de tener un muerto"

14/03/2020

Roberto Bonanna, con 30 años trabajando en seguridad, contó cómo se vive la noche en Tandil y la situación de los jóvenes. Celebró la convocatoria del intendente para trabajar en el tema.

por
Alejo Traiani

¿Lo sucedido en Gesell les marcó alguna pauta?

Con tantos años trabajando en la noche, la verdad no nos marcó casi nada, porque fue un hecho más de los tanto que hay. Como en ocasiones anteriores, se provoca una euforia en el momento y después, a medida que pasa el tiempo, va saliendo de la agenda de los medios, se va diluyendo y queda en la nada.
Lo digo lamentablemente, porque estamos hablando de la vida de un chico, pero fue en una situación evitable. Y eso es lo más lamentable.
A veces tengo diálogo con Oscar Castellucci, a quien le mataron al hijo en el 2006 en La Casona de Lanús. Fue un hecho lamentable, fue un patovica. En el momento hubo marcha, salió en todos los medios, se promulgó la Ley 26.730, y con el tiempo se diluyó. El que mató al chico ya está libre.
Se toman medidas emocionales, no se institucionaliza nada. Al no estar reglamentado, cuando sale de los medios, los únicos afectados son los padres.

Decís que fue un hecho más. ¿Qué pasa en Tandil?

No en ese extremo, pero rozamos la situación. Esto de que varios agarran a uno y le patean la cabeza pasa hace años, no es algo de ahora. Volvemos a lo mismo: hasta que no pasa un suceso puntual, no sale en ningún lado. Y para eso tiene que morir alguien, como ahora o en Cromañón. Si no pasan cosas extremas, no se toman medidas.
El otro día desde el Municipio nos convocaron, a mí como representante de la seguridad y a los dueños de los establecimientos nocturnos. Es un paso muy importante estar en una mesa de debate con el intendente y su gabinete. Espero que se siga trabajando en ello, yo creo que sí.
Este es el camino, hay una palabra que nos tenemos que meter en la cabeza: prevención. Si no tomamos prevenciones para algunos casos, después nos vamos a lamentar. Llenaremos las plazas marchando, pero todo se diluye.

¿Qué me podés contar de esa reunión?

Fue muy buena. El intendente está muy preocupado por lo que pasa en la noche, acá pasan cosas terribles, pero no llegan al extremo de tener un muerto, a donde no tenemos que llegar.
Los vi preocupados, con ganas de llegar a una solución, de buscar alternativas. Lo mismo para los dueños de los boliches, esto no es sacarlos del lugar y que se ocupe la calle, aunque en algún punto es cierto. Para solucionar esto hay que hacer un trabajo más integrador, con el Estado, la Policía, la seguridad privada, los dueños de los establecimientos, los padres y los mismos jóvenes.
Hay que tomar políticas para encausar todo esto, hoy estamos a la deriva. No hay respeto por los mayores, a las autoridades, pasa lo mismo en las escuelas. Eso lo podemos tomar como un llamado de atención, que los mismos chicos estén pidiendo algo.
Yo, cuando doy clases de Taekwondo, veo a chicos totalmente respetuosos, pero porque hay un lineamiento. Por eso, lo que veo en la noche, es que hay que ordenar un poco todo.
Volviendo a la reunión, quedamos con la idea de hacer un protocolo de trabajo. La noche era un tema que 'estaba ahí', pero es parte de la sociedad y hay que prestarle atención.

¿Está tan difícil el trato con los chicos en la noche?

Y, sí. Tampoco me gusta generalizar, pero los chicos tienen otra forma de ser, están criados de otra manera. No salen de una burbuja, mi generación es la que se tiene que hacer  cargo de todo esto también. Es fácil echar culpas.
Pero sí, está difícil, los chicos perdieron el respeto, que a la vez te hace perder más valores. Lo mismo que está pasando en las escuelas, hoy le contestan a las maestras como si nada, algo impensado antes. No hay límites.
Antes había matinée, que funcionaban en un horario donde los otros no lo hacían. Yo entiendo que el boliche es un negocio y esa modalidad no puede ser rentable, pero había que buscarle la vuelta.
Yo iba a las matinée y si me decían que vuelva a las doce, a las doce menos cinco estaba golpeando la puerta de mi casa. Las cosas obviamente han cambiado, pero hablo con padres y me dicen 'qué querés que haga, ya no lo puedo controlar'. 

¿Qué papel juega el respeto, y cuál el alcohol y la droga?

Yo insisto con el respeto, porque cuando en la casa se educa y se forman los valores, hay muchas cosas que mejoran.
De todos modos, en la reunión con el intendente trabajamos tres ejes: alcohol, droga y violencia. Hay muchísimo consumo de alcohol y cada vez a más baja edad, lo cual es gravísimo. Hoy hay pibes de doce o trece años tomando en la calle, a la madrugada.
También se ve que las mujeres toman mucho más que antes, están casi palo y palo con los hombres. Pero todo está relacionado con lo que hablé anteriormente, de lo que se forma en la casa.
La droga hay que abordarla desde otro punto de vista, trabajarla muchísimo, porque la verdad que hay mucha.
Lo primero que hay que hacer es admitir que hay mucho alcohol, mucha droga y mucha violencia. Después, empezar a trabajar en esos ejes, bastante.

¿Es solo cuestión económica la vuelta de la matinée?

Habría que verlo. Los dueños de los establecimientos lo dijeron en la charla, no es rentable. Deberíamos buscarle una alternativa, sirve para contener a los chicos.
Los menores que andan dando vueltas por la calle tendrían un lugar, sería bueno. También es un problema la minoridad, porque ellos salen igual
Lo mismo debería ocurrir con las previas, yo no estoy de acuerdo, pero se hacen. Hay una Ley que dice que hasta las dos de la mañana se puede entrar al boliche, y quedan muchos chicos afuera.
Fiestas privadas sin control, egresos... algo hay que hacer. Hay fiestas en verano en unas quintas bárbaras, con pileta, alcohol libre, y un día va a aparecer alguien ahogado. Ahí van a empezar a buscar culpables.
Además, todo esto arruina al boliche, que paga alquiler, impuestos, seguridad y demás.
Insisto en que hay que juntar a todas las partes para trabajar en la prevención. Ahí se va a lograr, y es la única manera.

¿Cómo es el protocolo de trabajo en la noche? ¿Influye la palabra del dueño del boliche?

Generalmente el dueño del lugar te pone unas consignas, que son justamente lo que quiere él, como la cantidad y edad de la gente que va a ingresar. No es lo mismo trabajar en Opium que en Y Qué. Siempre nos adecuamos al perfil del boliche.
Después, nosotros tenemos un protocolo de trabajo que siempre lo hablamos. Se insiste en que está prohibido pegar, tratamos de explicar cómo trabar a alguien para sacarlo, como hablarle a los chicos, de estar atentos a lo que pase en el boliche.

Volviendo a la reunión. ¿En qué quedaron para el futuro?

Quedamos en hacer un protocolo de trabajo y seguir juntándonos. Próximamente, cuando haya ideas, nos reuniremos nuevamente para seguir enfocados.
Yo agradezco en que nos hayan juntado, demostraron que hay interés en solucionar las cosas.
No hay que dejarlo de lado, el alcohol, la droga, la violencia, pero tampoco el tránsito. Mucha gente que llega y se va de los boliches manejando alcoholizada, y han pasado desgracias.

 

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