Omitimos poner aquí imágenes que ya hemos visto, hemos elegido señalar que tanta basura de tantos envases descartados a diario LO PAGAMOS AL COMPRAR. Si, pagamos por el packaging, y luego suponemos que desaparece mágicamente. No es así, el telgopor se deshace tras 100 años igual que un encendedor, tardan más los envases PET, los sachet, los llamados vajilla descartable que pueden tardar 1000 años. Entonces el problema de qué hacer con ellos nos resulta ajeno. Pero los hemos comprado y pagado a gusto y "piacere".

Nos disgusta tener que llevar la bolsa al mercado. Sin pensar que al menos es un mínimo aporte. El resto... que se arreglen los recolectores de la basura y el ESTADO. Como si no formáramos parte de la población que conforma el concepto de estado, en última instancia, somos los que componemos y sostenemos al ESTADO.

¿HIJOS DEL RIGOR?

Allá por noviembre de 2017 el Gobierno Provincial sancionó la Ley N° 13.868, con seis meses de prórroga para su aplicación. Prohibía "la utilización de bolsas de polietileno y de todo otro material plástico convencional, así como la entrega en supermercados, autoservicios,  almacenes y establecimientos comerciales". Algunas excepciones fueron contempladas: "aquellos casos y/o situaciones que demanden la utilización de bolsas de polietileno o las transparentes 'de bobina' para contener productos alimenticios o insumos secos o húmedos, elaborados o preelaborados y no resultase factible, por asepsia, la utilización de otro tipo de envase contenedor" Quedó también expresado que: "las bolsas de residuos solo podrán ser utilizadas para el desecho de los residuos domiciliarios". La ORDENANZA MUNICIPAL que se trató de acuerdo a Ley Provincial, fue la N° 15.936 aprobada el 23 de noviembre de 2017, pero las quejas y presentaciones de Cámara Empresaria Tandil llevaron a un extenso debate porque solicitaba mayor dilación en la puesta en vigor de la ordenanza defendiendo algunos sectores porque ya tenían stock de bolsas plásticas u otras razones. Así las cosas, finalmente el 23 de julio de 2018 llegó el día de ir al mercado con nuestras bolsas o canastos o changuitos. No recibiríamos más bolsas plásticas para transportar nuestras compras. Éramos muchos los que poca esperanza teníamos en esta prohibición... pero un año y medio después, reconforta ver que ocurrió.

CUANDO VIVÍAMOS SIN PLÁSTICO

En los últimos 60 años hemos deteriorado el planeta más que en los anteriores 4 siglos. En los años '50 y '60 en Tandil, el plástico era casi una ficción. Los recolectores pasaban tres veces por semana, en casa teníamos un tarro de metal con tapa, hacíamos un colchón de diarios abajo e íbamos cargando la basura cotidiana. Como teníamos 5 gallinas en un pintoresco gallinero... muchos restos de cáscaras y comida eran sustento para los huevos que ponían. El aceite se vendía en latas de 5 litros o suelto, en lo de Grandinetti (Belgrano y Chacabuco) por lo que llevábamos una botella vacía o un frasco de cuello angosto para llenar. Azúcar, harina, legumbres, todo envuelto en un papel llamado "estraza" de color beige o gris sin blanquear y el almacenero hacia un repulgue en los lados como si fuera una empanada, en casa pasaba al frasco o la lata correcta. No había agua mineral, solo sifones de vidrio y el lechero traía la leche en tarros de aluminio que medía y pasaba a nuestra jarra. A fines de los 60 aparecieron las "botellas de leche": comprábamos las llenas entregando las vacías.

No fue hace tanto. Mi madre tenía un carrito de hierros finitos con una funda de lona colorida que se quitaba y lavaba, dos ruedas y una manija para llevarlo, con una división por el medio para las botellas, papas y lo más pesado abajo, las frutas arriba. Le decíamos "changuito" como extensión del quechua chanku que significa muchacho changarín o que hace tareas de traslado. Pues 70 años después la nueva ley los ha renacido, bellos, con ruedas cómodas y bolsillos por todos lados. Es muy interesante. Han retornado las bolsas tejidas con tiras de sachet... y están de moda, son resistentes, se lavan y nunca pierden las manijas. También las hay de red tejidas en macramé... una onda "vintage" que nos señala varias soluciones del pasado. Hay una artesana que se enganchó y hace maravillas, en Facebook es HARTA PACHA y se llama Valeria.

Hemos llegado al punto ÉTICO de obligarnos a reciclar, insistir en el uso de todos los elementos por más tiempo, reutilizar o renovar. Descartar menos, comprar menos, desde el papel a la ropa, la madera, los muebles y la vajilla de la abuela de muy buena calidad, aunque tengamos "de cada pueblo un paisano". Poner de moda estas tendencias es el FUTURO. Nadie lo hará por nosotros. Lanzar un envase de jugo por la ventanilla o una botellita de plástico... es un misil contra un planeta maltrecho. No es cool, no es inteligente, no es adecuado, y muestra baja moral, poco cerebro y mínima educación. No importa el dinero que lleve en el bolsillo, el auto que maneje o la ropa que use.

LAS NOVEDADES ESTÁN MAS ALLÁ DE LA RUTA

Sabía que cerca de la Avenida Circunvalación, bien al fondo de la Sociedad Rural existía el Barrio Graduados, conocía que mancomunados habían luchado por el alumbrado público, el gas, las cloacas y el agua corriente. Pero me interesaba que reciclaban casi el 100% de la basura propia, hacían compostaje y se gestionaban de manera autónoma, autoconvocada y con programas fijados por metas.

Aún con el GPS me perdí cual laberinto entre un barrio nuevo que se llama "30 Años de Democracia" casi pegado a las manzanas de otro barrio -sin nombre- con bellas casas en construcción. Tampoco allí supieron decirme cuando pregunté a los obreros afanados en la tarea de levantar paredes. Mi tour circular me llevó a descubrir "la Plaza", prolija y austera, con un serpenteante sendero de cemento, hamacas, árboles nuevos y un enorme y divertido mural en un lateral de planchones. Mas tarde entendería la enorme función de ese espacio ungido como hace 3000 años: EL ÁGORA del barrio GRADUADOS. ¡Glup!

La siesta del sábado caluroso acercaba las sierras recortándolas perfectamente azules, sin interferencias para disfrutarlas. Los carteles de las calles -nuevitos y prolijos- me sonaron bien medievales: "Del Medio", "Pasaje de los Graduados" o "La Blanca". Paré en una esquina "Del Medio", me bajé desorientada y en la tórrida calma, desde una puerta llegó un saludo sonriente. Había pasado el mediodía y ahora pisaba mi breve sombra, me presenté, él aceptó mis disculpas por la hora y la molestia, ella colaboró abriendo su casa. Hay gente cordial, educada, sensible y dispuesta que está al alcance de la mano. No es una especie en extinción y en verdad no sé cómo agradecerles.

Ariel Zubigaray (37) es Ingeniero Industrial y Paula Vázquez (38) es Diseñadora Gráfica. Si la belleza y la simplicidad con diseño resumen un hogar, es el de ellos. Abierto como sus mentes, genuino como los materiales de sus razonamientos y tolerantes para recibirme un sábado a la peor hora, sin saber por qué.

El barrio nació en 2011, hoy completó las 110 casas. La belleza natural y risueña de Paula ilumina el relato "con los residuos era todo un tema, ya teníamos un grupo de WhatsApp y Sofía -que iba cada semana al PUNTO LIMPIO a llevar sus bolsas en su camioneta- empezó a avisarnos: ¡Mañana voy a PL, traigan! Éramos 10 casas, sumábamos lo que cada quien tenía, pero en poco tiempo decidimos que había que reducir el volumen para que los viajes fueran mas espaciados y se pudiera cargar todo. Así empezamos a dividir, armamos un programa y en la Asamblea Barrial propusimos crear una subcomisión de reciclado". Me enteré que hay reuniones mensuales de comisión y delegados de manzana en las que se hace el seguimiento a más de una decena de programas de diferente índole. La plaza es sede de todos los eventos abiertos al público que se organizan desde la Asociación y allí son las las jornadas de reciclado... hay que pensar que cada 21 días se convocan a "la Plaza" y llevan la basura que han aprendido a mantener en casa, allí la separan meticulosamente en mas de diez tipologías en bolsones identificados. Aprovechan para realizar actividades varias y unir a la comunidad.

Solo ese día pasa el camión del Punto Limpio Móvil, se lleva los bolsos y deja unos vacíos.

Para Ariel, crear una red ambiental tenía que ser algo preciso, debía incluir a todos y fundamentar cada paso: "Al entender de los vecinos necesitábamos ACTITUD, SISTEMA Y EFICIENCIA para lograr SUSTENTABILIDAD. Era un desafío no unirlo políticamente a nada, entendimos que era un problema TÉCNICO y requería SOLUCIONES TÉCNICAS Y LOGÍSTICAS orientadas a lograr un efecto ambiental positivo. Acá vivimos vecinos de toda religión y color, hay también extranjeros, el 60% no nació en Tandil, hay de todo pensamiento político y de todas las profesiones. Esta diversidad suma visiones interesantes, un ejemplo es  Victoriano Garralda (de Rauch) estudió acá y se radicó acá, y aportó su experiencia siendo parte del programa de separación de residuos de Rauch, porque increíblemente ¡Rauch separa los residuos en origen! El modelo es eficiente como lo es el de Laprida. Probablemente la escala de población y el vértigo del desarrollo territorial atrasen a Tandil en este punto jugándole en contra a esta ciudad pujante. Las escalas pequeñas facilitan la solución de estos temas. Creo que la inteligencia está en hallar como conectar células en funcionamiento con eficacias similares, buscar los interlocutores interesados, brindarles el conocimiento... con empatía y un buen análisis de los beneficios se pueden plantear metas lógicas. Tenés que hablar con Andrés, no te podés ir sin hablar con Andrés... ¿verdad Paula?"

Imaginé que Andrés era algo así como el código para completar la información, Ariel llamó y le dejó un mensaje. Y ahí nomás me pasó un bello trabajo de Luciano Villalba sobre el volumen de residuos orgánicos del barrio de Julio 2019. Tiene proyección económica, flujos, y una clara presentación. Villalba trabajó con la FIO (Ingeniería Olavarría) Cs Humanas UNICEN, el CINEA (Ciencias Ambientales) y el Instituto de Geografía. Cada día los 100 hogares del barrio generan un promedio de 0,234kg de residuos orgánicos por persona, a una tasa promedio de 3,08 habitantes por hogar, resulta que 308 personas físicas generan 72 kg de residuos orgánicos diarios... pero además también mucho más peso y volumen de inorgánicos, que en un año completan 25 toneladas a un costo de traslado y colecta de $100.000 por la logística de llevarlo al relleno sanitario. En cambio, compostando los orgánicos, el barrio logra 7 Toneladas de compost para uno 2.000 m2 de huerta.

Cuando los datos son rigurosos, claros y bien expresados no hay mucho más que decir.

EL ÁGORA GRIEGA 26 SIGLOS DESPUÉS

Podríamos ir a Creta, en el periodo micénico, siglo VI a.C , esto sería unos 26 siglos atrás (2600 años)  donde los foros públicos de estas ciudades/estado congregaban a la "polis" , los habitantes habilitados que eran ciudadanos. Nacieron en los sitios religiosos, y bien pronto se convirtieron en mercados. Ese mágico punto de reunión era el centro urbano. Grecia -que tenía varias CIUDADES/ESTADO- usó esta fórmula para ejercer con cierta justicia y equilibrio el poder de los que gobernaban y moderar las inquietudes de los gobernados. El ÁGORA fue una verdadera invención urbanística de Pericles, ese brillante ateniense que por más de 40 años gobernó Atenas. Los romanos extrapolaron la idea y lo rebautizaron "Foro Romano".

Las discusiones, los acuerdos, hasta los enjuiciamientos ocurrían en el ÁGORA. Allí se votaba, se decidían la mayoría de las cosas comunes, o sea de la "res-publica"; no todos podían votar, pero sí asistir. Naturalmente en su entorno se erigieron templos, estructuraron mercados, gradas para teatro o entretenimiento, sitios de carga y almacenamiento, hasta llegar al concepto de PLAZA (sitio central, lugar con memoria histórica, punto de encuentro) con monumentos, edificios históricos y paseos diseñados para mostrar el poderío de la ciudad, habían pasado casi mil años, hablamos del siglo V.

Oriente también -a su modo- tuvo sus ÁGORAS, pero el rigor de los imperios las relegaron solo a la actividad religiosa, comercial y social.

ÁGORA en griego: significa reunir, juntar y se pronuncia "a-gorá"

"HAY QUE CHARLAR CON ANDRÉS"

Ni una nube molestaba al sol calcinante, el silencio y la pileta con los juguetes alrededor me señaló que había encontrado la familia que buscaba. No eran adecuados ni el día ni la hora...pero otra sonrisa amigable apareció en la entrada ni bien me detuve.

Porque hace más de 10 años, él levantó la mano para hacerse cargo de la Subcomisión de Reciclado. Y vaya si lo hizo bien; Andrés Peroncini (40) es Perito Calígrafo, tiene 2 hijas (6 y 2 años), curioso como buen pisciano y determinado como pocos: "la comisión de Medio Ambiente nace con los primeros vecinos en llegar al barrio preocupados en reducir el impacto ambiental negativo generado por la práctica habitual del descarte de residuos".

Andrés tiene vocación de integrar, piensa en el planeta que dejaremos y lucha porque el barrio sea referente y genere promotores ambientales en toda la ciudad. Narra como se logró que el Municipio pusiera en funcionamiento el "Punto Limpio Móvil" para ser utilizado en establecimientos educativos y eventos de concurrencia masiva, como generaron en la Plaza del barrio el Punto Limpio ITINERANTE, para que el PUNTO LIMPIO MÓVIL pasara cíclicamente a recoger los bolsones ya separados. Encadenó Barrios como Uncas, B° Golf, La Porteña, San Nicolás, Arroyo Seco, Paraíso... para que trabajaran de manera similar y sumar más potencia a la recorrida del camión. Por tanto, el Punto Limpio Móvil alarga cada vez más su recorrido y en consecuencia  el período se extendió una semana más, ahora el PUNTO LIMPIO MÓVIL pasa cada tres semanas.

Considera un desafío consolidar al Barrio en la separación de residuos en origen; continuar concientizando a vecinos; instituciones y/o empresas interesadas en este tipo de prácticas y colaborando con todos aquellos dispuestos a replicar la iniciativa de GRADUADOS. Asegura que no es un fenómeno sino el producto de la constancia y la conciencia: "En nuestro barrio tratamos de generar conciencia, el día que llega el camión para cargar los residuos, con ingenio creamos juegos para que los más chicos comiencen a separar. Nosotros acompañamos la educación que ellos reciben en la escuela sobre cuestiones ambientales, y perdé cuidado qué enseñar a un niño es crear el mejor juez, implacable a la hora de marcarnos los errores. La realidad señala que el Barrio Graduados quiere recuperar la vida con ética ambiental de un niño de 5 a 10 años mientras convoca al cambio para una actitud responsable en quienes hoy pisan los 40, que son sus padres, los vecinos, los amigos del barrio. Buscamos negociar nuevamente la idea del potrero, el carnaval con agua, la quinta en ese  pedacito de terreno que nos queda y eso va todo ligado al cuidado de nuestro espacio, cuando plantamos un árbol y cortamos el pasto de la plaza, la hacemos nuestra, la sentís propia. El cuidado del medio ambiente es eso, cuidar nuestra "casa de afuera". Con estado o sin estado, es lo de menos, lo que si no puede faltar es que sea CON EL VECINO"

Insiste en crear conciencia, difundir cada jornada que los une en la plaza (el ágora del barrio); sea barrileteada, corre caminata o con telescopios y binoculares como el convite que aceptó la Dra. en Física Mayra Garcimuño en la noche del 10 de enero, que los asistió para dar "UNA VUELTA POR EL UNIVERSO". Está en Facebook: ASOCIACIÓN GRADUADOS TANDIL. Dan capacitaciones en clasificación de residuos y campañas de concientización a través de flyer y/o videos; generan espacios para promocionar productos amigables con el ambiente como artesanías; productos agroecológicos y generación de compost. Cada 21 días desde las 9hs de esos sábados señalados, la plaza funciona separando y clasificando. Pasa el camión, carga los residuos separados y se los lleva. Ellos aprovechan para generar conciencia en los más chiquitos insistiendo que SI SE QUIERE, SE PUEDE. Andrés suma voluntades para que cada encuentro de sábado que separan residuos, sirva para aprender el modo de tratar el descarte de los envases tetrabrik, hasta como seleccionar tipos de papel por color y uso, diversos envases, tapitas, PET, cartones de variadas características. Tenía fotos con muchos de ellos, y recibiendo premios, con los niños afanados en separar los residuos, con barriletes o mirando las estrellas de noche. Opté por preservar a los chiquitos y mostrar el conjunto de vecinos en la Asamblea. Porque este grupo de "habitantes" ha superado las individualidades, piensan en el TODO y funcionan como partes fundamentales, sin estridencias.

Gente, aquí no hay azar, hay trabajo consistente. ¡Chapeau, vecinos de GRADUADOS, ha sido un honor!