La primera que surge es porqué meterse en armar semejante monumento. Julio en realidad se dedica a otra cosa, a la construcción, hace nada menos que 55 años, pero ahora se le dio por este desafío.

"Es medio difícil contestarlo", empieza diciendo con respecto al porqué. Cuenta también que "lo vi en el diario hace 10 años, un hombre que la había hecho a su altura, no sé a dónde. Después, hace dos años, vi la historia de la original en la televisión. Vi como la empezaron, hasta que llegaron arriba y me dije de hacerla, porque me gusta hacer las cosas difíciles".

Explicó también que al principio "no tenía nada, ni un herramienta, la primera que compré fue la de cortar chapa". Así, el primer paso fue dibujarla en una tabla, buscando la escala. "No sé cuántas veces borré hasta que quedó", confiesa.

Comentó que le costó mucho llegar hasta donde lo hizo hasta el momento, hace más de un año que está trabajando en el proyecto, pero ahora va a tener más tiempo para terminarla, porque asegura que, a sus 76 años, no va a trabajar más.

Por ahora, le falta solo la punta y algunos detalles como los balcones, es decir, está muy cerca de concretar la reproducción.

Después, verá el destino que tiene la obra de que tendrá aproximadamente 2,70 metros de alto. Por el consejo de un amigo, la idea es certificarla y hacerla llegar, de algún modo, a la embajada de Francia en nuestro país.

"Esto me satisface, si ves fotos de la original, es igual", repite Julio y dice que por ahora el objetivo es terminarla y por el momento no seguir con este tipo de trabajos. Aunque a los segundos, duda y dice: "No se me ha ocurrido que más podría hacer, tendría que ser una cosa aún más importante que esta". Queda la pregunta en el aire, después de la Torre, ¿Se vendrán otros monumentos?