En nuestra redacción, comenzó contando que "también fue un proceso de ponerme a prueba como productor. Nos fuimos de acá con 18 fechas cerradas en Europa, entre contactos que me pasaron y 200 emails que mandé".

Así fue que arrancaron a dar vueltas el 26 de junio, con el contacto de una amiga de Bélgica, otro en Berlín, y la logística que previeron desde principio de año gracias a internet.  

De este modo, empezaron a tocar en todos lados. En Alemania, tocaron en todo tipo de bares e incluso en un aeropuerto abandonado. En Bélgica, más precisamente en Gante, "tocamos en un barcito que es muy reconocido en el ambiente del rock and roll que se llama Mississipi, muy lindo. Después nos fuimos para Amberes y ahí hicimos base". Así, también pasaron por Holanda y Barcelona, tocando donde los dejaban mostrar lo suyo, siempre con buen recibimiento.

Lucas reconoce que esta segunda vez que hicieron las maletas para irse a Europa, "lo clave fue la organización previa. La vez anterior fuimos solo para un festival y salió tocar en la calle. Esta vez teníamos más base, en Amberes encontramos un mercado muy copado. Si bien teníamos muchas fechas cerradas, teníamos días libres y tocamos en la calle como siempre, tuvimos una respuesta zarpada de la gente".

"Otra particularidad de esta gira fue que nos fuimos sin instrumentos, compramos allá. Fuimos a la saca de música preguntando cuales eran los más baratos que tenían. Fue un golazo por la cuestión de organización y traslado", agregó.

Reconoce que el circuito que eligió la banda de swing y otros géneros relacionados con la década del 30, fue alternativo, pero explica que "fue todo muy orgánico. Amberes ni la conocíamos. Lo de Wuppertal (Alemania), estaba 24/7 stalkeando bandas, me puse a prueba ese lado. Veía donde tocaban y ahí buscaba el contacto del bar. La primera fecha en Amberes fue tocar como en bares acá. Estábamos súper abiertos, no buscábamos un cachet altísimo. Lo importante era tocar, aunque tampoco podíamos tocar gratis".

Más allá que su estilo es bien internacional y casi todo su repertorio es inglés, no perdían la impronta argenta. Cuenta que "el feedback fue espectacular. Lo que hicimos también fue versionar algunos boleros, como "Sabor a mí", porque también el gancho viene por ahí. Nos encanta hacer nuevas versiones de canciones. Sucedía que éramos lo alternativo dentro de todas las bandas que había por ahí".

"Creo que lo tiene en particular el proyecto de Sin Brothers, es la actitud que tiene a nivel escénico. Si hiciéramos solamente boleros, tendría el mismo impacto por la actitud de cada integrante. En general, hay un montón de escuelas de swing, tocamos en varias en Barcelona y Berlín. En Bélgica hay mucha gente que conoce el estilo, ese nicho del baile y la música de los 30", añadió.

Con Sin Brothers, el tour europeo culminó el 16 de agosto, y Lucas siguió dando vueltas por aquellos lados. "Yo me quedaba un mes más, porque iba a visitar al pueblo de mi tatarabuelo, que al final no se dio. Entonces hice lo que se hacer mejor, cerrar fechas. Había conocido un baterista y contrabajista mexicano en Bélgica. Les dije de armar algo, yo ya tenía un repertorio de jazz. Las puertas están muy abiertas a nivel laburo, cerré 10 fechas en una semana y hasta grabé un disco con este nuevo proyecto que se llama Blue Label, que ya está subido a Spotify", relata.

Con tanto trabajo allá, la pregunta obligada es porqué volvió, y explica que "empezaba el invierno, también extrañaba estar en casa. Estuvo buenísimo, pero quería estar un poco tranquilo. Y allá no es que parábamos en hoteles, dormíamos en casas, donde podíamos. Sentí que cumplí todo lo que fui hacer, abrí todas las puertas y el año que viene seguro volvamos. Seguramente me vaya en mayo, allá se toca mucho en verano festivales, hay una data que está buenísima. Las posibilidades están, si tenes un producto para vender y un poco de sentido del mercado".

"El nicho del centro de Europa es muy interesante. Amberes es literalmente el centro geográfico de Europa. Teníamos la frontera de Holanda a 70 kilómetros, Alemania a 60, Francia a 100, es todo muy cerca. Lo interesante es que no agotas los lugares, acá no podes tocar todas las semanas cerca", detalló.

Ya instalado nuevamente en Argentina, no para de tocar. Nos contó que "seguimos con Sin Brothers, ahora empieza la temporada de eventos, veremos cómo se desarrolla la situación económica del país. También estoy con el quinteto junto a Martín Castelli, Juan Orbaiceta, Fran Margueritte y Cris Buzeki. Además, me voy a Bariloche con otro proyecto".