Es cierto, cada vez que me llaman los medios es porque pasaron muchas cosas. La problemática no cambia, tiene esa tendencia a ser una línea descendente, ni siquiera recta. Tandil no es una isla, nos sucede a nivel provincia y país.

Hay cada vez más accidentes, y cada vez son más graves, según un estudio del Observatorio Vial, que es genial lo que hacen.

Seguimos en la misma línea, estamos mal y vamos peor. La visión es para qué lado se puede ir mejorando, que es la misma de siempre. Lo que no cambia es que las políticas no se implementan, y seguimos viendo el problema de tránsito por el agujero de la cerradura.

¿En qué quedó la Emergencia Vial y la creación del Consejo Consultivo Vial?

Lo de la Banca 21 es lo que más repercusión tuvo en los accidentes de tránsito. Pero como siempre digo, sucedieron charlas y todo quedó en la nada. Ahora con las elecciones, el Consejo Consultivo Vial se ha reflotado, hay mucha gente que está interesada en que se arme, pero mucha otra a la que no le interesa. 

Es una herramienta que tenemos muy a mano, la de armar algo en lo que todos los actores que tienen que ver con el tránsito y con otros factores sociales y geográficos. Hay muchísima gente que tiene que estar sentada en el mismo lugar, simil Foro de Seguridad, donde se planteen políticas de seguridad vial. Pero, siempre queda todo en la nada, las ideas son buenas, pero no avanzamos. 

Se ha hecho en muchos lados, es muy consistente. 

¿Por qué hay gente que no quiere armarlo?

Creo que reunir a mucha gente hablando de un tema, significa que hay un problema. Y cuando existe un problema hay que ver como se lo ataca, pero si no tenemos las herramientas, se transforma en un problemón.

En el tránsito ocurre lo mismo, si no tenemos soluciones, para quien debe brindarlas, se transforma en un gran problema. Pasa por ahí, desactivar que toda la gente que tiene intenciones de formar algo para solucionar temas de tránsito, le traería al Ejecutivo un problema porque no tienen una solución rápida.

Yo estoy convencido de que la solución va por el lado de la educación vial y los controles, pero mientras tanto no tenemos un panorama oficial, solo hay acciones esporádicas.

Hubo un observatorio vial que funcionó, pero hoy solo tenemos opiniones y declaraciones.

Rogelio Iparraguirre plantea crear la escuela municipal de manejo. ¿A vos qué te parece?

Es una idea maravillosa. La mayoría de nosotros aprendimos a manejar con un amigo o un familiar, pero eso quedó obsoleto porque no hay lugares para hacerlo, y porque las cosas se van sofisticando cada vez más. Sacar un carnet debería ser mucho más complejo de lo que es. 

La escuela municipal de manejo propone, entre otras cosas, enseñar una educación vial, más allá del manejo en sí. Todos aprendemos a manejar, pero no a conducir.

Cuando sucede algo, en las redes sociales la gente opina como si supieran todas las leyes de tránsito, y ahí se da cuenta que no se ha aprendido todo como debería. 

La escuela municipal de manejo debería estar instalada desde hace mucho tiempo en la ciudad. Estuvimos con Iparraguirre en Laprida, viendo la que tienen ellos, y es una idea maravillosa. Ojalá en algún momento se lleve a cabo. 

José Labaroni y Julio Elichiribehety estaban de acuerdo, por lo que está la anuencia de los dos sectores políticos más grandes: la escuela de manejo es una decisión política que creo en algún momento va a salir. Y ojalá sirva para que los chicos y los infractores aprendan a conducir debidamente, para que nuestras calles no se transformen en una jungla.

Hace unas semanas el intendente fue a Capital, entre otras cosas, a tratar un convenio con la ciudad sobre el estudio del tránsito. ¿Qué sabés de ese proyecto?

Vi alguna declaración de algún funcionario de que iban a ir a Capital a ver ese tema. Yo fui hace unos meses por cuestiones personales y filmé un video que anduvo dando vueltas: me paré en pleno corazón de Buenos Aires y hay bicisendas. Y acá las tienen tiradas en un galpón desde hace unos años.

Está bien que vayan a Buenos Aires, pero hay cosas que se pueden hacer desde acá. Tenemos una Universidad que tiene un plantel de profesionales que investiga muchísimas cosas. Se puede armar un plan vial con la UNICEN, es totalmente factible. Es cierto que allá tienen un plan del que se podrían copiar cosas, pero después de dieciséis años de gestión, los 400 kilómetros que nos separan con Capital se podrían haber recorrido antes.

Capital no tiene tantos accidentes como creemos, la mayoría son del conurbano. En una ciudad de 9 millones, son pocos, lo que significa que tienen una política de tránsito.

Ojalá 2020 o 2021 Tandil tenga una bicisenda que entre y salga de la ciudad, pero todo esto tiene que ir de una política vial educativa, no es fácil largar 400 bicicletas a la calle, para el peatón, el automovilista y el ciclista. EL mundo debe ir hacia la bici.

Pienso en Buzón y San Martín; Perón y Necochea, entre otras. Esquinas con semáforos donde hay choques. ¿Qué te genera? ¿Y qué pensás de la semaforización masiva?

Cuando hay un choque en un semáforo, uno de los dos no respetó las leyes, está claro. Somos animales de costumbre, esas esquinas, por ejemplo, tienen semáforos recién puestos pero no los respetamos. Pasó eso, chocaron porque no advirtieron las luces, también pasa en Constitución o 25 de mayo y Buzón.

En Chacabuco y España, donde nunca hubo semáforos, llevó años que la gente se acostumbre a que no se podía doblar, cuando colocaron el actual. 

Tiene que ver con eso, con falta de educación y con muchas otras cosas: ahora estaría bueno que nos acostumbremos también a cumplir las leyes.

Respecto a la semaforización, estoy a favor. Lo hemos analizado muchas veces, y me parece lo más acertado: es la manera más fácil de ordenar el tránsito sin presencia humana, que si está en la onda verde, que es maravilloso. Agiliza y profundiza, a lo mejor uno va medio rápido, pero es otro tema a analizar. En síntesis, me parece bárbaro y espero que acompañen con controles.

¿Cómo ves que vienen los controles?

El control siempre es efectivo, lo que a veces sucede es que a la gente no le gusta. Quiere que controlen a los demás, pero no a uno: nos quejamos que una moto anda sin casco mientras vamos hablando por teléfono. Los controles se han incrementado, uno los ve, aunque se piden más.

Me parece perfecto que haya alcoholemia y que ahora se haya sumado el detector de drogas.

Las sanciones también son efectivas, pero nosotros pregonamos que los infraccionados deban cumplir horas de educación vial, para que la multa no se transforme en un mero acto monetario. Faltaría una ecuación para que el infractor no vuelva a caer en lo mismo. 

Por último, ¿en qué está trabajando Tránsito entre Todos?

Seguimos trabajando, yendo a dar charlas a las escuelas. Siempre buscamos prevenir, sumar contenido a las redes sociales. Tenemos algo proyectado para noviembre sobre educación vial. 

Concientizamos, mucho más no podemos hacer, por tiempo y recursos.