NUESTROS CLUBES - SAN JOSÉ
02/09/2019
Jorge Solimanto hace casi 20 años que preside Deportivo San José. Nos contó la actualidad del club que al fin encontró su lugar.
En nuestra
recorrida por los clubes de nuestra ciudad, hoy nos toca pasar por Deportivo
San José.
Jorge Solimanto,
además de ser el presidente, es gran parte de la historia de Sanjo, estando
hace casi 20 años al frente de la institución. Llegó al club en el año 99, para
dirigir las divisiones menores. "Arranca
el año 2000, a los dos meses que estaba, los dirigentes me dicen que no pueden
seguir, se iban y me proponen seguir con el club", comenzó contando a El
Diario de Tandil.
En ese momento,
San José debía unos 10 mil dólares. "Hablamos
con José Solanilla, que nos dio una mano muy importante en ese momento,
vendimos a Hugo Quintas a Independiente por 2500 dólares, otro jugador a Grupo
en 1000. Hicimos otros eventos, llegamos a los 5000 y pagamos la mitad de la
deuda en la liga", repasa. Con eso lograron mantener al club activo.
Así, hace casi
dos décadas que está, como explica,
"siendo el presidente, lavando la ropa cuando terminan los partidos, dirigiendo
en algún momento todas las categorías".
"No es fácil mantener el club, el futbol no es
nada barato, no porque la liga cobre de más sino porque es caro. Alquilamos
cancha, se pagan los policías, los réferis; los únicos que no cobran en la
mayoría de los clubes son los que hacen el futbol. Es una pasión más que nada.
Ya ahora tenemos la escuelita armada con mi hijo. De ahí sacamos los chicos
para San José y la vamos peleando", nos cuenta.
Hoy, Sanjo tiene
casi todas las categorías jugando la liga, pero detalla que "algunos chicos se han ido disgregando por
los resultados, muchos no aguantan perder. Yo creo que hay que dejarlos, aunque
tratamos que se quede. El chico aprende jugando, si va a un club donde hay 30
jugadores y lo citan cada tres meses, es muy difícil que aprenda. Hay chicos
que lo entienden y otros que no. El que lo entiende, va a jugar toda la vida,
el que no deja de jugar al futbol al año".
Con respecto a la
situación actual de la institución, dice que "en la cabeza de los locos que estamos en esto, tenemos la idea de
agregar otros deportes, pero no se puede económicamente. Si tuviéramos los
apoyos necesarios, podríamos seguir avanzando".
"Hace seis años Lunghi nos dio un lugar para poder
hacer una cancha, la estamos armando. Es un lugar hermoso, frente al camping,
en Los Pioneros. Tuvimos algunos inconvenientes, nos robaron palos, bombas de
agua, cosas que nos generan muchos gastos", expresa Solimanto.
Sobre esto de
tener casa propia, agrega que "la
veníamos peleando, todos los años hacíamos la nota pidiendo un lugar. Estuvimos
en el Barrio Metalurgico, en Defensores del Cerro, en la Sociedad Española,
atrás de la Ruta 226 con Deportivo Tandil. Este lugar te identifica, te da un
arraigo, el chico ya sabe que ese es su lugar".
"La idea es
ir mejorando, armar la cancha como corresponde. Cuando arrancamos había un
desnivel de cuatro metros, llevamos una cantidad de camionadas de tierra
impresionante, gracias a una venta que se hizo de Eluchans a Francia, que había
sido jugador de San José. Ahora tenemos dos chicos jugando en Nacional B:
Luquitas Sánchez que está en Santamarina y Altamarinda en Quilmes. Habría que
ver de ahí para poder seguir pagando las deudas que tenemos en la liga. Es muy
difícil", repasa y añade
que "la idea es hacer los baños,
vestuarios, tener un quincho que los chicos festejen sus cumpleaños en el club.
Hay muchos padres y madres que están colaborando, hace que la familia se
acerque más. Yo lo viví cuando era jugador, uno lo ha captado, y lo quiere volcar
a los chicos que vienen. En este momento es más difícil".
Sobre estas
dificultades económicas, a las que no son ajenas ninguno de los clubes, suma
que "Hay que agradecerle a la gestión
del intendente Lunghi, que nos ha dado este lugar, pero también podría hacer un
poquito más por los clubes. Tuvimos una reunión hace dos meses, después del
robo de la bomba, estamos acomodando los papeles para organizarnos. Nos dieron
una mano muy grande. Si tuviéramos 20 mil pesos por mes, que no es nada, para
nosotros es un montón. Hablamos con todos los políticos, no tenemos banderías,
para manguear hay que hablar con todo el mundo, y demostramos que lo que nos
dan lo ponemos en el club. Un empujoncito más, sería bárbaro. Por ejemplo, que
alguien vea que nos falta el alambrado de la cancha y nos lo de, con eso
podríamos jugar con las menores y nos evitamos de pagar el alquiler de otra
cancha. Además, jugaríamos en nuestro lugar".
Por último,
cierra contándonos que significa un club para él, cuál es su función, y nos dice
que "lo que tratamos de inculcar, es que
queremos que los chicos se integren al club, que sea su lugar. Es un lugar de contención,
de sacarlos en esta difícil época de las drogas. El pibe puede estar contenido,
se habla con él, sea de futbol, de la vida, de sexo o lo que sea para que el
chico tenga una mayor información y no agarre por mal camino. Es difícil, pero
queremos que el club sea parte de su familia y el chico esté integrado".
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