POLICIA

Tras 37 años de servicio, se retiró el "Negro" Torre

03/08/2019

El Policía más conocido de nuestra ciudad le puso fin a su carrera dentro de la fuerza. CONOCÉ SU HISTORIA.

Fueron 37 años al servicio de la comunidad. Desde este sábado, descansará en su casa con la satisfacción del deber cumplido Juan Carlos "Negro" Torre, uno de los policías más conocidos de nuestra ciudad.

Siempre a pie y en contacto con la gente, se ganó el afecto de los tandilenses recorriendo las calles céntricas de nuestra ciudad. El propio intendente lo recibió y agradeció todos estos años: "Para los tandilenses es habitual ver al Negro recorrer las calles del centro, siempre dispuesto a dar una mano y cuidar a todos. Por todo eso hoy quisimos reconocer y agradecer su entrega", expresó el jefe comunal.

El Negro supo ser "Personaje de la ciudad" en nuestra edición impresa, la cual compartimos:

POLICÍA DE A PIE, POR MAURO CARLUCHO

La historia de los Torre está marcada por el ferrocarril. Trabajo que supo abrazar su padre y puso a la familia en constante movimiento.

José Lorenzo Torre fue un ferroviario hecho y derecho. Su amor por las vías lo llevaron de pueblo en pueblo corriendo detrás de los vagones. Pasó por Carmen de Patagones, San Antonio Oeste, Tres Arroyos y tantos pueblos más.

Eran las épocas doradas de Perón cuando el ferrocarril se transformó en el medio de transporte más extendido del país. En Saavedra, cuando transcurría el año 1955, llegaron los gemelos. Nacieron con apenas 4 minutos de diferencia y el parecido era notorio.

Eran dos gotas de agua, ni siquiera su madre lograba diferenciar a uno de otro. Esta situación era utilizada a menudo por los hermanos, quienes se aprovechaban de su espejo para divertirse a más no poder.

"Esas circunstancias nos pasaron toda la vida. Desde chicos. Mi mamá me lavaba la cara y cuando se daba vuelta para agarrar la toalla se descuidaba y le secaba la cara al otro. A veces ponían en penitencia a uno de los dos y nos cambiábamos la ropa para salir un rato cada uno. Tengo mil historias con mi hermano, todas sanas divertidas", comenta Juan Carlos.

Cuando lo contactamos para hacer la entrevista no dudo un instante. "Ya saben dónde encontrarme", dijo. Desde hace 23 años recorre el centro de a pie todos los días. El punto de encuentro fue en la galería de 9 de Julio y San Martín. Su campo de acción.

 "De chico vivimos en Tres arroyos y a los 13 años nos vinimos a Tandil. Era algo constante con el trabajo de mi padre. Nos mudamos a la calle Vicente López, en la Republica de Villa Italia, tengo muy lindos recuerdos", comenta.

 En la familia había cierta historia con las fuerzas de seguridad, su abuelo materno había sido guardia cárcel y un hermano mayor estaba en la Prefectura Naval. No sorprendió a nadie cuando los gemelos quisieron entrar a la escuela de policía.

Primero fue su hermano, pero menos de un año después le tocó a Juan Carlos. Hasta en eso eran iguales. "Creo que llevamos algo de esto en la sangre. Mi padre no estaba muy convencido, pero respeto nuestra elección y nos aconsejó que hagamos bien las cosas. Que la gente no nos señale con el dedo", sostuvo.

Para que no los confundan en esa primera etapa como policías, un superior ordenó que uno trabaje de civil y otro uniformado. De esa manera iban a saber quién era quien. Juan Carlos estuvo un tiempo en la Comisaría Segunda y luego fue derivado a Azul y a Olavarría. Su hermano estuvo un tiempo más y pidió el pase a Tres Arroyos donde había pasado su infancia.

"Ahí me quedé solo", dice. Eso representó separarse de su hermano. Por primera vez tomaban un camino distinto, pero luego el tiempo volvería a unir sus destinos aunque no compartieran la misma ciudad.

 "Después de volver a Tandil, en el año 1993, me envían a la Comisaría Primera".  Ese fue su primer acercamiento a trabajar en el centro. "Al principio estaba fijo en Sarmiento y Rodríguez, como apoyo bancario, pero de a poco empecé a caminar?", vaya que caminó. Ya son 23 años de patearla y patearla por las pintorescas veredas del centro.

"Hoy te puedo decir que es lo que más me gusta. Caminar el centro, recorrer las calles, estar en contacto con la gente. Además siento que el trabajo es muy bien recibido, me agradecen la presencia y el servicio", afirma. Esto que va contando se demuestra a cada instante. La gente lo saluda a cada rato. Pasan y le dan una palmada, la mano. Se siente reconocido, querido.

Salir a patrullar de a pie fue una idea suya, que salió de la nada. Pero luego se hizo constante. Incluso los comerciantes pidieron que le acomoden los horarios al típico de comercio. Fue y es un caso paradigmático en las fuerzas de seguridad. "Ellos se acostumbraron a mi presencia y yo me acostumbre a esta forma de trabajo. Para mí es como una religión. Visitó los negocios, les entrego mi tarjeta. Esa forma próxima de relacionarme ayudó en muchos procedimientos, porque me llamaban y estaba enseguida".

El ponderado modelo de la Policía Local es lo que hace Torre hace más de dos décadas.  Sobre estos, asegura que "me gusta como hacen su trabajo. Yo cuando puedo los aconsejo. Porque no alcanza con caminar la calle, hay que estar atento, mirar adentro de los negocios, intervenir para prevenir cualquier incidente. Son muchas cosas a tener en cuenta".

Su tarea le valió muchos reconocimientos. No solo de la misma fuerza, sino que la Cámara Empresaria le ha rendido homenaje por su encomiable labor.

"Lo gracioso es que mi hermano hizo el mismo trabajo en Tres Arroyos. Al igual que yo se bajó del móvil y empezó a patrullar de a pie. Hasta en eso somos iguales", dijo mientras soltaba una carcajada.

El próximo 10 de agosto cumplirá 35 años en la fuerza. Un número muy significativo. Cuando cumplió las tres décadas de servicio entró en el Libro Guinness de los Record al patrullar el centro por 24 horas de corrido. La marca le duró apenas unos meses, porque otro Torre (igualito a él) llegó a las 25 horas en Tres Arroyos. "Lo bueno es que el record quedó en la familia, pero también es cierto que me gustaría tenerlo yo. Ojo que antes de retirarme todavía lo puedo recuperar", mencionó el "negro".

El próximo retiro lo tiene a mal traer. Hace cuatro meses le llegó la baja a su hermano y su desenlace es inminente. "Tengo miedo a que llegue ese día. Hay noches que me despierto pensando que puede ser el último día que trabaje de policía. Quiero mucho esta profesión. Por eso me molesta mucho que hablen mal de la policía. Es una profesión como todas. Hay gente buena o mala. Yo le prometí a mi viejo que iba a dignificar el trabajo y creo que lo hice".

Torre echó en raíces en Tandil. Tuvo tres hijos, que le dieron nueve nietos (hasta el momento). De grande le agarró por el running y cada tanto lo vemos en alguna carrera urbana. "Un día me desafiaron a que no llegaba en La Tandilia y me anoté a correrla. Mi señora es profesora de gimnasia y me apoya en todo lo que hago. Todavía tengo  el vicio del cigarro que no ayuda, pero me veo corriendo muchos años más. No quiero parar", dijo.

Así como lo vemos en la calle es en persona. Alegre. Simpático. Es feliz con lo que hace y con lo que supo conseguir en la vida. A mí no me parece poco...

Envia tu comentario

Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento sera eliminado e inhabilitado para volver a comentar. Enviar un comentario implica la aceptacion del Reglamento


2008 - 2024 © www.eldiariodetandil.com | Todos los derechos reservados