PERSONAJE DE LA CIUDAD: AGUSTINA BARROSO
03/07/2019
En el último tiempo estuvo en boca de todos. Fue una de las figuras de la Selección Argentina de Futbol que disputó el Mundial de Francia y su cara apareció en todas las pantallas. Agustina Barroso Basualdo pasó de ser la nena que jugaba a la pelota con los chicos a una deportista de nivel mundial, sin perder su esencia. Manteniendo esa constancia y ese respeto por el deporte que solo tienen los grandes.
por
Mauro Carlucho
Agustina Barroso Basualdo no conoce de límites. Hace unos
días escribió en Facebook: "De chiquita
me gustaba soñar, pero jamás me imaginé vivir todo lo que estoy viviendo", hablaba
de jugar un mundial, de ser el ejemplo para muchísimas mujeres que hoy se
animan a ir más allá, de hacer emocionar a un país entero con sus lágrimas en
el himno.
Pero vayamos al principio de historia. Agus nació en una
típica familia media tandilense. Hija de docentes y sobre todo de deportistas.
Apasionados por el futbol, pero sobre todo por el básquet.
En la casa de los Barroso Basualdo el deporte es religión y
Agustina adquirió esas bases sólidas que proyectan una gran carrera. El amor
por el deporte, la vida sana, el respeto por los hábitos de entrenamientos, los
horarios, las responsabilidades. Esos valores no son menores y nuestro
Personaje de la Semana los incorporó a muy temprana edad.
Todavía estaba en el jardín cuando empezó en la Escuelita de
Fútbol. El Memo Depietri fue uno de sus primeros formadores en la escuelita de
la Unicen, donde compartían cancha nenes y nenas al mismo tiempo, sin
distinción alguna.
Rápidamente, Barroso Basualdo comenzó a vivir lo que es el
futbol infantil de nuestro país. Lo bueno y lo malo. La felicidad de practicar
un deporte maravilloso y la desmesura que lo rodea de a ratos. Las miradas de
reojo por ser una niña entre varones. Pre conceptos que hoy siguen vigentes,
pero cada vez con menos adeptos.
Por otro lado también estaba el básquet. El deporte de su
hermano, de su padre. Incluso llegó a dejar el fútbol por un tiempo y probó
suerte en el club Quilmes de Mar del Plata. Desde muy chica, todo lo que hizo,
lo encaró a full. Sin medias tintas. Brindándose por completo.
Vivía en Tandil, entrenaba con los varones del club
Independiente y viajaba los fines de semana para jugar de base en Mar del Plata.
Hoy siente un gran cariño por la entidad de Avellaneda, poco antes del Mundial
le hicieron un homenaje en las instalaciones del polideportivo y ella agradeció
a corazón abierto: "Sí hay algo que
nunca me voy a olvidar es de donde vengo, quienes estuvieron, están y van a
seguir estando! Gracias Club Independiente Tandil por abrirme las puertas
siempre".
Cuando se dice que los deportistas dejan mucho de lado por
cumplir sus sueños. Este es un fiel reflejo. Agus sabe de sacrificios.
Por supuesto que todo era a pulmón. Como el 95% de los
deportistas en este país. Agustina se veía ligada al deporte pero no sabía cómo
seguir esta historia. Que paso dar.
Las dudas se aclararon luego de los Torneos Juveniles
Bonaerenses. Agustina participó en fútbol y tras ese certamen recibió un
llamado del director técnico de la selección juvenil Argentina.
Cuando llegó a Buenos Aires el nivel era otro. Los
entrenadores le aconsejaron que retrase su posición en el campo y pase de jugar
en el medio a refugiarse en la zaga central. Acá en Tandil era la 10, la
figura. Pero para jugar en la selección valía el esfuerzo.
Este cambio le aportó más a su juego. La complementó. A su
buena ductilidad con la pelota le agregó marca y corte.
Los clubes de la gran ciudad comenzaron a ver con buenos
ojos a esta tandilense que viajaba con el bolsito lleno de sueños a las
concentraciones nacionales. Así le llegó la propuesta de sumarse a la UAI
Urquiza. Para los que no están al tanto del futbol femenino, hablamos de uno de
los clubes más importantes del futbol argentino entre las mujeres.
Todavía estaba en la escuela secundaria pero se animó al
desafío. Era seguir avanzando y creciendo como deportista. Sus padres le exigieron
que termine los estudios como condición sine qua non.
Estuvo seis temporadas completas en la UAI Urquiza, al
tiempo que levantaba copas y viajaba de concentración en concentración, empezó
a estudiar kinesiología. Siempre la misma constante. A full. Dejando todo. Al
100% como se dice en el deporte.
Del futbol grande de argentina se fue a Brasil. Pasó por
varios clubes, incluyendo al popular Corinthians y un efímero paso por
Inglaterra, ganó la Copa Libertadores y llegó al punto máximo del futbol
continental. Era el momento de volver a Europa.
El año 2018 la encontró en franco ascenso en su carrera. Era
titular indiscutida en la selección que clasificó al Mundial a través del
repechaje. Firmó contrato con un club de Madrid y comenzaron a llegar sponsors
importantes como Nike que le dieron un nuevo empuje a su carrera. Agustina Barroso
Basualdo ya era un nombre importante en el firmamento del futbol femenino.
Solo basta seguirla en las redes sociales para ver las emociones
que despierta en miles de admiradores por todo el mundo. Vale decir que Agus es
protagonista de un momento único en el futbol femenino. Este Mundial fue record
de audiencias en todo el mundo, en nuestro país se logró una incipiente
profesionalización que lentamente mejorará las condiciones de todas las
deportistas. Su cara está en los diarios, youtube, ESPN. Todos medios masivos y
planetarios.
Su camino sigue en ascenso. El Mundial de Francia
seguramente será un antes y un después en su carrera. Ahora quiere volver a
España y seguir en la elite del futbol (todavía no está confirmado en que
equipo).
Para ello no duda en tomar entrenamientos por fuera de los
regulares de su equipo. Quiere mejorar como persona y como deportista. Es una
competidora nata. En mayúsculas. Cuida su físico. Tiene claro que cada detalle
la mejora y la lleva un paso más allá. Recién tiene 26 años y está lejos de su
techo.
Pensando en las miles de chicas que no se animaban a jugar a
la pelota "porque era un deporte de hombres", Agus se siente muy contenta que
se sigan abriendo escuelas de futbol para niñas. Sabe la importancia de la
formación a esa edad y ayuda a derribar prejuicios.
En aquella visita al Club Independiente, le dijo a nuestro
diario que "Es un orgullo y una
alegría que las chicas la tomen de ejemplo. A mi me hubiese gustado cuando era
chica poder tener una referente. Poder darles esta posibilidad a las nenitas,
es un placer". Pero antes que pensar en dedicarse de lleno al futbol, las niñas
deben divertirse: "Yo les aconsejo que antes que nada, hay que disfrutar de lo que uno hace. El futbol, está creciendo,
las posibilidades van a venir. Pero cuando uno es chico tiene que disfrutar y
ser feliz con lo que está haciendo". Ese es el secreto. Disfrutar lo que
hacemos y dedicarnos al máximo. Nuestro esfuerzo nos dará el límite de nuestros
sueños.
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