CULTURA - EDICIÓN PAPEL

La Vía: 15 años con sentido de pertenencia

11/05/2019

El Centro Social y Cultural La Vía cumple 15 años de trabajo constante, brindando un ámbito de participación y pertenencia a muchos tandilenses. Hoy, cuesta seguir por la crisis: "En la situación que estamos, el mes que viene no podemos funcionar si no llega el subsidio".

por
Brando Bruni

El Centro Social y Cultural La Vía, en los 15 años de existencia que está cumpliendo este mes, logró consolidarse como un punto de referencia para muchos vecinos del Barrio La Estación y otros puntos de nuestra ciudad. Ya sea con la murga, los talleres gratuitos, los espectáculos y cualquier otra actividad, muchos tandilenses se fueron siendo parte del lugar.

Hoy, como le pasa a muchas  organizaciones similares, está pasando por un momento difícil, pero a pesar de todo, no paran de trabajar y ofrecer contención.

Jorge Tripiana, Diana Jelusic y Eugenia Savino, charlaron con El Diario de Tandil sobre lo que pasa en los ex galpones del Ferrocarril, de Del Valle 955, y los problemas que están atravesando.

Diana recordó que el comienzo del proyecto, contando que "fue vinculado a un contexto económico y político que vivía el país en ese momento, después de la crisis del 2001. Con un grupo de compañeros surgió la idea de poder hacer algo productivo para contener a la gente y sentirnos contenidos también nosotros. Se sufría el tema de la falta de laburo, de no poder resolver la comida diaria, y queríamos hacer algo".

"En toda la zona de la Estación se sentía mucho la situación de crisis. Empezamos a recorrer a ver dónde podíamos estar, quien nos prestaba un lugar. Comenzamos a funcionar en 2004, cuando nos prestó el local la Liga Agraria de Futbol, donde estuvimos más de un año. Antes, ya habíamos identificado esta zona, del Museo Ferroviario. Estaba completamente abandonado, comenzamos a refaccionarlo mientras funcionamos en el otro lugar. Eran galpones, con fosas, amontonamiento de fierros, tuvimos que hacer muchas cosas. Pero lo más importante tiene que ver con el trabajo con la población. Lentamente fuimos consolidando distinto tipo de actividades, con vínculos con el Municipio, otros con Provincia o Nación", fue explicando Jorge.

Comentan que "es un ámbito de participación. Todos los espacios se van construyendo con la gente que llega. Hay espacios que son históricos, como el taller de cocina, que está desde el principio. Si fuera por la demanda, tendríamos que tener más", dice, mientras a metros funciona el taller de autoproducción de alimentos, donde lo que se produce allí, cada uno se lo lleva. "Tenemos gente en lista de espera, hay actividades como esta que son gratuitas, los insumos se consiguen por convenios que tenemos con el municipio en esa parte, pero ahora no alcanza".

Y esta es una de las tantas cosas que pasan allí. Hay talleres de teatro, arte, cerámica, Tai chi, kung fu, gimnasia holística, folklore, apoyo escolar, casi todos ellos gratuitos y para todas las distintas edades. "Todas son actividades que van por el lado de pensar lo cultural con determinados objetivos y valores", señalan, y añaden que "nosotros queremos esto para todos, las actividades tienen que tener un nivel de calidad. Surgimos en una crisis donde todos fuimos afectados, en lo económico y lo emocional. Lamentablemente ahora aparecen rasgos parecidos".

Tripiana indica que "usamos mucho el término "pertenencia". Todos la sienten porque participan de distintas actividades, siempre estamos ofreciendo cosas que tienen una significación para sus vidas. En muchos casos, son las únicas actividades de las cuales participan. Por ejemplo, si no vienen a ver una obra de teatro acá, no la ven en ningún lado".

Destacan también las actividades de apoyo escolar como "muy importantes. El año pasado que fue de muchos conflictos con las escuelas, tuvimos que parar varias veces para acompañar los reclamos, eso se siente de una manera infernal".

El laburo que se ha hecho fue mucho, pero cuesta seguir llevándolo a cabo en medio de la crisis. Entre todos afirman que "Es un trabajo desde abajo, con mucha densidad, que tiene momentos críticos como el de ahora. Estamos en una situación de sobredemanda de todos los espacios. Las cuestiones materiales que tienen que ver con alimentación, vestimenta y vivienda, aparecen demandas que, por más que hacemos lo posible, se nos escapan. Notamos que hay cosas que están apareciendo, que hace años atrás no pasaban".

Van explicando que bancan los talleres con un subsidio que reciben desde hace unos años desde el gobierno provincial, pero en la actualidad "no está llegando. Hace cuatro meses que no llega, hace dos meses que estamos llamando, siempre nos dicen que en la semana sale, pero todavía no está. En la situación que estamos, el mes que viene no podemos funcionar si no llega el subsidio". Además, vale remarcar que el monto no se actualizó en los últimos tres años. "Si esta es la tendencia, los equipos se van a desarmar, las actividades no se van a poder sostener, o la calidad de lo que se ofrece caerá", lamentan.

"La Vía funciona porque hay mucho trabajo voluntario y solidario. La gente que está a cargo de algunos espacios es parte de la organización. Hay algunas retribuciones económicas que son casi simbólicas, no son salarios", aclaran.

La problemática se agrava con otros gastos, como los servicios que fueron golpeando con los tarifazos. "Eso ya es una carga inmensa, es un costo que se nos va de las manos", dice Diana.

Mientras tanto, van sumando con algunas actividades propias, como baratillos: "Además de resolver el problema a la gente que viene a comprar ropa, con lo que juntamos compramos arcilla para el taller de cerámica, por ejemplo". Aprovecharon para contar que baratillos habrá desde el lunes 13 al miércoles 15, de 16 a 20 horas, donde se podrán conseguir bolsones de 20 prendas por $200.

También aprovechan los espectáculos que se van poniendo en escena durante los fines de semana, ya sea teatrales o musicales, donde muchas veces además de llevarse su parte los artistas, ellos arman una cantina para seguir sumando. Además, es uno de los pocos espacios culturales que ofrece propuestas artísticas fuera del centro. Por ejemplo, este domingo 12, a las 20 horas, estará presentándose Impromondo, con sus juegos de improvisación. La entrada es un artículo de librería.

Por otro lado, abren las puertas a quien quiera ayudar, porque como dicen: "Lo único que sobra son oportunidades para ayudar".

"Está la posibilidad de contribuir económicamente con bonos, con trabajo, con donaciones, por ejemplo de útiles para los pibes que vienen a apoyo escolar o elementos de cocina. Todo lo que tenemos, lo juntamos con la contribución de todos", van detallando. Para esto, cualquiera puede acercarse a Del Valle 955 o comunicarse al teléfono 0249-4426442.

"El trabajo no es solamente brindar actividades, sino también de vínculos con la gente que llega. Palpamos así los padecimientos de las familias en este momento, de alguna forma también somos voz de los problemas que sufren quienes son parte de este Centro. Cuando pedimos en el Municipio que se garantice el funcionamiento, tiene que ver con la contención de todas esas personas. El hecho de tener un espacio donde compartir, pensar con otros, se hace super necesario. El Estado no puede desentenderse", van afirmando entre los tres.

 

LA MURGA DEL DRAGÓN

Más allá de las paredes del Centro, La Vía se ve representada en las calles por La Murga del Dragón, uno de los primeros proyectos. "La idea fue un contra carnaval, a la propuesta en ese tiempo de un intendente recién asumido, que propuso un carnaval con entrada paga en el Parque. Algunas organizaciones, con Flor de Murga como una de las propulsoras, nos empezamos a reunión para decir que el carnaval tenía que ser abierto, popular y gratuito. Por eso se llama Carnaval de Mi Tandil", recuerdan.

Eugenia añade que "la participación de la Murga del Dragón viene de esa época. La gente se moviliza más a fin de año y ensayamos durante enero y febrero. Después, en marzo se va cortando, hay muchos chicos que empiezan la escuela y es difícil mantenerlo. Este año estamos tratando de tener un taller de murga permanente, porque surgió la inquietud de la propia gente que viene".

"Es una actividad muy genuina y muy auténticamente popular", resumen.

"La permanencia del carnaval y la posibilidad del subsidio municipal, ha permitido que sigan un conjunto de murgas. Y ahora está el fenómeno de los carnavales barriales", dicen, y comentan que quieren participar del de Villa Gaucho este domingo, pero andan necesitando el transporte para los murgueros.

"Es todo un trabajo de integración de todos los pibes. Son de distintas edades, de distintos lugares, mucha gente viene específicamente a la murga todos los veranos. La gente se apropia de esa identidad. El tema que representamos en el escenario se construye de forma colectiva. Uno se siente parte", aseguran.

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