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LADO B: JOSE LUIS MONTEJO - MUNDO MÁGICO

30/04/2019

"Empecé como un juego haciendo mi dormitorio arriba del taller, y le fueron naciendo gajitos como a una plantita... todo CONTRUCCION EN SECO, seco de plata y de materiales sin albañil, todo muy creativo. Me divierte que un manubrio funcione para prender algunas luces o un embrague para que funcione el extractor de la parrilla. Es un nido para los amigos, las risas, la música, los recuerdos... un lugar para ver películas, celebrar cualquier cosa o contarnos cuitas café de por medio"

             "Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia". 

Arthur C. Clarke


Su vida entre motos, carreras, campeonatos y trofeos es la parte que conocemos. A los 12 años -con carita y cuerpo de niño- ya olía a triunfo, desde 1983 a 2003 siguió corriendo, ganando y peleando la punta a pibes 20 años mayores cuando era jovencito y 20 años menores cuando llegó a los 50, hasta 2016 que corrió la última carrera porque sí, porque le dio la gana. Pero hay otro lado de JOSÉ LUIS MONTEJO (55), aunque sigue armando motos y sea servicio técnico oficial de varias marcas argentinas, es algo más: difícil de etiquetar, balanceándose entre la ingeniería mecánica, la arquitectura, la memoria de historiador y el diseño de avanzada. JLM logró crear con sus manos, un MUNDO MÁGICO... casi secreto, maravilloso y sorprendente.

 

La casa familiar sigue allí en 9 de Julio al 1100, la gomería adelante, sigue la casa y luego el taller de motos. Sobre ese taller donde arma las motos, José decidió edificar su refugio. Es construcción en seco, como dice "porque no hay albañilería, solo uso elementos recuperados, no gasto plata -que no tengo- y uso la creatividad para reciclar desde las maderas de los embalajes en que llegan las motos de fábrica, hasta las cosas que me traen algunos amigos. Todo en seco, seco de bolsillo y seco de materiales... empalmo las maderas para formar vigas con ensambles múltiples desplazados, ¿qué tal? Por eso es CONSTRUCCIÓN EN SECO".

COMO UNA ISLA MÁGICA

Primero fue su cuarto equipado para el karaoke, con una escalerita tortuosa y un enorme TV con micrófono. Los parlantes aturdían, pero había heladera, almohadones, cerveza, café... hasta mojitos a pedido. Llegamos a ser 14 desparramados cantando canciones de los Beatles con el liderazgo de Darío Gorosito. Así las cosas, en 2013 nació el chulengo para una parrillada con la sofisticación de un GAZEBO. En el patio del fondo de los Montejo, siempre hubo verde, pero José decidió que debía ser "selvático", y pensó como seguiríamos en el invierno. Renovó toda la cocina familiar y nacieron las míticas pizzas; una época de cantar a los gritos desde Sabina a un clásico como «Unchained Melody». También seguir el fiel ritual de Perla interpretando "garganta con arena" y María Laura entonando en inglés todo eso que está bien cantar. El "Sheriff" era el barman que pedía más espacio. Llegó la piscina, las luces, la ducha de colores que lanzaba agua, la fuente, las plantas colgantes. Se ordenaron las gomas de la entrada y apareció una mesa larga con bancos. A veces muchos, otras  menos, pero risas y música siempre. Un día cualquiera y saliendo de la nada, emergió una terraza con pilares y techo de madera, que generó abajo un lugar con dos caloventores -como en las confiterías cuando se prohibió fumar adentro- ese invierno requirió cerramiento de plásticos enrollable, llegaron sillones, heladera, mesas y empezó fuerte la colección de todo lo que fuera posible anidar. Arriba, la terraza resultaba inútil, hasta que una primavera la incitó a desperezar ventanales, paredes de madera, puertas y el rincón de bar, con las maquetas y los antiguos carteles, las latas de todo tipo, los relojes icónicos.

Un TV más grande, un sonido mejorado, más micrófonos. Ya el karaoke estaba profesionalizando su espacio.

Con el leve paso del tiempo, José armó todo solo, ensamblando las maderas de manera múltiple y desplazada para darle resistencia. Cajones ocultos con lo que hiciera falta, otra heladera, otra cafetera expresso. No era una confitería, era más que todo lo imaginado.
JLM aclara: "ya sabes que acá no viene cualquiera, solo mis amigos, esos que quiero...de la época del chulengo hasta acá, pasaron muchas cosas. Creo que el sentido es COMPARTIR, REIR, NO CONTAR PENAS (aunque todos las tengamos) y solo con los que no necesitan explicaciones y vibran en esa fibra sincera. Del resto nada me importa"

Me asalta el recuerdo de Isla Negra, esa casa que Neruda concibió para sus amigos cerca de Valparaíso y al borde del Pacífico,un sorprendente museo de insólito recorrido. Busco su CONFIESO QUE HE VIVIDO, para recuperar sus palabras -mejores que las mías- cuando describe la casa del explorador: "El viejo explorador se desplazaba con sigilo por entre los trofeos. Sala tras sala me dio las explicaciones, entre perentorias e irónicas, de quien vivió mucho y continúa viviendo al rescoldo de sus imágenes. Me mostró los pistolones con los cuales persiguió al enemigo, contaba sus aventuras sin alterar el tono de su murmullo. Era como si el sol entrase, a pesar de la noche dejando un solo pequeño rayo, una pequeña mariposa viva que revoloteara entre los ídolos"

Así se siente el refugio de JLM.

Nadie sabe donde nació el mote de "PINGÜI", como tampoco es seguro el grupo de amigos que fluyen y confluyen al refugio "No es rígido, porque a nuestra edad seguimos avanzando aun estando de vuelta. La VIRTUD de la experiencia se parece mucho a la SABIDURÍA, y a esta edad a los amigos no se les falla. Aquí nos juntamos los moteros de TANDIL CITY, campeones de todo el país...fíjate que yo soy el más joven y algunos de ellos pisan ya los 70 años, me llaman MONTEJITO. Son mis ídolos, acá ocurre algo muy loco...es como rebobinar la vida"

 

En contraste no hay un solo trofeo ni foto de JLM en sus épocas de campeón, eso queda en el living de la casa familiar, aquí hay otras cosas. No es un culto a su trayectoria, es algo más profundo y ecléctico. Desde un estante resalta el cartelito LIBRE de taxi original, podría ser el de Rolando Rivas o el de las "banderitas en cada mano" de Piazzola, porque indica que este es el lugar de la libertad construido para los buenos momentos. Eso: VIVIR Y REVIVIR.


Este refugio temático, esta "isla del fondo" piensa seguir creciendo; ahora vendrá el baño para no tener que entrar al hogar de la familia. Será lúdico, atendiendo a las personas y personajes de esta cueva fantástica, unos que vienen otros que van: "un proyecto se puede tener a cualquier edad, y no es cuestión de plata, es cuestión de trabajo, horas dedicadas, ideas para crear. Muchos amigos que traen cosas por si sirven para algo me invitan a CREAR Y RECREAR, yo nunca me cuestioné lo que estaba haciendo, si coleccionaba, si resultaba recargado o difícil de mantener...solo lo hice. Así como tomé cada curva del modo que se hacerlo, cuidadosa y responsablemente, pero al máximo... con el genio alerta. Así hice esto, que tampoco sé cómo seguirá"

 

En este refugio la calma sorprende, el verde con el ruido del agua y los gatos sigilosos contraponen la imagen de 30 o 40 amigos cantando y celebrando. Pero JLM es un anfitrión cuidadoso, interpreta y agasaja. El café es completo, un buen espresso con chocolates y un Ferrero Rocher en la bandeja, las tazas inglesas. O se entrega totalmente o como asegura: "hay veces que mando al carajo sin más vueltas, sí, eso también ocurre cuando corresponde".


En 2016 el zarpazo de un diagnóstico maligno lo recargó de energía para dar batalla, esa lucha junto a un grupo de profesionales geniales, presentes y asistentes no podía resultar en otra cosa que una cura total. Fue posible.

 

Ese grupo también se junta en el refugio para celebrar la vida.

 

De esos golpes JLM hizo una cultura resiliente, se reinventó, reinterpretó la vida y se permitió algo que agradece: "me liberé de trabas y pude dejar salir más fácil mi sensibilidad... ¿y sabes qué? A veces es contagioso, no siempre...pero por acá ha pasado gente dura que busca el modo casual de una charla y se confiesa, y resulta que también lo está pasando mal. Ojalá la felicidad fuera contagiosa como la risa, pero eso solo ocurre con la buena gente. Esa gente que aprende a vivir bien, a vibrar bien, en sintonía y sin desafinar se suma a la orquesta de los que tratamos de buscar como la canción de Miguel Ríos, que cantaron Serrat, Víctor Manuel, Ana Belén: Escucha, hermano, la canción de la alegría y el canto alegre del que espera un nuevo día. Ven, canta, sueña cantando, vive soñando el nuevo sol" (*)

 

Qué suerte tengo JLM: estoy en esa lista mágica.

 

(*) En 1996 Ana Belén, Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos y Víctor Manuel salieron a la carretera y completaron una gira mítica bajo el título "El Gusto Es Nuestro" Fueron 33 conciertos por toda España con medio millón de espectadores. 


Facebook: José Luis Montejo



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