La gente que comanda Walter Villarruel está convencida que "llevamos todo el peso de los trabajos que hacemos de manera conjunta; mientras nosotros paramos autos y recibimos los reclamos, ellos están bajo los árboles y debemos pedirle por favor que intervengan".

Cuentan que estos temas ya se lo han planteado al responsable de la Secretaría de Prevención Ciudadana y que siempre reciben cómo respuesta que "lo vamos a analizar", pero nunca recibieron una respuesta afirmativa a sus reclamos.

Con lo relacionado a las picadas también se escucharon reclamos, especialmente por "la inacción" ante los motociclistas. "Ellos creen que es una infracción de tránsito y no tienen que actuar y nosotros estamos convencidos que se trata de un desorden en la vía pública y la Policía debe intervenir".

Cuando se comenta el descontento, hay muchos que coinciden en que "la Local (Policía) perdió muchísimo con la salida de Mariano Giménez, porque la continuidad del actual Jefe pende de un hilo y eso el personal lo sabe. Ante esa falta de conducción, hacen lo que quieren".

También están los que aducen que "los vigilantes de la Local están cansados porque no pueden hacer nada; no les permiten perseguir a las motos y si intentan hacerlo, peligran que  les rompan el móvil porque les arrojan piedras".

Situaciones tensas, relaciones para nada armoniosas y todos metidos en un laberinto que pareciera que no le encuentran la salida.