14 de enero de 2019
Soy Victoria, tengo 34 años, trabajo formalmente hace 13.
Alquilo hace 10. Tengo esperanzas de tener mi techo propio hace 4. Nunca me voy
a olvidar los nervios que tenía ese sábado de abril de 2015, en el que se
realizó el sorteo de viviendas del barrio Pro.Cre.Ar en las instalaciones de la
Uni. Me tocó trabajar, no pude estar presente y lo seguí online. Me imagine
tantas veces la felicidad que podía llegar a sentir si salía mi bolilla... Ese día
no tuve fortuna, pero vi en muchas caras, esa sensación que yo quería tener...
Quede como suplente. No todo estaba perdido. Fue pasando el tiempo, no tuve
suerte de recibir el llamado que me indicara que seguía en orden para acceder a
mi casita. Pero si fueron llegando noticias de los cambios que iba sufriendo el
programa. Cada vez se alejaba más de la idea original, que pretendía acercar a
la clase laburante la posibilidad certera de tener su casa. Los valores de las
unidades aumentaron abruptamente (aun ya finalizadas), por ende los requisitos
para acceder a ellas también. El registro de suplentes también cambió, de forma
muy poco clara y transparente, pasó a haber un listado único, que nunca se
explicó cómo llego a formarse. Quedando aún muchas unidades disponibles, se logró
un sorteo exclusivo para quienes estábamos como suplentes. Las condiciones
habían cambiado tanto, que para poder anotarse en el modelo más pequeño de dos
dormitorios, había que tener ingresos de $30000. ¿Es ese un monto accesible
para quien no puede tener opción a otro tipo de vivienda? Quizás juntando dos
sueldos, una familia lo podía lograr o acercarse al menos. Ahora bien, una
persona soltera, como es mi caso, ¿tiene menos derecho a acceder a una
vivienda? ¿Cuántos son los que en julio de 2018 podían tener un ingreso neto de
ese valor? ¿Por qué actualmente pago entre alquiler, expensas y cochera, casi
$10000, pero una cuota para tener MI casa no puede superar el 25% de mi
percepción mensual? (siendo que uno por su techo, lógicamente haría un esfuerzo
mucho mayor que lo que "desperdicia" en alquiler).
Mientras tanto, y viendo que se iban esfumando mis chances
en el desarrollo urbanístico, en septiembre de 2017, se larga la novedad de
Pro.Cre.Ar ahorro joven, pensado para personas de entre 18 y 35 años, que no
tuvieran un ahorro previo y quisieran acceder a la compra de su casa. Y ahí fue
Vicky de nuevo. Con pocas expectativas de ser beneficiaria, a decir verdad, ya
que el proceso de elección de las 40000 personas que inicialmente iban a poder
participar, era mediante sumatoria de puntos según "necesidad" (todas mis
respuestas que sumaban chances eran "no", a excepción de haberme anotado
anteriormente en otra línea de crédito y no haber llegado a ser
beneficiaria). Y la sorpresa llego los
primeros días de enero del 2018, con un mail que arrancaba diciendo
"Felicitaciones!". Qué emoción tan grande sentí! Fue una revolución también
para mis seres queridos, porque sabían cuanto lo deseaba. Fue un año de mucho,
muchísimo esfuerzo, ahorrando mes a mes hasta el último centavo, para poder
cumplir con los plazos fijos que exige el programa y llegar al máximo de
subsidio del estado para sumar al crédito bancario. Y fue un año difícil, con
muchos cambios en el área económica, y otra vez la esperanza se empezó a
esfumar. En noviembre informaron algunas diferencias, "mejoras" en las
condiciones, pero que no alcanzaron para palear la diferencia de la situación
en el momento de la creación del mismo, en comparación con la actual. No solo
eso, si no que llegó el momento en el que muchos fuimos terminando de depositar
los 12 plazos fijos, y con toda la ansiedad que juntamos en un año, empezamos a
dirigirnos a los distintos bancos participantes. Y para variar... desinformación
total, falta de compromiso en algunos, destrato en otros. ¿Por qué le cuesta
tanto al Estado ser organizado? Si ya se sabían los plazos, es tan difícil
tener todo emprendido para que la gente que tiene todo en regla pueda arrancar
con el proceso de aprobación del crédito, búsqueda de vivienda y burocracia? No
solo eso, sino que en muchas de las entidades ni siquiera tienen la herramienta
para realizar una simulación aproximada del monto que cada beneficiario puede
llegar a acceder. ¿Es necesario que
recién el 10 de enero se hayan reunido Estado y Bancos para redefinir tasas y
condiciones? ¿Que la respuesta sea que "en las próximas semanas" se informara
lo que ofrece cada entidad financiera? ¿y que recién se puedan comenzar los
trámites el 31/03, teniendo en cuenta la situación endeble de nuestra economía?
Es momento que paren de jugar con la esperanza de la gente.
El desarrollo urbanístico Pro.Cre.Ar de Tandil, está terminado hace más de un
año. Hay casi 100 unidades sin adjudicar. Un montón de personas esperando tener
una oportunidad, y despertándose cada día temiendo por el destino de esas
propiedades. Aparecen con vidrios rotos, con señas de vandalismo, están
cerradas proliferando humedad, entre tantas otras cosas. Pero claro, no hay
déficit habitacional como para definir más rápido la forma de hacerlas llegar
al pueblo... Y el programa Pro.Cre.Ar ahorro joven tuvo más de un año para
definir funcionamiento y buscar la forma de que el subsidio y las tasas de
interés permitan llegar a algo más de un monoambiente, que se estará pagando
por 30 años.
Es por eso que le pido al Señor Secretario de Vivienda de la
Nación y Presidente de Pro.Cre.Ar, Iván Kerr, y a nuestro Presidente de la Nación,
Mauricio Macri, que de una vez por todas se ocupen de este tema, deleguen en
quien tengan que delegar, ajusten donde tengan que ajustar, pero den soluciones
del tamaño que sean necesarias, para que al menos los programas que han
comenzado, que se han basado en promesas y generado ilusiones, puedan concluir
de una manera beneficiosa para quienes confiaron, se embarcaron y depositaron
la poco esperanza que les quedaba. Tienen las herramientas. Necesitamos ver la
decisión.
María Victoria Espinosa
DNI 31156056
Tandil, pcia de Bs As, Argentina.
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