Papel
05/01/2019
Rodrigo Bruni, el primer rugbier tandilense en jugar para Los Pumas, charló con El Diario de Tandil. Contó cómo vivió el debut con la selección nacional, su pase a Jaguares, recordó sus principios en Uncas y ciertos prejuicios en el ambiente del rugby.
- ¿Cómo viste este 2018 con tantos logros?
La verdad que fue un año increíble. Uno nunca espera llegar
a donde estoy. Encima siempre trato de tirarme un poco más abajo para que todo
lo que venga sea más lindo, sino, te la crees, imaginando que podes estar más
arriba y te decepcionas, es autodefensa.
Tengo que tratar de pensar que se llegó hasta acá, pero hay
que meterle más porque siempre viene uno de abajo o al lado y te saca el
puesto. Hay que laburarlo a full a eso. Cuando estás arriba hay que mantenerse,
eso es lo que dicen todos y es lo más difícil.
-¿Cómo fue el momento
de entrar a la cancha con la camiseta de Los Pumas?
La cabeza me laburó todo el tiempo antes, hasta que me paré
de ese banco y fui caminando a la línea. No pensé en nada, ni si era mi primer
o único partido. Pensé que tenía que entrar a tratar de ayudar, a hacer lo que
mejor me pueda salir. Mente en blanco y a golpear, más en mi puesto.
Siento que lo mío es entrar a golpearme, es simple y tengo
que tratar de hacerlo lo mejor posible.
- ¿Cómo te preparás
para el 2019?
Ahora estoy entrenando con el plan que me pasaron para
Jaguares. A San Luis esperemos que no vuelva, siempre les digo lo mismo a
ellos, que sea por mí no volver al club, porque si no regreso es que algo bueno
pasó.
Todavía no cerré con Jaguares, tengo que ver cuando vuelva (NdR: luego de sus vacaciones, ya está
entrenando con Jaguares). Justo cuando venía para Tandil me hablaron para
terminar de cerrar ese tema, pero les pedí que sea a la vuelta. Tenía muchas
ganas de venir para acá.
Ahora me entreno para tener un buen año, sin volverme loco,
no quiero pensar mucho. El año que viene está el mundial, pero estoy tranquilo,
pueden pasar muchas cosas en el camino.
- Sin pensar mucho,
pero la idea de volver a Los Pumas y el mundial te debe rondar por la cabeza
Entrando en Jaguares, estando ahí, centavo a centavo te vas
metiendo, para después tratar de ir al mundial. Obviamente que en la cabeza
están esas motivaciones. Lo mismo cuando esté en Jaguares. Es un año
importante, no hay que perder el foco de donde uno está.
- Además sería el salto
al profesionalismo
Sí, es un montón eso
- Y quedarte en el
país
Hoy en día en la Argentina estamos bastante bien, es una
buena opción quedarse. Si ya entro a Jaguares es que decido quedarme por un
tiempo, no sé cuánto. Paso a paso.
- Ahora que estás en
Tandil, bajando un cambio, Seguro que te viene a la cabeza como empezaste a
jugar y todo lo que recorriste.
Arranqué a los 14, bastante grande.
Fue lo mejor del mundo, lo mejor que me podía pasar era
meterme en Uncas. De chico iba a la colonia, es mi casa, voy al club y puedo
estar todo el día ahí que no me voy a cansar nunca.
Por el lado de la colonia caí al rugby. Y toda la vida quise
jugar, siempre jodo con que mi vieja lo evitaba un poco porque yo vivía arriba
de los árboles y aparecía todos los días con un corte nuevo. Hasta que no pudo
evitarlo más.
Pasábamos por lo de una vecina a robarle una pelota de rugby
que tenía en el patio y nos poníamos a jugar.
En el club caí así, me llamaron un martes a la tarde, y ya
fui ese mismo día. Arranqué, paré un solo año y volví para no parar más.
- Diferente a la
mayoría de los chicos en la escuela o en el barrio, que seguro jugaban al
futbol, elegiste un deporte no tan popular
Siempre veía a los chicos Los Cardos o Los 50 que eran de
San José u otras escuelas, que se conocían de hace mucho. Uncas tenía esa
gente, que éramos nosotros, de cualquier colegio. Yo fui a la escuela 1,
después pasé a Técnica y luego a la Gari.
Estaba lejos del ambiente, íbamos todos los días en bici o
colectivo. Nada que ver a lo que se ve en el rugby normalmente.
- ¿Y te molestaba el
prejuicio que había con cierto ambiente rugbier?
No me molestó y la verdad que ayudó mucho el club. Éramos
una banda de 15 o 20 flacos que íbamos en bici, o alguno se pasaba a buscar
porque no tenía como ir.
Nunca me vi en otro lugar. Y mis viejos tienen mucho que ver
en eso, en no creerse nadie.
Hasta los 16 o 17, que mi viejo se metió de lleno, era
becado en el club.
- Y después vino la
mudanza a La Plata para jugar en San Luis
A los 20 años. Cambié toda mi vida. Siento que me metí en
una vida mucho más arriba de la mía. No es querer parecerse a nadie, pero te va
a llevando el ambiente, me dieron un laburo re copado, estuve viviendo con un
amigo que también jugaba.
El ambiente del rugby lo acepto y no me molesta, pero nunca
voy a cambiar mi forma de ser.
- Volviendo a Tandil
y a Uncas, ¿Cómo viviste que este año hayan sido campeones?
Sé que todos los que están ahí se rompen el lomo laburando.
Tienen un entrenador pago, eso cuesta el doble, se deben resignar cosas. Estoy
feliz porque está bien el club.
Estoy yendo entrenar al club, lo veo enquilombado pero es
parte del proceso, de ser campeones, que hockey necesita la cancha sintética.
Está bueno y me pone re contento.
- Seguramente en el
club te ven los más chicos, vos pasaste a ser un referente, ¿te das cuenta de
eso?
En Uncas es re tranqui, por suerte, porque me da mucha
vergüenza. No se me acercan tanto. El otro día escuché dos o tres chicos que
hablaban, ahí me doy vuelta y los saludo.
Respecto a Tandil ni me doy cuenta.
- ¿Pero ya te tocó lo
de firmar autógrafos y esas cosas?
Hacia el interior de cualquier equipo de la UAR, ya pasa
eso. En San Luis, algo que se ve es que a los de primera nos tienen allá
arriba. Desde que jugué en primera todos piden fotos, son los mismos chicos del
club. Lo haces porque está bueno.
- ¿Y que le dirías a esos
pibes que están arrancando?
Me ha pasado que chicos me escriben por las redes sociales,
diciendo que quieren ser como yo. Los que he respondido es que tienen que ser
ellos, no ser como nadie, eso es un error.
Después, que laburen un montón respecto a lo que hagan, si
tiene que ser va a venir solo. Sea el estudio o un laburo, que trabajen el
doble. Si es un deporte, que entrenen el doble. A veces se necesita un poco de
suerte, pero hay que acompañarla.
Sobre todo es no creérsela, ser uno mismo que eso ayuda
mucho.
- Y hablando de referentes,
vos ahora compartís la camiseta de Los Pumas con algunos de los tuyos
seguramente.
De la forma que tuve el año, llega un momento que se hace
costumbre. Las primeras veces me llamaba la atención pero pasó a ser común.
Hice un viaje con Legui (Juan Manuel Leguizamón) hace
poquito y, como le decía a un amigo, a él lo tenía de foto de perfil en mi
computadora cuando tenía 15 años. Hoy en día estoy con él, no lo puedo creer. Trato
de vivirlo a full.
Lo mismo en todos los partidos, trato de respirar para saber
dónde estoy y darme cuenta. Miro a los del lado, tienen la misma camiseta,
representamos al país, hay que pegar el mejor tackle lo más fuerte posible
porque del otro lado nos quieren sacar la pelota.
Pero si, es increíble, algo que no imaginás.
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