EL CHACARERO
03/12/2018
El Congreso Mundial de Alfalfa se reunió esta semana en la ciudad de Córdoba para socializar avances y reflexionar sobre los desafíos que deviene de la producción a escala de la reina de las pasturas.
por
El Chacarero
Participantes de más de una decena de países
concurrieron a este Congreso Mundial, con novedades en genética e
investigación, y dinámicas acampo para mostrar cómo se hace pasto en el país
anfitrión. Uno de los segmentos que promovió mayor interés fue el de cómo
maximizar la producción de alfalfa con menor uso de agua de riego, utilización
de aguas salinas y/o de desecho, e incremento de la eficiencia de riego, que
tuvo a Daniel Putnam como coordinador y convocó a expositores que abordaron esa
nodal temática. Siguiendo esta línea, el argentino Rodolfo Bongiovanni, el
chino Haijung
Yan, y los americanos Steve Evett y Sharon
Benes contaron sus experiencias y ensayos en torno a estos nuevos desafíos de
producir en condiciones de cierta adversidad.
La República Popular China es un país que está
abandonando ese refugio de misterio que le construyó Occidente y su presencia
aparece cada vez más cercana, recortando distancias e instalándose en hechos y
conversaciones cotidianas. Su modo de gobierno se coloca en un segundo plano
para enfocar su creciente actividad económica en todos los rubros, incluida el
del alimento para ganadería de leche o carne.
Cada año produce en su territorio una
Revolución Industrial, al incorporar a su estructura productiva la misma
cantidad de nuevos trabajadores que incorporaron Londres, Manchester, Sheffield
y Birmingham en cada década, hace siglo y medio.
El investigador de la China Agricultural
University Haijung Yan expuso en este II Congreso Mundial de Alfalfa sobre las
diferentes estrategias que ha implementado ese gigante en sus muy diversas
regiones y teniendo en cuenta las crecientes necesidades de agua para su
población, previó que para 2030 se estará llegando al límite de consumo de la
existencia de agua en ese país, para todas las actividades. Y por ello, el
énfasis está puesto en el desarrollo de sistemas tecnológicos a partir de
dispositivos cada vez más eficientes en la irrigación agrícola.
Haijung Yan dice que en China se irrigan unas
67 millones de hectáreas, casi la mitad de las tierras cultivables, y proyecta
unas estadísticas preocupantes respecto al consumo humano de agua en su país:
dice que en 2030 se reducirá un 35% la disponibilidad del líquido elemento y
por ello la agricultura deberá ser mucho más eficiente.
En 2013 China produjo 32 M de toneladas de
alfalfa con un promedio de 6690 kilos por hectárea. Tienen unas 700 mil
hectáreas irrigadas, un 17% de las 4.7 M de hectáreas implantadas con alfalfa.
De ellas, unas 160 mil cuentan con riego subterráneo.
Una de las exposiciones más esperadas fue la
de la Dra. Sharon Benes, quien realiza investigaciones en Fresno, en la
Universidad State of California, donde se viene trabajando desde hace muchos
años en irrigación salina de pasturas. Esta estrategia atiende lo que las
estadísticas arrojan: la creciente afectación de tierras y aguas afectadas por
la sal en regiones áridas y semiáridas. Para ello, en la Costa Oeste americana
se trabaja con ensayos de variedades diversas de alfalfas en suelos salinos
sódicos, y el modo en que esta estrategia afecta el rendimiento y la calidad
del forraje.
Benes dio cuenta de los resultados de tres
ensayos con diferentes volúmenes de irrigación: el primero se realizó sobre 24
variedades con una irrigación con aguas salinas con una conductividad eléctrica
de 5.5 a 7 dS/m, durante tres años, y arrojó una reducción en productividad de
un 5%; un segundo ensayo se realizó sobre 21 variedades aumentando la
irrigación salina con una conductividad de 8 a 10 dS/m, y en este caso se produjo
una reducción de la productividad. Lo mismo ocurrió con el tercer ensayo se
realizó en 8 bloques, divididos en alta y baja salinidad.
Los resultados arrojaron que en determinadas
regiones se debe trabajar con dispositivos de riego utilizando aguas salinas y
variedades adaptadas.
Entre los asistentes surgieron preguntas sobre
el impacto que tiene esta estrategia de irrigación, a lo que Benes respondió
que debería equilibrarse con yesos u otros, siempre que contemos con
información rigurosa sobre textura, penetración y otros aspectos de los suelos.
Daniel Putnam expuso sobre las diversas
condiciones en que se produce alfalfa en Estados Unidos, y que cada año ofrece
resultados variados atentos a las diferentes condiciones que rodean la
producción de alfalfa.
Por último Steve Evett dio cuenta de los
avances que hay en riego por goteo y subterráneo para alfalfa y sorgo. Evett
eligió al riego subterráneo por goteo como el más eficiente de todas las
opciones disponibles, básicamente por su bajo nivel de evaporación, y aconsejó
estar atentos a los avances que hay en automatización, y se cuenta hoy con
aplicaciones inteligentes capaces de producir información a partir de datos
geoestacionarios y permiten seguir e intervenir y seguir la producción desde
lugares remotos. Los datos recogidos permiten construir mapas de colores que
consignan los niveles de demanda hídrica en las diferentes áreas de los lotes.
Al cierre, Rodolfo Bongiovanni remarcó la
importancia del seguimiento de datos respecto a huella hídrica y de carbono, y
aconsejó estar atentos a los balances sobre agua y nutrientes que se registran
en los países productores de pasturas.
Fuente: TodoAlfalfa
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