EL CHACARERO
13/11/2018
Los fabricantes transitan una situación límite ante la falta de crédito y la cautela de los productores. Es uno de los peores años para la industria.
por
El Chacarero
En el que representa uno de los peores años
para la industria en lo que va de la década, los fabricantes de sembradoras,
tractores y cosechadoras cerrarán 2019 con una caída en los volúmenes de venta
del orden del 50 por ciento.
Y ni siquiera la perspectiva de un 2019 con
una mejora en la producción agrícola, ni la recuperación de competitividad que
dejó la devaluación, son suficientes para que los fabricantes de maquinaria
cambien su tónica pesimista.
El dato en cuestión, anticipado por
representantes de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola
(CAFMA), llega como consecuencia de un período marcado por la ausencia completa
de fuentes de financiamiento para el recambio tecnológico y una merma considerable
en la misma producción en el campo.
Así, este año la cosecha cerró con 30 millones
toneladas menos de las calculadas y la retracción económica, sumada a los
vaivenes del tipo de cambio, derivó en la desactivación de las pocas líneas de
crédito que perduraban. A partir de este escenario, entre los fabricantes
gobierna la certeza de que 2018 concluirá con suspensiones de personal,
jornadas acotadas en las plantas, y más de un actor directamente al borde del
cierre permanente.
"Algunos podremos llegar a diciembre, hay
que ver quiénes pueden aguantar hasta marzo y la próxima campaña. La siembra
actual arrancó a buen ritmo, sobre todo el trigo, y esperamos que eso se pueda
mantener. Dependemos mucho del clima para eso, pero también de la estabilidad económica
que no se dio este año. Hoy tenemos complicaciones financieras hasta para el
funcionamiento diario de las empresas", comentó Raúl Crucianelli, titular de la fábrica de
sembradoras homónima y presidente de CAFMA.
En concreto, la consulta arrojó que, sólo
hasta octubre, el 55% de las firmas consultadas promedió una baja en las ventas
superior al 30%. Y al menos el 25% de las empresas decidirá en el corto plazo
instrumentar reducción de jornada, suspensiones o inicio de PPC (Procedimiento
Preventivo de Crisis).
CAFMA aglutina a unos 200 fabricantes
distribuidos en las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba. El bloque
representa algo más del 90% del total de esta industria en la Argentina.
"Como quedó a la vista, más de la mitad
de las empresas está muy complicada en sus números. Si no hay una reacción
positiva en breve, la historia puede terminar de la peor forma para esas
compañías. De una manera u otra, todas las firmas de la maquinaria vamos camino
a endeudarnos de un modo grave", anticipó Crucianelli.
Además, la medición de la cámara avisa que,
por efecto de la crisis vigente, "el sector puede perder en los próximos
meses 7.000 puestos de trabajo".
En torno a la entidad señalan que,
considerando ingresos brutos de $30.000 mensuales por trabajador, los empleos
en riesgo "equivalen a $210 millones mensuales que no ingresan a la
economía". Al mismo tiempo, advierten que, de un año a otro, el costo
financiero para las empresas directamente se duplicó.
Impacto
de las tasas
"La encuesta transparenta la fuerte
retracción de ventas de productos que vive el sector fabricante debido a la
falta de financiamiento a tasas lógicas. Prácticamente estamos sin
financiamiento para la venta. Existe mercado interno, pero el productor
agropecuario o el contratista rural no está dispuesto a financiar su compra a
las tasas que solicitan los bancos", dijo el entrevistado.
Desde la consultora AgriTrend, su titular,
Gustavo López, sostuvo ante que el combo
integrado por eventos climáticos, vicisitudes en el mercado internacional y
decisiones de Gobierno, originó un estadio de cautela entre los productores que
directamente minó las ventas de equipamiento.
"En la última campaña se cayó la
producción de maíz y soja. A eso le siguió la vuelta de las retenciones, la
eliminación de diferenciales arancelarios, y el derrumbe de los valores
internacionales por la guerra comercial que mantienen China y los Estados
Unidos. Agreguemos la falta de crédito, las tasas elevadas. Todo eso asustó al
productor que pensaba en el recambio tecnológico", argumentó.
Para luego añadir: "Mientras los
interrogantes continúen, será muy difícil apuntar a una reactivación de la
demanda de maquinaria. El nuevo ciclo parece que permitirá retomar la escala de
los 130 millones de toneladas. Pero los interrogantes persisten sobre todo por
la variación del clima y las decisiones políticas que se toman. Tanta
incertidumbre genera demoras prolongadas en cualquier inversión".
Escenario
tormentoso
Crucianelli explicó que la desaparición del
crédito tomó fuerza mayormente en la segunda mitad del año. Y que sólo en lo
que hace a la comercialización de sembradoras, 2019 concluirá con alrededor de
1.500 unidades vendidas en detrimento de las 2.500 colocadas en el mercado
durante el año pasado.
"Y eso que fue lo que más se vendió en el
año. En el resto de la maquinaria el número fue peor. Hasta se vendieron menos
acoplados. Al principio, la comercialización se vio afectada porque hubo un
momento de mucha sequía. Después, con la falta de crédito, la venta se derrumbó
todavía peor", dijo.
Otras fuentes del ramo aseguraron que la
demanda de cosechadoras cayó hasta ahora un 40 por ciento, mientras la merma en
la venta de tractores se ubica muy cerca del 30 por ciento.
"Esos números se ven engordados, también,
por culpa de una importación que viene sobre todo de Asia. Algunos productores
han traído hasta silos de la India o Turquía. En el Gobierno reconocen que ese
movimiento se está dando. Como el precio del equipamiento acá también está en
dólares, están los que prefieren buscar la manera de entrar tecnología más
barata del exterior", reconoció un fabricante, en estricto off the record.
La participación de equipamiento importado en
la actividad agrícola doméstica viene creciendo con fuerza desde 2017. En ese
sentido, un informe de IERAL señala que ya el año pasado "el crecimiento
de la venta de tractores importados fue de 141%, implicando una variación
superior cercana a 6,4 veces a la observada para tractores nacionales".
"A su vez, se observó un incremento anual
del 96% de cosechadoras importadas frente a sólo un 13% en el caso de las
nacionales. El aumento en la venta de unidades importadas de implementos fue
tres veces mayor a la de nacionales", añade. Durante 2018, señalan los
fabricantes argentinos, esta tendencia no ha hecho más que profundizarse.
La magnitud de las dificultades que atraviesan
las desarrolladoras de maquinaria agrícola ya pone en duda la supervivencia de
compañías de peso en la actividad. Una muestra de esto: a fines de octubre, el
fabricante de cosechadoras Vasalli entró en concurso de acreedores.
Según trascendió, la intención de la directiva
de la compañía es favorecer el ingreso de nuevos inversores que garanticen su
funcionamiento, porque su continuidad está seriamente amenazada, tanto por
factores financieros como institucionales.
La empresa ostenta un pasivo estimado en 280
millones de pesos con el Banco Nación, lo que implica una pesada carga por la
fuerte suba de tasas de los últimos meses. Además de esto, suma cheques
rechazados por sumas millonarias y otro pasivo adicional por contribuciones
patronales.
Tras el reciente el retorno a la conducción de
la heredera familiar Mariana Vassalli, la Justicia designó un interventor para
definir el nuevo directorio de la empresa luego del desplazamiento de Néstor
Girolami. El interventor designado fue quien se venía desempeñando como CEO de
la firma, Luis Cagliari, un exdirectivo de Renault.
Esperanza
a futuro
Entre los fabricantes de maquinaria todas las
esperanzas están puestas en que el escenario comience a revertirse en marzo,
con los primeros resultados de la nueva campaña. "Le prendemos una vela a
la cosecha, que esperemos venga mucho mejor que este año", manifestó
Crucianelli.
"El grano grueso arrancó a gran ritmo,
hay expectativas con el trigo. Si la reacción se da en marzo, las empresas del
sector lograrán levantarse. Ahora, si eso no ocurre y la posibilidad se
traslada a junio, bueno, ahí todo será dramático. Hay empresas que tal como
van, probablemente no pasen del primer trimestre del año próximo", aseguró
el ejecutivo de CAFMA.
En simultáneo a la futura nueva cosecha, el
segmento también coloca expectativa en la reactivación que evidencia la venta
de equipamiento nacional al exterior. Aunque todavía tibio, el movimiento poco
a poco empieza a marcar presencia en los números de las compañías.
Respecto de esto, el titular de la Cámara
Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola reconoció que "volvieron
los contactos" para exportar. Se negocia sobre todo con países de la
región aunque, aclaró, "todo queda sujeto a que el dólar continúe alto por
varios meses y la inflación no licúe la diferencia, tal como viene ocurriendo
últimamente".
"En ocho años, la industria bajó su
capacidad de exportación hasta llegar a cero. Ahora, eso empieza a cambiar
aunque muy lentamente. Quizás para fin de año alcancemos un 2% de participación
en la torta total de ventas. Con un tipo de cambio alto, volver a los niveles
de hace una década nos costará por lo menos tres años. Lo valioso es que la
posibilidad vuelve a estar", concluyó Crucianelli.
Fuente: iProfesional
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