NOTA DE TAPA - EDICIÓN IMPRESA

Redes, nuestra furia cotidiana

10/11/2018

Las riñas cobran dimensiones inusitadas, se puede dañar la honra y el honor sin límite alguno, provocando que los medios de comunicación "se informen" por la RRSS, y repliquen hasta el infinito cualquier cosa ¿Cómo es posible?

Las redes sociales (RRSS) constituyen un mundo tan particular que hasta el hecho que un desconocido te siga no se toma como algo que temer, sino algo a celebrar. Los humanos buscamos que nos presten atención, y profundizando un poco más, las RRSS han permitido que mucha gente sostenga una especie de "vida paralela" bajo cualquier nombre falso, así resulta casi lícito mostrar ese lado oscuro, muy distinto a su vida real. Las críticas a lengua suelta, la escritura sin moderación ni ortografía, las burlas sin corazón, las ofensas y las mentiras, todo resulta protegido y hasta festejado. Opiniones que jamás podrían enunciarse dando la cara, se desenrollan en comentarios bajo una nota digital, en algún muro o tuit: de todo y para todos. Las propias decisiones del gobierno son comunicadas por las RRSS. El "poder del "tuit" es tendencia global, acompañando las denuncias, la búsqueda de justicia, de fama, de seguidores. Las acusaciones -ciertas o falsas- crean un universo difuso, donde algunos piden respeto, otros insultan, pero todos opinan de todo.

Las riñas cobran dimensiones inusitadas, se puede dañar la honra y el honor sin límite alguno, provocando que los medios de comunicación "se informen" por la RRSS, y repliquen hasta el infinito cualquier cosa ¿Cómo es posible?

Para comunicar algo primero debe existir alguien al otro lado, de la misma forma que esos otros a los que "seguimos" necesitan que se los escuche. Y en todo negocio - también en el de la atención- algunos tienen éxito y otros no. No hay sutilezas, sino enormes ambigüedades en un nuevo lenguaje icónico y sin vocales. Polisémico exprofeso. Ahora tenemos influencers, que vendrían a ser los líderes de opinión que siempre hemos detectado, pero estos viven en el ámbito digital, son nuevos sujetos que generan OPINION. Gente capaz de aglutinar a su alrededor una comunidad activa de seguidores que no solo prestan atención a lo que se hace, sino que llegado el caso pueden hasta repetir comportamientos o seguir indicaciones determinadas. Pero, ¿cuál es el proceso que establece en un usuario esa lealtad hacia otro?

La dinámica de creación de afinidades y liderazgos es algo que la psicología estudió por décadas, pero ahora debió ser reformulada para adaptarse a una realidad cambiante: conceptos como influencia o persuasión hoy se leen como followers o likes.

Hay publicaciones ideológicas, pero también hay instagramers de moda, youtubers que tratan la maternidad y los derechos civiles y tuiteros que pontifican acerca de los límites de la libertad de expresión.

Nada nuevo bajo el sol, salvo por el entorno donde sucede: la revolución digital ha universalizado el acceso a ese estatus de opinión, y por eso algunos individuos han logrado erigirse en posiciones de influencia que antes estaban reservadas a grandes nombre o a personajes relevantes dentro de la industria cultural.

El negocio de la comunicación, prestó atención y acudió a la sociología para comprender el fenómeno y sacarle provecho, pero el ritmo es tan veloz, que los trabajos de investigación siempre llegan tarde.

Internet ha servido para acercar a millones de personas en el mundo, también ha sido un canal para alejarlas al punto que notoriamente año tras años los usuarios se están volviendo más maleducados, se corre el límite constantemente, y dos de cada cinco usuarios han perdido contacto tras un altercado virtual. Esta falta de civismo en la red - aún si lo hacen con el propio nombre- muestra que se supone menos grave mostrarse menos educado virtualmente que en persona. Yo misma -escasamente participativa en las redes- confieso que he reducido mis contactos cara a cara con algunas personas que conocía, porque al leer sus comentarios o discusiones en el mundo virtual descubrí con sorpresa... intolerancia y perjuicios desafortunados. 

Las redes sociales son medios calientes para cabezas frías, y todo lo que se publica en plataformas como Facebook, Twitter e Instagram siempre puede jugar en nuestra contra.

Leyendo decenas de comentarios tras noticias o columnas de opinión, me alerta el nivel de virulencia y agresividad. Y los contrapuntos entre unos y otros aportan una fuerte impresión de sadismo, si, sadismo: sentir placer en el estrés de otros. Como los sádicos solo quieren divertirse... internet resulta ser el territorio adecuado.

Antes eran "panfletos" y se hablaba de "propaganda ideológica", nada muy distinto a leer a tal columnista, escuchar a tal telepredicador o seguir a tal tuitero porque reafirma mis postulados ideológicos y ofrece una línea argumental con la que uno pueda sentirse cómodo.

Sabemos que la masa diluye la identidad del individuo, haciéndole capaz descontrolar su modo de ser y contagiarse del resto. Es el mismo fenómeno por el cual alguien tranquilo se exalta en la tribuna de un estadio durante un partido de fútbol, o que una manifestación pacífica acabe en un violento piquete.

 COMO AGUA PARA CHOCOLATE 

Borja Ventura, un periodista catalán cuyo sitio YOROCOBU, suele sorprender por la mirada sobre lo cotidiano, asegura: "el LIKE es adictivo, casi como el chocolate... Te provoca un enganche a las redes que hasta modifican tus conductas de manera sorprendente. Pero también provocan justo lo contrario al placer de comer chocolate o estimular tu adrenalina: la frustración al comprobar que no se tiene tanto éxito como otros o, en un plano diferente, al contemplar con envidia lo que otros muestran pensando por comparación que su vida es mucho menos apasionante"

Borja sostiene que como seres sociales que somos, ese tipo de cuestiones nos ha acompañado desde el inicio de los tiempos. Las redes sociales han concentrado y aumentado el efecto, en tanto y en cuanto son ágoras constantes, ubicuas y mediadoras: es difícil entender algunas partes de la sociedad actual sin los inputs de las redes. A fin de cuentas, son fuente de conocimiento, herramienta para interpretar la realidad y hasta campo de batalla de opiniones encontradas. Y por todo eso han triunfado. Pero como sucede con todo lo que hacemos, los humanos decidimos hacer cosas porque nos reportan una recompensa: experimentamos placer al comer cuando tenemos hambre, al beber cuando tenemos sed y, en general, al satisfacer nuestras necesidades físicas más básicas. También, claro está, al ver nuestras necesidades afectivas cubiertas. Lo mismo sucede con lo social: somos sociales cuando el grupo nos recompensa, y nos volvemos solitarios y esquivos si nos sentimos rechazados.

Por eso también funcionan las RRSS: "porque unos encuentran la recompensa de la repercusión, mientras que otros al menos hallan un lugar donde opinar y sumarse a una masa en la que también están aquellos a los que siguen, con los odios y los insultos, los gritos desaforados de mayúsculas llenas de exclamaciones, y decenas de fallas ortográficas, sin puntos, ni comas. Una enorme ensalada que requiere interpretarse, pero que el usuario ya lanzó al cosmos. Y nunca falta quien se sume al insulto. En comunicación, toda esta línea de pensamiento se enmarca dentro de la teoría de usos y gratificaciones: no es tanto cómo las plataformas de comunicación influyen al usuario, sino también cómo utiliza el usuario esa plataforma, a cambio de qué y de qué forma lo modifica"

Gran sorpresa me causó cuando un paper de Arxiv.org (portal de publicaciones científicas, avalado por la Universidad Cornell, NYC) mencionaba un estudio realizado por BEIHANG UNIVERSITY (Pekín) en China con su red WEIBO; recordemos que en China está prohibido el Twitter, pero el imperio de los ideogramas y mandarines desarrolló su propia red con control estatal, donde se otorgan puntos que se descuentan si los usuarios insultan el gobierno o hacen "política". Este estudio centrado en WEIBO determinó que el sentimiento de ira es el más influyente en las redes sociales, superando a la alegría o a la tristeza. La causa podría estar fundada en la comprensión de cómo se propaga la información a través de las redes sociales.

El trabajo se centró en analizar los mensajes que se publican en Weibo, que, según han indicado los científicos, tiene más de 500 millones de usuarios que publican alrededor de 100 millones de comentarios al día. Durante seis meses de 2017 el equipo recogió unos 70 millones de tuits de 200.000 personas y construyó una red social en la que los usuarios vinculados interactúan entre sí mediante el envío de mensajes o retuits de los demás. Para asegurarse de que los estudiados eran habituales de la red, solo se escogieron  aquellos que protagonizaban más de 30 interacciones en seis meses.

Se analizaron los emoticones en cuatro categorías: alegría, tristeza, ira o disgusto, y se trazó un diagrama de cómo se propagaban a través de la red. El planteo era ver la ruta de un tuit alegre y sus efectos en los receptores al seguir la ruta...es decir, si a su vez eran retuiteados en el mismo tono y si transmitía el mismo sentimiento del original, esto con todas las categorías.

¿Resultados? cuando se trata de tristeza y disgusto no existe apenas correlación entre los usuarios, mientras que sí es alta entre los que tuitean mensajes alegres. Sin embargo, la más alta con diferencia sustancial, está entre los usuarios llenos de ira. Para los expertos, la ira influye fuertemente en el grupo donde aparece, extendiéndose entre los usuarios. El próximo paso para los investigadores chinos, es trasladar este estudio a Twitter, analizando si en una red social más global se obtienen los mismos resultados.

Nos queda bien claro que esta cultura de la intolerancia no distingue entre altos académicos o ciudadanos de a pie, funcionarios, políticos o choferes. Y la edad tampoco parece otorgar mayor tolerancia o sabiduría al momento de montar en cólera virtual. Las redes sociales por su naturaleza globalizada, facilitan exponer cualquier idea, replicar o compartir enunciados, no importa si son verdaderos o falsos. Así una retahíla de respuestas virulentas son la reacción por las acusaciones que indirectamente envuelven a ciertos usuarios que suman más rabia a la bronca y más violencia a la furia cuando se abre un debate lleno de epítetos y malas maneras.

Nadie cambia al mundo con esto. Estos destellos tampoco señalan un entusiasmo por la política, y los argumentos de los comentarios -tanto de uno como de otro lado- son insustanciales y van directamente a la cloaca, por más aplaudidos que sean.

 RRSS, JUSTICIA Y DENUNCIAS 

Cualquier cosa que ocurra, primero se denuncia en las redes, luego se busca la atención de los medios de comunicación, y recién allí -algunas- siguen el camino formal de llamado a los números especiales, la policía, las fiscalías.

¿Por qué se usa primero la red social para denunciar antes de ir a la Justicia? Tal vez la sensación de una justicia lenta o un cuerpo judicial desvalorizado, o la idea que el efecto multiplicador de las redes, genera cierta "protección" que el estado no está en condiciones de brindar. Imagino que ser fiscal, instruir una causa delicada con secreto de sumario y tener que enfrentar las filtraciones que se publican en las redes, no es una tarea sencilla ni adecuada al modo estricto de la concepción jurídica que acompaña el proceso de armar el cuerpo de las pruebas.

Todo es filtrado, mostrado, filmado y expuesto. Los actores primarios del conflicto, confían más en Facebook, en Twitter o en Instagram que en una declaración ajustada a derecho en una fiscalía. Todo es objeto de duda, no a modo filosófico sino por el propio descrédito de los pasos formales y la ignorancia de las formas que garantizan un debido proceso. Tan grave, que podría solicitarse la anulación de toda la prueba y entonces sí, ni testimonios, ni peritajes, ni videos servirían para nada. Todo volvería a foja cero, y esa búsqueda de justicia -tan clamada- mantendría impunes a quienes podrían haber sido condenados. Pero el estado de furia y quien sabe qué otras emociones, ponen en peligro la verdad.

No es grato comprobar que, sin filtro alguno y publicadas voluntariamente, una lista muy larga de opiniones, acusaciones, nombres propios y detalles acompaña a mansalva cada nota de cualquier periódico digital.

Con o sin foto, con perfiles ciertos o falsos, en nuestro caso reciente del homicidio de Jorge Bustamante, antes de hallar el cuerpo del joven... ya había acusados, detalles privados - y no tanto- con sorprendentes conclusiones de culpabilidad a modo de gran jurado, cuando ni siquiera se había verificado la muerte.

¿Qué puede estar señalando esto? Que la LIBERTAD requiere responsabilidad y al ser todos ciudadanos al fin, somos sujetos pasibles de ser juzgados. Deberíamos intentar asimilar conceptos básicos y asumir responsabilidades fundamentales.

Me detuve expresamente a leer los comentarios bajo las noticias publicadas: confunden el rol de la policía otorgándole poderes que no posee, insistiendo que se mate a alguien o acusando a la política por no meter preso a nadie. Las estructuras del lenguaje, la puntuación y la organización de la idea expresada indican las capacidades del opinante, no es posible desafectar el lenguaje de la estructura formal de razonamiento. Afirmaciones como: "opino lo que quiero, porque soy libre", en una sociedad organizada no es aplicable. Porque existen límites de registro ético y de valoración del daño o el insulto que una opinión propina.

Mi intención de dialogar sobre esto con algún fiscal de nuestra ciudad no resultó. Acudí, esperé, me presenté, llamé, molesté contactos amigos... pero aún explicando que no pretendía ninguna información de ningún caso específico, no logré siquiera un ratito de conversación para volcar aquí, en esta columna que trata el contexto de RRSS violentas e impunes, las enormes dificultades para sustanciar una causa con secreto de sumario cuando todo es ventilado por las redes. Sinceramente, entendí que podría ser oportuno reflejar la opinión del Ministerio Público Fiscal, porque en definitiva, nos representa a toda la sociedad que ACUSA. Entiendo que los tiempos violentos no son los mejores para redondear una idea por parte de un representante de la JUSTICIA, igual así: son nuestros servidores y su palabra es fundamental cuando una nota de investigación trata -justamente- de brindar un poco de luz desde varios ángulos. Una pena.

Decidí encaminar mis pasos hacia el CIBERDELITO, y los avances en Argentina. 

El Dr. Miguel Sumer Elías es abogado y emprendedor web, experto en evaluar y mejorar el enfoque legal de todo aquello relacionado con las tecnologías, la informática e Internet, dado en llamar Derecho Informático y los emergentes son Delitos Informáticos o CIBERDELITOS. Sumer Elías asegura que "Se publica sin criterio ni razonamiento. Si se pensara durante cinco segundos si está bien lo que se va a enviar o publicar, eso funcionaría como un antivirus maravilloso. Pero la gente no lo hace, y cree que la condena social es efectiva, despiadada, muy cruel y muy injusta en la mayoría de los casos. No hay chances de levantar una voz en contra de lo que se acusa"

Vivimos diariamente "escraches" en la web que son considerados delitos cuando hay calumnias o injurias, pero siempre, penalmente hay responsabilidad civil por los daños y perjuicios que pueden ocasionar a la imagen, al honor o a la reputación de las personas. Cualquier falsa acusación en las RRSS -aun si se presume anónima- quien se sienta víctima puede recurrir a la justicia. Toda acción falsa que deteriore el buen nombre y honor de una persona, cuenta con herramientas judiciales vigentes: Argentina en 2008 sancionó la Ley

26.388 de Delitos Informáticos, y en 2017 nuestro país adhirió al Convenio de Budapest por el delito del cibercrimen. Hay fiscales muy especializados, jueces, policías y cuerpos de investigación judicial de primer nivel, hay "ciber patrullajes" con expertos que navegan en foros y extraen información. Es mentira que no se puede averiguar lo que pasa en internet.

Hemos vivido por estos días, denuncias por las redes en relación a un homicidio; trato de enhebrar aquí algunas conclusiones, por ejemplo, que sentimos cuando las redes tejen una maraña de rumores de los que la prensa se hace eco, y alguno de ellos puede tener cierta verosimilitud, sin importar los daños colaterales.

 LENGUA & LITERATURA 

 Si observamos los horrores ortográficos y de sintaxis en cualquier texto de redes (o de un soporte digital) podemos cuestionar si empobrece o solo muta una lengua. Mario Vargas Llosa, el escritor peruano Nobel de Literatura 2010, se ha declarado "horrorizado" al comprobar en las redes sociales en qué se ha convertido el lenguaje: "un modo de expresarse que me parece espantoso y la negación misma de la literatura. No obstante, ha confiado en que la literatura prevalezca sobre estas formas de comunicación ya que, en caso contrario, ha advertido de que vamos hacia un mundo de monos y solo la buena literatura enseña las posibilidades de la lengua, enseña a matizar, a ser preciso, claro y coherente. Si la literatura no sobrevive, la sociedad del futuro no va a ser nada envidiable y ejemplar; puede ser floreciente en tecnologías, pero invivible para alguien con sensibilidad y cierta cultura. Pensemos que una sociedad de lectores de buena literatura, es más crítica, más libre y más difícil de manipular. Esto que vemos en pantallas pequeñas y no tan pequeñas, este modo de escritura es una semi comunicación. Igual tengo la esperanza de que la literatura al final sobrevivirá y si no sobrevive, la sociedad del futuro no va a ser ni envidiable ni ejemplar. Puede estar floreciente en tecnologías, pero será una sociedad invivible para una persona con sensibilidad y una cierta cultura".

 

 PARA EL NUEVO IDIOMA: "EMOJIPEDIA" 

Se han modificado las formas de expresión en el ámbito del lenguaje, y la pregunta sería: ¿nos favorece o nos perjudica?

Ya excede a los milennials y jóvenes adolescentes porque también los adultos insistimos con los "emojis", no usamos comas (lo que distorsiona el sentido) y eliminamos letras para imprimir velocidad, agregamos cantidad de signos de exclamación y suspensivos, o escribimos usando solo mayúsculas. Podemos admitir que es "más rápido" pero también asegurar que es absolutamente imperfecto. La ortografía existe, justamente para evitar la "polisemia", es decir: esquivar las variadas interpretaciones, hay decenas de advertencias sobre la falta de claridad en la escritura en pos de esta mentada "revolución lingüística"

Esto afecta nuestro modo de pensar, porque los humanos: PENSAMOS CON PALABRAS, un idioma pobre en vocablos, poca ayuda será al momento de pensar. Esta profusión de dibujitos, en lugar de EVOLUCION es ir atrás en el tiempo. Puede parecer nuevo, pero esto es antiquísimo, y si alguien piensa que este "idioma de Internet" es revolucionario, es exactamente al revés.

Cuando la humanidad no poseía lenguas escritas, los frisos y los petroglifos hallados en las cuevas y datados ciertamente hace 10 mil años atrás, intentaban contar acciones, un episodio, un momento histórico. ¿Es la misma intención que anida en los emojis que intentan transmitir "una idea", pero con un altísimo porcentaje de ser malinterpretada? Creo que no, se me ocurre que volver atrás en la civilización con un I-Phone en mano, podría también ser un escudo donde esconderse para salir corriendo si el efecto no es el deseado. Y mejor entonces, alegar que se intentó decir otra cosa.

Esto no queda solo en la pantalla de un dispositivo, logra extenderse afectando la vida escolar, que es hasta donde los alumnos llevan este lenguaje en informes, trabajos, diálogos en familia o cuestiones amorosas.

Para Flavia Pitella - Licenciada en Letras y especialista en Literatura inglesa- es una luz que por estos tiempos divulga de manera clara, precisa y amena las dificultades que transita una LENGUA VIVA. Sus intervenciones por radio Mitre los miércoles por la mañana resultan reveladoras, y la charla con ella es vivificante. Flavia observa este fenómeno de sustitución y modificación en el e-lenguaje señalando que nace en los muy jóvenes y opera generando una "jerga", que logra "mantener la privacidad de sus actividades, no llega a ser un idioma, ni siquiera un lenguaje, pero los jóvenes a menudo distorsionan las lenguas que utilizan para dificultar que terceros conozcan lo que hacen. Llegan más allá de las abreviaturas que se utilizan comúnmente en los mensajes de texto, tales como la eliminación de todas las vocales. Esto no es sólo una mala ortografía, lo que sugeriría cuestiones de alfabetización, sino un intento deliberado de escribir mal las palabras, y dificultar -a modo de código- la lectura al segmento social que permanece afuera de su mundo de acción. No olvidemos el principal rol de lenguaje: COMUNICAR, entonces ellos modifican lo necesario para mantener esa comunicación encriptada. Lo perjudicial es que esa manera de transitar el lenguaje salga del dispositivo y se repita en otros formatos porque resulta poco creativa para transformarla en escritura convencional, en literatura, hasta en una evaluación de cualquier materia. Y la ausencia de una ortografía correcta no es una intención rebelde sino un verdadero fracaso de la escritura, que ha sido básica en la evolución humana. Yo diría que la escritura es la mayor evolución desde el inicio de los tiempos, que conocemos justamente por la escritura. Basta pensar que cualquier film, serie o audiovisual se asienta en un guion que alguien supo escribir de la manera más preciosa, sin ese guion no habría ni cine, ni comics. No habría novelas, ni cuentos, ni historias para contar, no habría poemas... Así de importante es la escritura"

Con esta jerga encriptada, los adolescentes emplean otras expresiones distintas a las habituales para comunicar que se van de fiesta, que consumen más alcohol del debido o que han iniciado una relación sentimental, entre otras cosas. Parece que lo consiguen.

Para Doménico Chiappe (semiólogo, escritor y periodista peruano, autor de TIEMPO DE ENCIERRO) estos cambios son, ciertamente, una evolución extraña, pero de las tantas que las lenguas tienen en la historia humana: "un nuevo lenguaje, iconográfico y totalmente funcional, que produce textos que sólo pueden ser leídos en silencio: porque no son pronunciables. No se recitan, se interpretan. Como lenguaje no fonético, por su magnitud y alcance, no tiene precedentes en la cultura occidental. Al leer cualquier SMS, mensaje de WhatsApp o comentario en Twitter o Instagram escrito por un usuario habitual (que envía al menos 50 mensajes por día, unos 2600 al año), se aprecia que los contenidos transmitidos a través de estas Apps por dispositivos, no se redactan de la misma manera que un texto tradicional. En los inicios de los SMS las palabras eran completas, luego se fueron abreviando. La desaparición de las TECLAS en los equipos con la aparición del teclado de pantalla y la velocidad en los sistemas llevó a usar abreviaturas, generalmente mediante la supresión de vocales. Entonces la palabra leída se reconoce por su semejanza aproximada con la palabra escrita tradicional. Esta nueva palabra emuló a la escritura antigua, y se apropió del sonido que poseía. Esto le privó de sonido a ciertas letras, y hoy la fonética responde al "grupo total" del mensaje. Así el lenguaje usado en los dispositivos mutó el sonido sin atender a la unión de 2 o 3 letras. Usar la "C" para decir SE, o las tres letras más significativas para expresar toda una palabra SOLO SE BASA EN LA VISTA, porque a esto debe sumarse un emoticón. Debemos aceptar que hay una mutación de la escritura y una evolución del e-lenguaje en la comunicación por dispositivos. No es esto nuevo a lo largo de la historia, muchas veces se desplazaron formas existentes y consolidaron nuevas supresiones. Revisemos la evolución: del lenguaje de gestos, a lo oral; de lo oral a la escritura vocalizable. Hoy la tecnología no considera importante ASEGURARSE el traslado de un mensaje de manera informativa y mucho menos que haya sido entendido de la forma en que intencionalmente fue expresado. En las redes y las Apps, predominan los signos confusos y las abreviaturas. A lo que sumamos dibujos al estilo petroglifo, por tanto, se avanza de la escritura vocalizable a la escritura impronunciable. Es decir, como no proviene de lo oral, desdeña la vocalización, y lo vemos cuando los chicos están ensimismados y silenciosos con el celular en mano durante horas. Algunas veces, el objeto o la acción se simboliza a partir de una imagen, un emoji, o un GIFT. Todo adquiere un valor iconográfico válido en casi cualquier lengua, y tan polisémico que elimina la RESPONSABILIDAD de haberlo escrito. No hay puntos, ni comas, ni principio o final de frase. Las letras sin significado aparente causan una imagen en la mente del lector, pero la imagen no es la de un objeto u acción, como en el caso de la palabra escrita convencional, sino la imagen de la palabra que denomina al objeto. Por ejemplo: ftbl, "fútbol"; amr, "amor"; vdd, "verdad"; tmb "también"; LOL quiere decir "Laughing Out Loud": riéndome a carcajadas; Thk es "thanks", gracias o GRS. Si alguna vez vieron XOXO: significa besos y abrazos, sin ninguna aparente lógica"

Cuando se usan las abreviaturas se expresan sonidos como "Xq" = por qué, "Cm" = como, "Bn" = bien, y sigue la lista, vaticinamos un problema: se establece una enorme distancia entre los arcaicos digitales (nosotros mayores grandulones) de nuestros nietos: que son nativos digitales, y no sabemos si llegará el momento que la comunicación entre generaciones se corte. Sigo insistiendo que la capacidad humana es sorprendente y el potencial de adaptación que tenemos también, por eso debemos ajustarnos a los nuevos tiempos, intentar aprender de nuestros menores, y ellos de nosotros. Esto no anulará la literatura, no desaparecerán los libros ni la escritura convencional; si así fuera, tendría razón Vargas Llosa: nuestro destino sería volver a ser simios, con aspecto de humanos.

 HUIR DE LA IRA 

No seguir el juego a personas que usan un lenguaje vulgar y que atacan personas o pensamientos.

Si va a comentar en redes sociales: respeto. Opinar con argumentos evitando enroscarse en discusiones con otros lectores. Nada bueno saldrá de esto.

Usar las herramientas de privacidad que ofrecen todas las plataformas virtuales para configurar su perfil y controlar su privacidad, bien sea ocultando personas o filtrando sus publicaciones.

Si alguien está fuera de lugar y considera que no puede pasarlo por alto, escriba a la persona por medio de mensaje privado, expresando su opinión.

Nunca realice un ataque personal a alguien por medio de una red social, recuerde que lo que escriba dice más de usted que de la otra persona.

Antes de escribir, recuerde su posición laboral y lo que su trabajo representa. Las empresas monitorean el comportamiento de sus empleados en RRSS y muchos han perdido el empleos a causa de sus comentarios.

Recuerde que siempre puede 'editar' o 'eliminar' un comentario o una imagen después de haberla publicado.

 DESDE LA ROMA IRACUNDA: SÉNECA 

Lucio Anneo Séneca, nacido 4 años a.C siguió los pasos de su padre, fue filósofo, político, orador y escritor romano. Sus tratados aportaron mucho a la moral y la ética, compartió teorías con Aristóteles y sobre sus postulados desde San Agustín, hasta Rousseau, de Dante y Petrarca hasta Descartes, Erasmo de Rotterdam o Baudelaire, sus tratados han sido elogiados.

Séneca fue contemporáneo de los emperadores Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón (de este último fue ministro, tutor y consejero) que lo condenó a muerte, pero Seneca se suicidó.

Su experiencia en una Roma que él mismo llamo "impiadosa", lo dotaron de gran fortaleza moral, entendiendo que la ira es el alma desnuda y la peor de las pasiones. Continuó lo que al respecto había sido ya tratado por Heráclito, Sócrates y Platón. Agregando un detalle a la iracundia y sus efectos: "la ira es para el alma un instrumento tan inútil como el soldado que no obedece a la señal de retirada", la llamó «locura breve» y fundamentó que se manifiesta cuando el espíritu está debilitado. Nos dijo que la fuerza del hombre se halla en la razón.

Su Tratado DE LA IRA, escrito en el 41 d.C, forma parte de sus DIALOGOS MORALES (nueve tratados) del cual la IRA es el primero y está dedicado a su hermano NOVATO, que era propenso al descontrol y la iracundia. Es relativamente corto y está dividido en dos libros: El primero con capítulos de 1 al 16, donde razona con profundidad y en el segundo libro desarrolla capítulos del 1 al 43 donde brinda ejemplos y contrastes de fácil comprensión.

Este párrafo alerta sobre el verdadero objetivo de la ira y quien la ejerce:

«Para que te convenzas, dicen, de que la ira no consiste en el deseo de castigar, sino de vengar, debemos pensar las posibilidades de daño real que ofrece la ira. No es un ejército de estrategas, sino una afrenta directa sin honor. Además, nadie es tan humilde que no pueda esperar vengarse hasta del más encumbrado: para hacer daño somos muy poderosos. La definición de Aristóteles no se separa mucho de la nuestra, porque dice que la ira es el deseo de devolver el daño. Y al respecto no hay pasión tan ávida de venganza como la ira, por lo tanto, en su loca precipitación, acude a ella para vengarse; siendo semejante a las demás pasiones que se entorpecen a sí mismas para conseguir aquello que pretenden. Así, pues, nunca es buena la ira ni en paz ni en guerra, porque hace la paz semejante a la guerra, y en las armas olvida que el Dios Marte -sabio en el arte de la guerra- ofrece probabilidades comunes y advierte que es fácil caer en poder de otro cuando no se tiene poder sobre sí mismo".

Un fundamentalismo estéril, Libro 1: XV "En todo es desigual la ira; porque se complace a sí misma, juzga según su capricho, no quiere escuchar nada, no deja tiempo a la defensa, se adhiere a la idea de la que se ha apoderado, y no sufre que se altere su juicio, por malo que sea. La razón da a las dos partes tiempo y lugar, y a sí misma se concede plazo para discutir la verdad; la ira en cambio, obra precipitadamente. La razón quiere decidir lo que es justo; la ira quiere que se tome por justo lo que ella decide"

La ira jamás provee razón, Libro 2: III "Ahora bien: no existe impulso sin el consentimiento del ánimo, y no es posible que se trate de venganza y de castigo sin conocimiento del alma. Juzgase alguno ofendido, quiere vengarse; una causa cualquiera le disuade, y en el acto se detiene. A esto no lo llamo ira, sino movimiento del ánimo que obedece a la razón"

Peor que lo animales, Libro 2: VIII "Nadie gana sino con daño de otro: se detecta a los felices y se desprecia a los desgraciados; los humillados por los grandes humillan a los pequeños; a todos animan diferentes pasiones, y todo lo destruirían por leve placer o ligero provecho. Esta es vida de gladiadores que habitan en común para pelear unos con otros. Esta es sociedad de fieras, exceptuando que las fieras son mansas entre sí y se abstienen de desgarrar a sus semejantes, mientras el hombre quiere la sangre del hombre. En una cosa sola se distingue de los animales: en que estos deponen su furor ante el que les lleva el pasto, mientras que la rabia del hombre devora a los que le alimentan"

 

"DE LA IRA" Lucio Anneo

Séneca

Roma 41 d.C

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