NOTA DE TAPA - SEMANARIO
20/08/2018
El peor augurio de maldad para nuestro más odioso enemigo es: ¡Ojalá tengas que dar de baja un servicio! Así resulta que esa odisea le compite a Ulises, y el relato de Homero resulta insignificante ante la magnitud de las peripecias a sufrir. Desde la ira -que nos provoca desconocidas metamorfosis- hasta la decisión final de recalar pidiendo ayuda en la oficina de Defensa del Consumidor. En pos de no ir presos por violencia. Los reclamos que lideran el Top Ten son: los servicios de telefonía celular, Internet, TV por cable, auto planes de ahorro, entidades financieras, garantías de electrodomésticos, prepagas de salud, pero hay más.
Y nunca se hallan
humanos para resolver nada, las quejas vía web son imposibles, ni siquiera un
botón para escribir a modo de desahogo. Los 0800 configuran otro horror, diez
opciones que nadie responde o una voz de GPS repitiendo "todos nuestros
operadores están ocupados, re llame en unos minutos". Salvo, si, SALVO, que
elijas la opción de contratar un servicio, ahí ¡te atienden al toque!
Pero -créase o no-
algunas cosas están cambiando.
Durante 2017, la Web Oficial www.consumidor.gob.ar recibió 65 mil reclamos de usuarios, de los
cuales el 30% fueron por SERVICIOS DE TELECOMUNICACIONES. Algo había que hacer.
Parece que se hizo, y ocurrió el 18 de mayo pasado cuando el director nacional
de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño, anunció la Resolución 316/2018. Se publicó en el
Boletín Oficial y se reglamentó. Por ella, el Ministerio de Producción buscó
simplificar y agilizar los trámites a los consumidores que se quejan por no
encontrar el sitio o canal adecuado para pedir la baja o cancelar servicios de
telefonía, internet o cable, seguros, bancos y empresas de seguridad.
Ahora ya está vigente, por tanto, tenemos una manera de
hacer catarsis y mandar a la ¡¡¡recontra &%$#@&%$!!! a quien sea y
cortar un servicio de manera AUTOMÁTICA. Parece que funciona.
La resolución otorgó un plazo de 60 días -es decir, hasta el
28 de julio pasado- para cumplir con esta nueva norma. Hoy, 18 de agosto: ya
está vigente
Se dejó bien claro que TODAS LAS PRESTADORAS deben tener un
botón en su web, lo suficientemente destacado y eficiente para la baja del
servicio. Además de proporcionar un
número de teléfono, un correo electrónico y el horario de atención como vía de
comunicación directa para realizar reclamos. La baja de cualquier servicio,
hoy, agosto 2018 puede darse a pesar de
tener deuda con la empresa y desde el momento del pedido no pueden cobrar ni un
día más, no importa si faltan 15 días para terminar el mes o si hemos llamado
apenas iniciado el ciclo. Se acabaron los argumentos dados por las compañías
como el cierre del período, ciclo, fase o como gusten bautizarlo. La baja es
automática.
Entró en vigencia el
28 de julio pasado, con cuatro puntos clave que simplifican y agilizan los
trámites a los consumidores generando la obligación de proporcionar el canal
adecuado para pedir la baja o la cancelación de cualquier servicio contratado.
1-Un "botón de
baja" en el primer acceso a sus sitios web para que los usuarios puedan
cancelar una suscripción a los servicios que contrataron con compañías de
telefonía fija y móvil, de internet y de televisión satelital o por cable.
2-La obligación por
parte de las empresas de brindar un código de identificación de baja dentro de
las 24 horas y por el mismo medio telefónico o electrónico.
3-Una base de datos
con información sobre identidad del usuario, número de cliente, fecha de
contratación del servicio y medio por el que se efectuó, fecha y hora en que se
solicitó la baja, asignación de un código de rescisión y modo en que concluyó
el trámite, incluso en los casos que el consumidor decidió continuar con la
contratación.
4-Un horario de
atención para consultas y/o reclamos nunca inferior a los estipulados para la
atención comercial. O, cuando se trate de atención exclusivamente telefónica o
electrónica, la franja horaria no podrá ser inferior a 8 horas por día, de
lunes a viernes, en días hábiles.
¿CÓMO LLEGAMOS HASTA
AQUÍ?
La mayor parte de las denuncias corresponden a la necesidad
de pedir la baja de una línea de celular o una conexión de banda ancha. El
problema es que no existe un lugar físico para realizar el trámite, sólo se
hace por teléfono o por la web, y esto genera demoras de varios meses con las
consiguientes pérdidas económicas para el usuario. Porque mientras tanto las
facturas siguen llegando.
Dar de baja un servicio terminó siendo una hazaña para los
usuarios, con la obvia intención de mantener cautivo al cliente y frustrar su
intento de desligarse de la empresa. Los usuarios no somos tontos, sabemos que
los servicios de Internet por banda ancha largan PROMOCIONES con descuentos
considerables para "enganchar" nuevos clientes, y que pasados los tres o seis
meses de la "bonificación", el abono mensual refleja aumentos de hasta dos
veces y medio.
Pero hay más: algunas compañías cobran por dar de baja el
servicio. Intentar cancelarlo sin avisar con 30 días de anticipación, obligaban
a pagar el servicio por el mes en curso y también por el siguiente. Tan abusivo
que, si se solicitaba la baja antes del día 15 del mes corriente, la empresa
recién daba de baja al usuario al mes siguiente, un disparate que hemos
tolerado, pero? AHORA SE TERMINÓ.
Hasta mayo pasado no existía un marco regulatorio para
controlar y restringir los excesos en las prestaciones de los servicios, por lo
que diariamente los usuarios sufrimos los perjuicios de cláusulas abusivas;
tampoco el ENACOM era eficiente para tramitar un reclamo. Mucho menos para obligar a las empresas a presentar un
domicilio físico para atender los reclamos o dónde enviar cartas documento.
Pero las cosas ya no son así, ahora existen algunas
herramientas facilitadoras que resultarán eficientes si también cambiamos
nosotros, usuarios que cometemos MUCHOS ERRORES, al no pedir N° de reclamo, ni
N° de control sin anotar siquiera al reverso de la factura, el día, hora del
reclamo, teléfono y OPCIÓN que discamos, tampoco solicitamos ni anotamos?el
nombre de quien nos atendió. Deberíamos agregar una breve síntesis de la
respuesta y no lo hacemos. En aquellos casos en que la baja sólo pueda
realizarse en forma telefónica, hay que pedir y conservar el número de trámite.
Estos pasos son FUNDAMENTALES al momento de reclamar. Sin
elementos -cosa que las empresas tratan de no facilitar- nuestro reclamo tendrá
pocas posibilidades de prosperar.
Nos hemos quedado con las promesas de una promoción
telefónica, no hemos tomado nota ni exigido un e-mail previo con las
características de la contratación, y muy fácilmente hemos brindado datos, DNI,
hasta nuestra tarjeta de crédito. Convengamos que la enorme despreocupación de
tener en condiciones de débito automático una serie de
servicios, colabora al abuso. Y seamos sinceros ¿conciliamos los gastos con los
débitos? ¿Leemos con atención los términos de lo que contratamos?
Definitivamente NO.
Mucho más difícil es recuperar algo YA ABONADO (por
debitado), que reclamar y tener buenos resultados si todavía NO HEMOS ABONADO.
La tarea de sentarse ante la PC y pagar por Home Banking puede operar como un
reaseguro en los sobreprecios encubiertos, hay que revisar antes de pagar. Las
facturas -en papel o digitales- poseen todos los ítems? que no los revisemos es
otra cosa. La comodidad resulta un incentivo más para que se aprovechen de
nosotros.
PROTECTORA.ORG.AR
Existe una ONG que satisface todas nuestras dudas: www.protectora.org.ar
Si bien tiene sede en Mendoza, opera con todo el país y con
las normativas vigentes en todo el territorio nacional. La asociación funciona desde 1994, se armó con un grupo de
consumidores comprometidos y hartos de los excesos, para fomentar la
participación informada de los usuarios en la defensa de sus derechos
individuales y colectivos. En 2008 el organigrama tenía suficientes asesores en
cada materia, y comenzaron a vincularse y firmar acuerdos con otras
instituciones similares, junto a las que encararon diversas campañas para la
formación de conciencia ciudadana; reclamos colectivos, educación e información
para el consumidor.
Si bien hemos insistido en telecomunicaciones, alarmas,
seguros, prepagas?hay nichos como reclamos a las tarjetas de crédito, compras
vía internet, entregas nunca realizadas de compras ya abonadas, entradas a
espectáculos, reservas y pago de alojamiento, entregas por correo de compras en
el exterior, etc.
En el ítem INICIO de esta web de PROTECTORA.ORG.AR se
detalla cómo debemos proceder y agregan un sistema de CONSULTAS que responden
rápidamente:
"Si Usted tiene problemas con los servicios técnicos, talleres,
pintores, plomeros, y cualquier otro, que nos dan vueltas, no vienen, hacen las
cosas mal, le enseñamos cómo reclamar
Cuando hacemos el reclamo, nos comienzan a dar vueltas que no existía
plazo de la prestación, o el mismo se presta para interpretaciones ambiguas o
nos cambian las condiciones, también hay modo de reclamar y sobre todo DE
PREPARARSE ANTES DE CONTRATAR. Si se pactó un precio por el servicio, pero en
el transcurso del tiempo este aumenta y entonces ya no quieren realizar el
servicio. O si cuando van a realizar el servicio, aparecen extras o gastos que
nunca figuraron o fueron informados al contratar o los mismos son excesivos en
relación al precio de mercado, sumado que en algunos casos el prestador del
servicio no posee las habilitaciones legales o no cumple en entregar la
documentación necesaria por el servicio prestado?todas son infracciones a la
Ley, en general se basan en la posición dominante del mercado, que aprovechan
para abusar de los consumidores".
Allí se aclara que "todos poseemos derechos"
http://www.protectora.org.ar/formularios-reclamos/como-dar-de-baja-un-servicio/27022/
Encontré consejos para cada caso: Alimentos, Bancos y
Seguros, Planes de ahorro para automotores, Comunicación y Publicidad, Correo y
Encomiendas, Medicina- Medicamentos-Salud, Turismo, Transporte, Servicio
Técnico y Repuestos, sumado a Servicio Públicos Domiciliarios con un apartado
especial: Redes Sociales e Informática. Los consejos para las compras por
INTERNET, están bien detallados, y en el ítem GUIA DE RECLAMOS, yendo justamente a INTERNET, se despliega este menú:
?
Guía de
Reclamo Compras por Internet, Correo o Telefónica. Optar por Rescindir en 10
días
?
Formulario
de Reclamo: Dar de Baja Televisión por Cable o Satelital. Telefonía Celular,
Internet, Alarmas, Emergencias Médicas y otras Suscripciones. Con o sin Deuda
?
Formulario
de Reclamo Comercio Electrónico: Uber - Airbnb
?
Formulario
de Reclamo por Compras en Internet de Servicios Turísticos
?
Formulario
de Reclamo Compras en Internet: Sirve para Mercado Libre, Despegar, Ticketek, y
cualquier sitio de comercio electrónico
?
Formulario
para proteger su privacidad, datos e imagen en Internet
?
Formulario
para Reclamar a Mercado Pago
?
Formulario
para reclamar por compras de entradas para Espectáculos por Internet
PEDIR LA BAJA SIN
ABONAR
Música, opciones que no
responden, respuestas automáticas, operadores ocupados, un infierno de
nunca acabar. Haber contratado un servicio fue cuestión de minutos, darlo de
baja?un camino al infierno del Dante. Las empresas tienen todas las armas para
vender y para complicarnos la vida cuando deseamos darnos de baja. Ellos
siempre tienen más recursos porque pensaron el negocio para sumar clientes no para perderlos.
En Argentina, la ley de Defensa al
Consumidor es bien clara en ese aspecto: "Cualquier contrato se puede dar de baja de
la misma manera en la que se firmó", por tanto, si contratamos un
servicio por teléfono, al momento de pedir su baja se debe resolver por la
misma vía, nadie puede pedirnos ir a una sucursal o hacer un trámite diferente.
Si se hizo online, la web de la empresa debe tener un link visible y funcionando
las 24 horas de los 365 días del año para finalizar el contrato. Siempre hay
que exigir el número de baja, es el único modo de reclamar si nos vuelven a
facturar los cargos, además casi todos los servicios se pagan por adelantado, por tanto, no importa
el día que nos demos de baja, si hemos abonado el mes anterior: NADA MÁS HAY
QUE PAGAR. Si ocurre que aún no abonamos, la liquidación deberá solo facturar los días hasta la baja del servicio. En
definitiva, ninguna empresa puede solicitar el pago de la deuda atrasada como
condición para otorgar la baja del servicio. Además, debe entregar al usuario
una constancia donde figure la fecha de baja y tan sólo puede reclamar el cobro
del porcentaje correspondiente al servicio consumido hasta esa fecha, lo mismo
ocurre cuando el servicio dejó de funcionar por cuestiones ajenas al usuario.
Es fundamental solicitar el
número de operación de baja, anotar día, hora y quien nos atendió, y solicitar
la confirmación vía e-mail, si lo hacemos vía telefónica y no acudimos a las
oficinas de la empresa. Si es vía internet: imprimir todo lo que nos envíen o
hacer una captura de pantalla.
Podemos pedir ayuda:
Nuestro Municipio posee desde 2004, una Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) que fue
creada con la finalidad de poder brindarle a los vecinos la posibilidad de
efectuar denuncias (totalmente gratuitas) de los derechos supuestamente
violados en ocasión de una relación de consumo, tanto al comprar un bien como
al contratar un servicio. Funciona en Chacabuco 383, de lunes a viernes de 08:00 a 14:00 hs. Tiene un
teléfono gratuito: 0800-333-0477, y
responde cualquier consulta por e-mail: consumidortandil@yahoo.com.ar
CIFRAS EN LAS SIERRAS
Ya la citamos y allí vamos: Oficina Municipal Información al
Consumidor (OMIC), un área movidita en el municipio, que evacúa de 20 a
25 consultas diarias, redundando en julio pasado 150 procesos de denuncias
formales. Opera en el ámbito de la Dirección de Relaciones con la Comunidad y
depende de Secretaría Legal y Técnica; la OMIC está a cargo de la Dra. María Paz Rigotti, que nos aporta
cifras y procesos: "El marco de nuestro procedimiento está dado por la Ley Provincial 13133, los trámites que
ingresan con documentación que se
requiere para iniciar la denuncia (formulario, con copia de DNI y copia de
documentación que pruebe la relación de consumo: ejemplo: tiket de compra,
resumen de cuenta, contrato, certificado de garantía, etc.), la primera etapa
es la de "conciliación" entre las partes, y cada día tomamos entre 10 y 12
audiencias conciliatorias, a cargo de la abogada "audiencista", quien asegura
que se cumpla con la Ley 24.240 de Defensa al Consumidor. Si las partes no
acuerdan, la OMIC instruye el proceso jurídico legal y avanza. No hay costos
para los usuarios y puede terminar con sanciones y multas para la empresa".
La sonrisa de María Paz, no impide colocar las cosas en su
lugar: "el RECLAMO -no la queja- es un derecho a reforzar, a poner en
práctica, no es algo NEGATIVO, sino el punto de inicio de un proceso virtuoso.
Porque en general, el cliente, el usuario es la parte más vulnerable; mayores,
adolescentes, gente con escasos conocimientos acerca de la contratación que
desea realizar, ante una oferta planteada para atrapar clientes?con un enorme
despliegue de soportes legales y de marketing, veloces, con promociones de 1 a
3 días, con bonificaciones poco precisas, y contratos tramposos que no son
fáciles para detectar vencen cualquier
voluntad que no esté preparada. Un contrato requiere tres condiciones
mínimas: 1) Que sea claro y comprensible, 2) Que prevea un control
constante y posible por parte del usuario y 3) Que especifique de qué manera de
rescinde y estipular -si los hay- cuáles serán los costos de esa rescisión"
Queda claro que las empresas -siempre programadas para
VENDER SERVICIOS- buscan captar clientes prometiendo verbalmente lo que luego
será difícil de comprobar. El consejo de la Dra. Rigotti: "no
contratar nada de nada sin saber perfectamente qué estamos acordando. La vida
es un "contrato", es algo que deberíamos aprender desde la escuela: dos partes
que acuerdan algo para cumplir. Cuanto más detalle posea, menos dificultades
tendrán las partes para que cada una haga su "interpretación". Mis primeras
preguntas ante un reclamo resultan siempre las mismas: ¿Qué decía el contrato,
lo leíste? ¿Lo imprimiste, los pagos que me decís, están documentados? ¿Cómo
diste ACEPTAR si estaba en inglés y no sabés inglés? El desequilibrio entre las
partes siempre es el inicio del problema"
Así las cosas, me brindan el ranking del tipo de reclamos
más frecuentes: siempre en primer lugar la telefonía móvil y fija, más los
servicios de internet. Le siguen la prestación de servicios financieros como
Bancos, Tarjetas de crédito, Compañías y Mutuales que se dedican al préstamo de
efectivo, planes de ahorro para fines determinados y concesionarias de autos.
Se suman los reclamos a comercios que venden electrodomésticos y tecnología a
crédito. Hay otros nichos de los que se reciben reclamos: servicios de salud, servicios
turísticos, venta de indumentaria, alimentos, servicios educativos, servicios
de Empresas de seguridad, etc.
Para esta experta en reclamos: "El consumidor es el primer
controlador. Hay que revisar los resúmenes de tarjetas, los montos, las cuotas,
los famosos débitos automáticos, que muchas veces se producen cuando la cuenta
está sin fondos -porque el ingreso se deposita más tarde- entonces el servicio
queda impago, acumula deuda y hasta puede cortar la prestación. Eso es muy
frecuente y es responsabilidad del consumidor saber qué y cuándo van
descontando y llevar el control de qué se va cancelando. Nuestra tarea como
ente público de reclamo -la OMIC- es más efectiva cuantos más reclamos tengamos
de los usuarios, cada reclamo nos hace más fuertes. Nosotros defendemos al
CONSUMIDOR, que es la parte del contrato más vulnerable y el espíritu de la ley
es proteger y fortalecer al consumidor, siempre haciendo una interpretación a
su favor. Pero también quien consume debe aceptar su rol: guardar los recibos,
los tickets, tildar los pagos en los resúmenes, hacerse enviar un mail con el
contrato -nada difícil, porque antes de vender un servicio te lo envían si lo
pedís como condición- y saber que la fuerza no la tiene el que ofrece sino el
que acepta"
María Paz reflexiona sobre la Resolución 316 de mayo pasado:
"A
partir de ella estamos expectantes a los resultados de su reciente
implementación, han disminuido un poco los reclamos por la baja de servicios de
telefonía e internet, es más sencillo que antes pedir y lograr la baja de un
servicio de telefonía o internet, pero aún siguen los sobreprecios ocultos en
las telecomunicaciones, los packs irregulares. Sabemos que las plataformas
digitales, siempre resultan confusas, no
es un humano enfrente para tratar un contrato. Igual tenemos dificultades con
los planes de ahorro para la compra de vehículos- que no son las fábricas ni
las concesionarias, sino servicios financieros cautivos- y siempre hay un
humano enfrente, una oficina física con agentes y empleados?creo que allí
debería de darse un paso para mejorar las condiciones de equilibrio entre ambas
partes del contrato"
La clave resulta ser la INFORMACIÓN, la Dra. Rigotti alienta
las charlas en escuelas, centros comunitarios, clubes, asociaciones varias: "Nuestra
vida de relación está vinculada a los derechos y los deberes, cada trato
económico que establecemos debe tener pautas claras, un contrato es la ley
cotidiana que convenimos entre quienes toman y quienes dan, quienes ofrecen y
quien lo necesita, las llamadas PARTES deben ESTAR lo más equilibradas posibles
en el PACTO que se acuerda. Una manera de evitar problemas es tener
INFORMACIÓN, sin ella el paso para el abuso o la estafa está muy cerca"
DE RUSIA sin AMOR
A mitad del 1800 Nikolái Gógol, publica "Historias
de San Petersburgo", de allí el cuento "EL CAPOTE", considerado literariamente una historia sin fisuras, con
un detalle y una prosa equivalente a La
metamorfosis de Kafka. La pluma del primer escritor y dramaturgo de la
Rusia moderna, es el tronco del que emergen desde Nabokov hasta Pushkin, de
Dostoievski hasta Tolstoi. Una Rusia destemplada en un San Petersburgo donde
todos eran empleados estatales, mal pagos, sometidos y muy pobres en recursos.
Magnífica descripción de un imperio zarista en decadencia donde la censura
requería suficiente talento para protestar, aún en modo literatura. Enorme y
genial Gógol.
Me he permitido recortar algunos párrafos fundamentales para
sostener el cierre de esta nota, y como siempre, quien quiera la versión e-book
me la pide por e-mail.
El personaje central es Akaki Akákievich, pobre empleado en
un gélido invierno con un abrigo remendado y desecho, que sueña con un capote
nuevo. Ahorra desesperadamente, negocia con un sastre y finalmente lo estrena,
va a su oficina estatal donde trabaja de "copista". Allí llega emocionado, casi
olvidando que sus compañeros lo ignoran o desprecian y ante la elegancia de su
nuevo capote, es invitado a una velada:
"Cuando el cielo gris de San Petersburgo oscurece y el mundo de los
funcionarios ha llenado sus estómagos, cada cual con arreglo a su sueldo y a
sus gustos; cuando han descansado del rasgueo de las plumas de oficina, del
ajetreo, de los quehaceres propios y ajenos y del sinnúmero de tareas que el
individuo inquieto se impone voluntariamente, excediéndose a veces, todos los
funcionarios se apresuran a consagrar el tiempo restante al placer".
Así, Akaki desconcertado y gozando el calor de su nuevo
abrigo asiste a la reunión y regresa tarde a su casa, por esas: "calles
solitarias que no ya de noche, sino ni siquiera de día eran alegres. Ahora se
habían hecho más lúgubres y solitarias. Los faroles se divisaban con menos
frecuencia, no se veía un alma; tan sólo la nieve resplandecía en el pavimento
y los minúsculos tugurios dormidos negreaban tristemente con sus postigos
cerrados. Allá a lo lejos, Dios sabe dónde, parpadeaba la luz de una garita que
parecía estar en el fin del mundo. Al llegar aquí Akaki Akákievich puso el pie
en la plaza no sin cierto recelo instintivo, como si el corazón presintiera
algún desaguisado. Miró atrás y a los lados, como si estuviera en medio del
mar. "No, más vale no mirar", pensó, prosiguiendo su camino con los
ojos cerrados: y, cuando los abrió para cerciorarse de si le quedaba por andar
mucho trecho de la plaza, vio ante sus propias narices a unos individuos
bigotudos y ya no pudo ver más. Se le nublaron los ojos, y el corazón le dio
una voltereta. Akaki Akákievich notó solamente que lo despojaban del capote y
le daban un rodillazo que lo tiró de espaldas sobre la nieve, y después se
quedó sin sentido.
Por la mañana temprano acudió a ver al comisario del distrito y le
dijeron que estaba durmiendo; regresó a las diez y aún seguía durmiendo, fue a
las once, pero el comisario había salido. Se presentó a la hora de la comida,
pero los escribientes no lo dejaron pasar de la antesala, insistiendo en saber
qué deseaba, porqué venía y qué había sucedido. Finalmente uno de ellos pasó a
anunciarle. El comisario acogió de modo muy extraño el relato del robo del
capote. Lejos de prestar atención a lo esencial del caso, preguntó a Akaki
Akákievich por qué regresaba tan tarde a su domicilio, y si no había estado en
alguna casa de mal vivir, de tal suerte que Akaki Akákievich, turbado, salió de
allí sin saber si en el asunto de su capote se iniciarían o no las debidas
pesquisas. Aquel día faltó a la oficina (caso único en su vida). Al día
siguiente se presentó, pálido y con el capote viejo, cuyo aspecto era todavía
más lastimoso.
Y es que en la santa Rusia todo está contaminado, Akaki debía quejarse ante
una "alta personalidad" La
alta personalidad charlaba muy satisfecho en su despacho, con un antiguo conocido
amigo de la infancia. En aquel instante le anunciaron la presencia de Akaki que
solicitaba audiencia. "¿Quién es?", inquirió bruscamente. "Un
funcionario", le respondieron. "¡Bah, que espere! ¡No tengo
tiempo!", dijo la alta personalidad. Por último, hartos ya de hablar
-y aún más de callar-dijo al secretario: "Si mal no recuerdo, hay un
funcionario esperando. Dígale que puede pasar". Al ver la humilde traza de
Akaki Akákievich y su vetusto uniforme, se dirigió a él diciéndole: "¿Qué
desea Usted?" Habló con voz tajante y dura. Akaki Akákievich, que estaba
cohibido, se turbó, y de la mejor manera que pudo y se lo permitió su lengua,
empleando, incluso, más que nunca la partícula "eso", le explicó que
tenía un capote nuevecito y que se lo habían robado del modo más inhumano, por
cuya razón se dirigía a él para que tomara cartas en el asunto.
¡Pero señor! ¿No conoce usted el reglamento, el
procedimiento? ¿Usted sabe dónde se encuentra? ¿Ignora el orden en que han de
hacerse las gestiones? Primero, debería haber presentado la instancia en la cancillería;
de allí pasaría a manos del jefe de sección; de éste, el jefe de negociado; más
tarde, sería entregada al secretario, y el secretario me la habría presentado a
mí. "¡yo, excelencia, me he atrevido a molestarle porque los secretarios,
pues, eso.... no son gente de fiar!" - ¡Cómo, cómo, cómo! - exclamó la alta personalidad -. ¿De dónde
ha sacado tanta osadía? ¿Qué ambiente de subversión reina entre la juventud
contra los jefes y la superioridad?
Akaki Akákievich no se dio cuenta de cómo bajó la escalera ni de cómo
salió a la calle. Al día siguiente tenía mucha fiebre,
lo
asaltaban sin cesar visiones a cuál más extraña: unas veces veía a su sastre y le
encargaba un capote con cepos para atrapar a los ladrones, escondidos bajo la
cama, otras veces repetía frente a la alta personalidad "Perdón,
excelencia". Por fin, el pobre Akaki Akákievich exhaló el último suspiro.
Se propagó en San Petersburgo el rumor de que junto al puente Kalinin,
y mucho más allá, se aparecía por las noches un fantasma con figura de
funcionario, buscando un capote que le habían robado y, so pretexto de que
todos eran el suyo, arrebataba a todo el mundo, sin distinción de rango ni
título, los más diversos capotes: con forro de gato, de castor, de guata, de
zorra o de oso. Se dio a la policía orden de capturar a toda
costa al difunto, vivo o muerto. Una noche de viento impetuoso que azotaba la
cara con copos de nieve, y levantaba los capotes con fuerza sobrenatural,
viniendo de una gala, la "alta personalidad" notó que alguien le echaba una
mano al cuello con mucha fuerza. Se volvió y vio a un individuo pequeñito con
un viejo y raído uniforme, reconociendo horrorizado a Akaki Akákievich. El
funcionario estaba pálido como la nieve, y su aspecto era el de un muerto. Pero
el espanto de la alta personalidad no tuvo límites al ver que el muerto torcía
la boca y, despidiendo un terrible olor a cadaverina, pronunció el siguiente
discurso: "¡Ah, ya te tengo! ¡Por fin, eso, te he echado el guante!
¡Necesito tu capote! ¡No te interesaste por el mío, y además me echaste aquella
bronca, pues ahora dame el tuyo!" La alta personalidad por poco se muere,
le entró tal pánico, que llegó a temer que le diera un síncope. Sin hacerse
rogar, se quitó de prisa el capote y gritó al cochero en un alarido:
"¡Vamos a casa, volando!"
"El Capote" Nikolái
Gógol-
(Historias de San Petersburgo)
1842-Moscú.URSS
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