Su interés por la lectura y la escritura (y también por la enseñanza) vienen de muy chica. "Yo tenía una abuela que me leía cuentos. Tengo así como una imágen de estar sentada en el piso siendo muy chiquita, ella se sentaba a tejer -tejía medias con cuatro agujas y sin costura- y yo me sentaba en el piso en un almohadón o en una mantita y la miraba. Aprendí a leer y escribir a los 5 años,  antes de comenzar primer grado. Me encantaba jugar a que era maestra y tenía un aula con alumnos imaginarios". Y sigue: "Creo que ya, a los 7 años, me había hecho un libro de poemas con ilustraciones, porque me gustaba dibujar también. Y también me gustaba la música. Aprendí a leer a la par que aprendí a leer música, e iba a piano, era medio un monstruo jeje. Todo ese entorno posibilitaba que yo desarrollara esas actitudes, fueron muy favorecedoras. En el germen estuvo mi abuela Angela, que era la mamá de mi papá. Después me fui encontrando con maestros que veían que yo escribía bien y me iban alentando".

Patricia recuerda con mucho amor y ternura su infancia. "Como lectora recuerdo lo que me leía mi abuela, porque cuando alguien nos lee, uno se vuelve indirectamente un lector. Cuentos de hadas y otros clásicos. Después empiezan mis excursiones a la biblioteca. Como ya sabía leer en primer grado y me aburría, me mandaban a la biblioteca para que no molestara. Entonces, para mí, la biblioteca era el paraíso.  Iba en hora de clase y la bibliotecaria me dejaba elegir libros. En mi casa, me acuerdo que había unas enciclopedias y yo leía eso y los diccionarios, los miraba con muchísima curiosidad. En la adolescencia recuerdo el descubrimiento de Borges y de Cortázar, eso me voló la cabeza, me encantaba, y a partir de ahí no paré. Mientras estaba en el profesorado daba clases particulares y ese dinero lo usaba para alguna salida, pero sobretodo para comprar libros. Me acuerdo que había unos libros muy económicos, que publicaba el centro editor de América Latina, y todavía los tengo. Así iba leyendo autores clásicos y de la literatura española e hispanoamericana. Y antes que eso, cuando tenía 11, 12 años juntaba monedas y me compraba los libros amarillos de la colección Robin Hood y los rojos de la colección Billiken como La capitana del Yucatán, Azabache, ¡lloré como loca con ese caballo!. Mujercitas, Hombrecitos, La Cabaña del Tío Tom. Bueno, toda esa literatura, que eran unas traducciones que yo las miro ahora y son unas traducciones horribles. Pero bueno, así leí a Julio Verne por ejemplo, cuando tenía 12 años. Después, en el profesorado, empecé a leer autores que me traía la carrera y atrás de ese autor a otros autores con los que dialoga, asi que se hizo una cosa medio interminable".

Patricia es docente en la Escuela Nacional Ernesto Sábato, así como en el Profesorado de Letras que se dicta en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº10. Asimismo, dicta muchos talleres de escritura. Su trayectoria en la enseñanza es de larga data. Cuando se graduó se fue a trabajar a la Patagonia.  "Después de recibirme en Tandil, no había tantas escuelas como ahora. Y bueno, había que esperar que alguna profesora se jubilara o quedara embarazada para trabajar. Entonces dije, yo no voy a esperar. Me voy a algún lugar en donde realmente necesiten que trabaje mucho en vez de dos horitas. Asi que averigüé, hice consultas en las casas de las provincias y me llamaron de una escuela en el sur. Me fui pensando que era como Bariloche y cuando llegué me di cuenta que el pueblo quedaba aislado. Era un pueblito minúsculo, que se llama José de San Martín. En ese momento tenía 1500 habitantes. Era un lugar practicamente desértico, cerritos bajos entre gris y amarillento, lleno de pajonales, ñandues, liebres, ovejas y calles de tierra. Yo con mi papá hablaba a través de una radio que era como de la guerra. Fue medio aventurero, pero era mi vocación por enseñar y por aprender. Porque fue una etapa de muchísimo aprendizaje". Y continúa relatando aquella experiencia de los primeros años con muchísimo cariño: "Como al principio trabajaba en las escuelas secundarias de dos ciudades, viajaba con otra compañera y hacíamos dedo con 14º bajo cero y un viento de 100 kms. por hora para ir de una escuela a otra. Ahí estuve 4 años, me terminaron saliendo mas horas de clase en la escuela de José de San Martin y fue ahí donde me terminé quedando en una escuela secundaria que como no tenía edificio funcionaba en una escuela primaria, de esas que había hecho Perón por toda la Argentina. Eran muy lindas, hechas de material, con estufas a leña y todo eso".

Después de trabajar en el sur, se quedó viviendo un año en Buenos Aires. Para luego volver al pago con toda esa rica experiencia. Además de trabajar como docente, en un momento tomó un cargo en la Sala de Lectura. Lo cual en sus palabras es un hito importantísimo en su carrera, principalmente como escritora. "La gente que conocí ahí, y de la que tanto aprendí, como Ana Rodi, Alicia Martignoni, y después Adriana Calvar, Irene Laxalt, Regina Usandizaga, algunas fueron compañeras mias, otras coordinadoras, o sea superiores mías. Con ellas hicimos una capacitación importantísima, hicimos juntas una especialización con docentes muy interesantes que venían de Buenos Aires con un proyecto que habíamos ganado de la Fundación Kellogg que nos permitió tener un subsidio para hacer capacitaciones, perfeccionamientos, trabajos en barrios. Ahí en esas capacitaciones yo me encuentro con la escritora Laura Devetach que en un momento me dice 'Patricia vos tendrías que hacer algo mas para escribir' y yo no me lo tomaba muy en serio en ese momento. Estaba dedicada a la docencia, tenia un hijo muy chico y mis energías estaban puestas ahí. Después conocí al escritor Arturo Carrera, en un taller que se hace en la Sala y me dijo 'tendrías que hacer algo, para tomarte un poco mas en serio lo que escribís'.  Y bueno, eso fue mi conexión con la escritura. Porque a partir de ahí yo empecé a ir a Buenos Aires a talleres de escritura y dos años después estaba publicando mi primera novela: 'Pequeños hombres blancos', que sale en el 2006".

A partir de ahí arranca su camino como escritora profesional. "Mi carrera ha sido como medio atípica. El primer libro que terminé de escribir y llevé a la editorial, fue por recomendación de El Dipi, Jorge Dipaola. Que había publicado con Adriana Hidalgo y había leído mi primera novela por pedido de Ricardo Piglia. Resulta que le gustó tanto, que se la mandó a la editora y a los pocos días me estaban llamando por teléfono para que vaya a firmar el contrato. Mi primer novela salió en el 2006 y la primera nota que me hicieron fue para la revista Ñ, que salió una nota a página completa", le comentó a El Diario de Tandil. 

Su primer obra publicada es 'Pequeños hombres blancos' (Adriana Hidalgo Editora, 2006). Luego vienen, 'Nudos' (Adriana Hidalgo Editora, 2008), 'Trasfondo' (Adriana Hidalgo Editora, 2012) y Faunas (Adriana Hidalgo Editora, 2017)'.

Sobre su relación con las letras expresó: "Siempre fui mas lectora que escritora y sigo siéndolo. Creo que si uno está en éste mundo es para tratar de hacer alguna cosita para mejorarlo y cada uno lo puede o lo tiene que hacer desde las aptitudes que tiene o el lugar que tiene. Para mí ese lugar ha sido siempre la educación y después empezó a ser la escritura". Y continuó en referencia a quienes tienen inquietudes por las letras: "Cuando veo en el taller que hay gente que me dice que no tuvo tiempo o no anduvo con muchas ganas. Yo pienso, o van a aparecer después o se va a tomar la escritura como un pasatiempo. Que está bueno también. Yo tengo gente que viene al taller porque quiere entretenerse, porque quiere pasar un buen rato y disfrutar de la escritura".

Además esbozó al respecto del hacer del artista: "La comodidad no te hace nunca un buen artista. El vínculo que en general tenemos los artistas con lo que hacemos es de incomodidad. El día que uno se sienta cómodo y demasiado satisfecho con lo que hizo empieza a repetir recetas y se convierte en un artesano. El camino es un camino de no estar conforme nunca, de siempre estar buscando algo diferente, algo nuevo. Lo que uno ya hizo ya lo hizo, y es hora de seguir hacia adelante, hacia otras búsquedas. Hay que aprender que uno sabe muy poco aunque lo publiquen y lo vean consagrado. Siempre queda muchísimo por aprender y hay que seguir aprendiendo, ese es el secreto. Aprender todo lo que se pueda, estar abierto a escuchar. Yo aprendí muchísimo de la gente que me ha hecho devoluciones serias, que me ha hecho críticas. Porque el amigo que te palmea el hombro y te dice que lindo lo que haces, está bárbaro, pero bueno, es tu amigo.  Y en general ese tipo de cosas halaga, y hacen bien en el momento pero no son las que ayudan a crecer. Lo que ayuda a crecer es la observación de lo que queda por mejorar, la conciencia de que siempre se puede avanzar un poco más. Hacer otras cosas, explorar caminos nuevos. Asi que para eso, para lidiar con no estar conforme, para lidiar con seguir aprendiendo, hay que tener mucho deseo de ser escritor. Y además hay que disfrutar el proceso. Lo que me pasa a mí es que cada proceso de aprendizaje, cada libro que empiezo a escribir, que ni siquiera sé, porque yo tengo libros que no he publicado, asi que ni siquiera sé si cada cosa que empiezo a escribir va a ser algo que voy a publicar, pero sí cada cosa que escribí a mi me permitió aprender algo mas acerca de la escritura. Entonces en ese sentido escribo cosas que no publico, o si aparece algo que sí. Que me parece que va a estar bueno para publicar, porque es diferente porque encontré nuevos rumbos, nuevas exploraciones. Entonces, si uno puede disfrutar del proceso y prescindir de los resultados es mucho mejor. Porque el proceso es absolutamente desafiante, el desafío es lo que a uno lo moviliza. Lo saca del lugar cómodo, y le permite ponerse a aprender. A veces lo lleva a lugares muy incómodos, a veces lo lleva a la frustración, a la insatisfacción, siempre hay que pensar que un fracaso puede ser una puerta que se abre hacia algún otro lugar que uno no tenía planeado, y que en ese otro lugar puede haber cosas mas interesantes. Asi que hay que conectarse con lo que uno quiere hacer".

'Trasfondo' es un hito en la carrera como escritora de Patricia Ratto. Tal como ella misma lo plantea: "Un poco por la temática y un poco porque la escritura de la novela tiene una vuelta de tuerca interesante. Y muy diferente a todo lo que se había escrito hasta el momento sobre Malvinas. Porque no había nada de guerras submarinas, muy poco. Y muy poco además de guerra submarina escrito por mujeres. Entonces como que reunió un montón de condiciones. Malvinas es un tema que interesa, la guerra es en general un tema que trae lectores. Y eso ha hecho que el libro circulara mucho". Además nos cuenta: "Es la novela que tiene una circulación interesantísima, incluso por fuera del pais, y me lleva a ferias del libro en España, Brasil, Alemania, Colombia, y bueno a Italia con la traducción al italiano. Asi que mi carrera se disparó ahí, por ese lado". Y agrega: "Después llega la noticia de la película, las traducciones y bueno eso hace que uno tenga una proyección diferente a la que venía teniendo".

'Trasfondo' está siendo llevada al cine por el director Pablo Giorgelli, "en estos momentos están escribiendo el guión de lo que va a ser la película" nos relata Patricia. "Eso ha sido un hito muy importante de mi carrera, tengo muchas expectativas puestas en ese proyecto".

A lo largo de su carrera ha disfrutado de momentos únicos. Muchos escritores sueñan con publicar un libro a través de una editorial importante y salir en la Ñ. Ratto ha logrado muy buena repercusion con su trabajo. "Hace unos días estuve en el programa de Darío Sztajnszrajber por ejemplo, he estado en El Refugio de la cultura de Canal 7, con Silvia Hopenhayn en Canal A", nos contó.

'Trasfondo' la llevó de gira por Italia. "Fue algo soñado, me trataron muy bien. Había mucho interés en la novela, salieron reseñas en los periódicos mas importantes del país. Estar en la Feria del Libro de Turín que es una feria enorme, grande como la de Buenos Aires. Viendo gente haciendo cola para entrar a mi presentación. No me la creía, me parecía una cosa muy loca. La disfruté con mucha responsabilidad porque uno sabe que tiene que hacer un buen papel y que tiene que hacer que la presentación sea interesante y responder a esa tan alta expectativa de la gente. Y después estuve en la Casa Argentina de Roma para una presentación, en el Festival Encuentro de Peruggia y también presenté el libro en Pistoia. Asi que fue una gira con mucho movimiento, con fotógrafos y cosas así, muy aluscinante" dice a El Diario de Tandil entre risas y sonrojo. Y agrega: "también la sufro un poco, porque yo no soy de exponerme. Y llega un momento en que estoy deseando volver a encerrarme en mi casa para escribir o para leer. Yo parezco muy extrovertida, pero no lo soy tanto".

"Faunas" es su cuarto y último libro, hasta el momento. La autora explicó que: "Me propuse indagar qué es lo que pasa en estas sociedades contemporáneas, urbanas y muy avanzadas. Qué lugar ocupan los animales en esas sociedades y cómo es el lugar que nosotros le damos a los animales. Eso habla de nosotros mismos, de hacia donde vamos los seres humanos o qué nos está pasando".

En el último tiempo se la vió muy involucrada con una lucha que tiene que ver con la preservación de los espacios verdes en Tandil. Patricia vivió toda su vida de tandilense en cercanías del Parque Independencia.  "Siempre fue mi paseo habitual, de chica con mi perro, después más adolescente era ir a tomar mate con mis amigas, luego de grande salir a caminar por ahí. Y venía viendo muy preocupada lo que estaba haciendo el Municipio con los espacios verdes de Tandil. La última gran intervención que habían hecho, la del Parque del Bicentenario ya me había dejado en estado de alerta. Porque la publicidad era que ahora teníamos un nuevo espacio verde en Tandil, y en realidad no es que se tiene un nuevo espacio verde, el espacio verde estaba, lo que pasa es que estaba un poco descuidado. Quizás con abrir algunos caminos e indicar con carteles las especies de plantas que tenemos ahí, alcanzaba. Pero, en lugar de eso, pusieron flores de chapa y molinetes que ahora hubo que sacar a pedido de los vecinos, porque eran muy peligrosos. Y eso era para el Municipio un espacio verde, es decir una altísima intervención sobre un lugar. Después de eso viene lo que pasa en el Anfiteatro, que para hacer el Festival de la Sierra cortan y podan drásticamente un montón de árboles, retiran la carpeta natural del bosque y le ponen polvo de piedra. Yo hago un video y lo subo a facebook, me voy a trabajar y cuando vuelvo era una locura la cantidad de reproducciones que había tenido, lo mismo me había pasado cuando el Tandil Brilla que se quema porque el Poder Ejecutivo decide hacerlo en un lugar que está declarado. Lo sé porque estoy estudiando el tema, Zona Especial de Interés Ambiental, es un área protegida por Ley Provincial y Nacional, y además había un informe de bomberos que decía que el lugar era potencialmente incendiable. Y a pesar de todo eso el Municipio decide hacer el Tandil Brilla y quema la ladera oeste de la cima con todos los árboles y poniendo en peligro las casas de la gente que vive ahí. Entonces, a partir de mis reclamos se empezaron a juntar un montón de vecinos y se formó un grupo que ahora se llama 'Por más naturaleza Tandil', y tenemos abiertos varios expedientes en el Municipio. Entre todas las cosas que hemos pedido y reclamado algunas nos han respondido y otras no, y van saltando otras cuestiones. Como que se hacen intervenciones en espacios verdes, y en estas zonas que son declaradas de interés ambiental sin hacerse informes medioambientales que es lo que correspondería hacer.  A beneficio y a pedido de determinados empresarios que además ponen el dinero para que ésto se haga. Hemos descubierto por ejemplo que la licitación del castillo Morisco no pasó como debió haber pasado por el Concejo Deliberante. Se han retirado partes de las aberturas y ventanas del Castillo Morisco y han puesto paños fijos, y eso es un bien patrimonial que no se puede tocar. Es un edificio donado por la Colectividad Española a los ciudadanos de Tandil, entonces no se puede permitir a un privado que para su propio beneficio comercial estropeé algo que es patrimonio histórico y cultural de los tandilenses".

De la misma manera que en su literatura recrea personajes y situaciones cotidianas, en la realidad se planta y dice lo que piensa. Al cabo, la ciudad es de sus habitantes. Tenemos la potestad de hacernos oír y manifestarnos al respecto.

Para todos los interesados, éste domingo 12 de agosto Patricia Ratto estará presente en la XV edición de la Feria del Libro de la ciudad. Para dialogar sobre todos sus libros con lectores y público en general. Acompañada por Alicia Martignoni, Adriana Calvar, Carolina Cordi y Joaquín Areta.