Lamentablemente todos estos líderes han encontrado siempre un conjunto a veces mayor de estúpidos, incapaces de sostener un pensamiento propio o lateral. Obsecuentes de un relato ajeno que les impide discernir entre lo que está bien y lo que no. En la búsqueda desenfrenada de convencer a los demás, todo vale, todo y más, aunque ello implique irrumpir en el juego inocente de un niño que no entiende (ni tiene porque) de ideologías y verdades absolutas.

Así como en la foto, se vieron los carteles en contra del acuerdo con el FMI pegados en los juegos donde los niños deberían ir a jugar, no a contaminarse de problemas para los que les bastará el resto de la vida. Sin embargo el atropello irresponsable de adultos despojados de cordura, pintó los juegos de la plaza de un oscuro sin razón.

Estas personas a las que me refiero, además y casi siempre, terminan siendo intolerantes y verborrágicos, motivo por el cual me parece importante resaltar que estas pocas líneas no he defendido ninguna postura ideológica y solo intento reflexionar sobre el cuidado de los niños.