Opinión
30/05/2018
El tema tarifas es pertinente analizarlo y entenderlo como el resultado de una política determinada por el Estado en la búsqueda del desarrollo productivo, asi las medidas que se tomen y que afecten/alcancen a distintos sectores, deben ser la consecuencia de una "política de estado", que determine con claridad los sujetos amparados, los potenciados, las inversiones necesarias y la toma de responsabilidades.
por
Facundo Llano
El sistema energético tiene que visualizarse de tal modo, dado que es uno de los pilares
necesarios que hacen a un país cuyo objetivo tiene que fijarse la
industrialización y su crecimiento. No se trata solamente de cuantificar y
establecer gradualidad en la quita de subsidios y que las inversiones carguen
sobre las espaldas de los usuarios a través de sucesivos aumentos en las
facturas.
Nos encontramos en un contexto en el que está en crisis esa
política de estado en materia de energía, desde hace años es errático y bipolar
el camino, y tal circunstancia abre la duda al basamento del desarrollo, sin un
programa determinado con pautas objetivas y justificadas.
A nadie escapa a esta altura, la necesidad de una
readecuación tarifaria de carácter integral, pero con prudencia, certeza,
previsibilidad y razonabilidad. (como asi lo determino la Corte Suprema de
Justicia de la Nacion ante presentación de Amparo Colectivo).
Es por ello que ante esta actualidad, en la que en 2016 y
2017 las tarifas de gas crecieron 927% y electricidad 920%, mientras que los
salarios lo hicieron en el orden del 63%. El tema se discute en todos los
estamentos, a nivel nacional mediante un proyecto de Ley que ha obtenido media
sanción, en el orden provincial existen iniciativas del gobierno que pretenden
excluir impuestos provinciales, y en lo que respecta a los municipios, tenemos
propuestas locales e incluso decisiones de Organismos de control que afectan en
forma directa la participación de las tasas municipales en las boletas de
servicios (en este caso de energía eléctrica).
Así; en Nación el proyecto de ley que ha obtenido media
sanción propone retrotraer las tarifas de agua, gas y luz a noviembre de 2017 y
establece que los servicios se actualizarán de acuerdo al Coeficiente de
Variación Salarial en el caso de los usuarios residenciales y al Índice de
Precios Mayoristas para las PyMES, a su vez dicha iniciativa protege a los
usuarios residenciales, pequeñas empresas, cooperativas de trabajo, y clubes de
barrio. En Provincia, la gobernadora al eliminar ciertos tributos de las
facturas, ha optado por mantener incólume las ganancias de las distribuidoras
en perjuicio de los municipios. A las empresas vinculadas al sector energético,
que obtuvieron enormes ganancias, multiplicaron el valor de sus acciones y
distribuyeron dividendos, se les han preservado sus intereses. Poniendo "en agenda" el impacto de
los impuestos en las facturas, sin discutir la posición de las empresas
concesionarias del servicio publico.
Parece que en estos tiempos el "esfuerzo compartido" se
encuentra un tanto desequilibrado, a los sectores productivos, comercios,
clubes y familias se les demanda mayor participación en dicho esfuerzo, que a
las propias concesionarías y empresas de servicios.
Sumado a lo antes expuesto, el Organismo de Control de
Energía Eléctrica de la Provincia de Buenos Aires (Oceba) emitió una resolución
que establece que las distribuidoras no podrán incorporar en sus facturas
"conceptos ajenos a la prestación del servicio público de distribución de
energía eléctrica, ni conceptos adicionales vinculados al servicio". En el caso
de Tandil tenemos, tres ordenanzas que suman tributos a los consumos del
servicio, la ordenanza 2.505 que norma en cuanto a inversiones en materia de
iluminación; la 5.791 que hace a la concesión para la prestación del servicio
de alumbrado público; y la 9.495, el Fondo de Ayuda Solidaria (FAS), estipulado
para patologías de alta complejidad. Hemos sido críticos respecto al uso de
esos recursos, su deficiente ejecución, inadecuada aplicación y escaza
optimización, aun así considero que es inequitativo comenzar por ahí, pues son
conceptos ya consolidados, previamente aprobados, y debidamente presupuestados.
Es un palmario detrimento de las
autonomías municipales y su sustentabilidad.
Queda para el análisis si corresponde incorporar tributos
provinciales y/o municipales en los servicios básicos en los que el vecino esta compelido al pago
precisamente por su naturaleza, probablemente se debe avanzar en despejar esas
cargas que no guardan razón con la prestación.
Lo que no se puede obviar es el sujeto a amparar, que en
estos tiempos esta siendo vulnerado, el contribuyente, que día a día recibe las
facturas de servicios con aumentos exponenciales.
Debe primar la sensibilidad, el sentido común y la inteligencia en la toma de decisiones.
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